«Algún Día Este Dolor Te Será Útil» llegó hasta nosotros como un puñetero ninja: de forma sigilosa, sin que lo viéramos venir, con un puñal escondido bajo la manga dispuesto a rebanar nuestras gargantas y dejar que de allá salieran borbotones de emociones. Lo consiguió. Tocados y hundidos. Aquello fue lo que viene llamándose un grower: a los pocos meses, todos teníamos claro que era libro del año. Pasado ya algo más, sabemos que es uno de los libros más relevantes de la literatura reciente: un «El Guardián Entre El Centeno» del nuevo siglo que no tiene la necesidad de ser un agujero negro emocional para resultar certero en su retrato del desamparo de las nuevas generaciones. También fue, además, ese libro que consiguió que no sólo nos familiarizáramos con el nombre de Peter Cameron… Sino que también consiguió que lo incorporáramos a nuestro santoral literal particular, esa patena de santos hombres que cada vez que lanzan una nueva novela consiguen que nuestra vida sea un poquito mejor.
Y aquí está la nueva novela de Peter Cameron: se titula «Coral Glynn» (publicado de nuevo en España de la mano de Libros del Asteroide) y, sorprendentemente, no ocurre ni en EEUU ni en el presente. Es una novela de estilo británico decimonónico, bordando lo gótico, con la típica historia de chica humilde que aterriza en un caserío noble habitado por múltiples fantasmas del pasado evolucionando hacia otra historia menos típica con una protagonista nada típica. Esta vez, sin embargo, no hemos necesitado tanto tiempo para familiarizarnos con las excelencias de este libro: ya sabemos que «Coral Glynn» es uno de los mejores libros de este año. Y es por eso mismo por lo que es inevitable desear charlar largo y tendido con Cameron al respecto de lo humano y lo divino, de lo literario y el subconsciente…
Además de como escritor, has trabajado como editor y como profesor. En tu caso, ¿estas tres ocupaciones se relacionan y se enriquecen entre ellas? La verdad es que es interesante, porque esas tres son las únicas profesiones para las que estoy calificado, y por eso es a lo que me dedico (risas). Pero creo que, de alguna forma, producir libros y escribir libros son cosas que van bien juntas en mi caso porque, cuando no estoy escribiendo un libro, me gusta estar «haciendo» libros. Es una forma de ser creativo, pero no tiene nada que ver con el lenguaje, sino que tiene que ver más con la producción artesanal. En cuanto a ser profesor de escritura, me resulta muy difícil enseñar y escribir a la vez, porque al enseñar pienso tanto sobre el lenguaje que resulta difícil mantener el interés hacia mi propia escritura. Por eso también he hecho algunos trabajos administrativos en oficinas, que es algo que verdaderamente se mezcla bien con la escritura.
Mencionas lo de la producción artesanal y esa es la mejor forma de definir tu propia editorial, que se llama Wallflower Press y en la que publicas libros hechos a mano en ediciones preciosas y muy pero que muy limitadas. ¿De dónde salió esta idea? Empecé la editorial porque adoro los libros, así que empecé a hacer libros a mano como regalo para otra gente, amigos y familia. Y de pronto me di cuenta de cuánto disfrutaba haciéndolo, así que me dije a mí mismo «¿por qué no hacerlo de una forma más regular?». Decidí montar una editorial realmente pequeña, donde sólo hago diez copias de cada libro. Lanzo una serie de cinco libros cada ocho meses. Algunos de estos libros contienen escritos míos, otros son textos de amigos e incluso de otros autores que me gustan. Normalmente pienso en el libro y lo que quiero hacer es un objeto lo más bello posible que, a su vez, tenga una forma que se relacione con el contenido. Uso muchos tipos de tejidos y papeles para intentar que cada libro sea algo diferente. Al final, es algo que me proporciona mucha satisfacción…
Ahora que la industria del libro se encuentra en estado de alarma debido al supuesto fin de la era del papel, ¿crees que la solución puede ser una editorial como Wallflower Press, que dé a la gente libros que sean importantes tanto en su contenido como en su continente? Evidentemente. A medida que el e-book se vaya haciendo más y más importante, el libro tradicional tendrá que hacer un esfuerzo para que la gente siga queriéndolo. De hecho, creo que ya estamos en una época en la que lo estándares de libros publicados son muy altos, con libros realmente hermosos en su forma. Pero, a la vez, también hay muchos otros libros que se han fabricado de forma muy barata y que no valen lo que pagas. La idea es esa: conseguir que los libros sean objetos que la gente aprecie y quiera poseer.
Centrándonos ya en tu escritura… Siempre me parece muy pura, limpia y esencial. Esto, dependiendo del escritor, puede ser el resultado de un filtrado largo y cuidadoso o, por el contrario, también puede ser la forma natural en la que brotan las palabras de tu pluma. ¿Cuál es tu caso? Creo que lo mío es una combinación de ambos casos. Me gusta pensar mucho en lo que voy a escribir antes de escribirlo: antes de ponerme a escribir, ya ha habido un profundo proceso de pensamiento. Pero, a la vez, antes de avanzar en la historia, siempre vuelvo atrás y re-escribo mucho. Es un proceso de pasar por encima del texto una y otra vez hasta que quede algo fuerte y limpio. De hecho, cada vez que lees un texto, encuentras algo. Así que es un proceso que podría ser eterno.
Entonces, ¿cuáles son las partes de tu proceso a la hora de escribir un libro? Mis libros siempre nacen de una única idea, ya sea un personaje, un lugar, una situación. Después pienso mucho, realmente mucho, antes de ponerme a escribir. Tengo una idea de hacia dónde se va a dirigir el libro o de qué va a ir, pero después empiezo a escribir y dejo que el libro se dirija hacia donde él mismo quiera. Siempre sé que un libro está funcionando como tal cuando empiezan a ocurrir cosas que yo no tenía previstas. Eso significa que tiene una vida propia. Respeto esa vida propia y que sea el libro el que decida cómo quiere ser. Es por esto por lo que, a veces, siento como si fuera más un «medium» para el libro que su propio autor.
Eso explica la naturalidad con la que suelen moverse tus libros… Me gusta cuando los libros se convierten en algo orgánico. Cuando las cosas ocurren por sí mismas, no porque yo las fuerce. Esa sensación de que algo está siendo forzado es algo que odio tanto lector como escritor.
Has dicho que tus novelas nacen de una idea concreta… ¿Cuál fue esa idea en el caso de «Coral Glynn»? Tengo un recuerdo muy nítido de cómo llegó hasta mí el libro. Tenía la imagen en mi cabeza de una chica muy joven de pie fuera de una casa en el campo. Por algún motivo, sabía que era una casa inglesa. Puede que fuera por el tipo de casa. Y también me hacía pensar en los años 50, no en el presente. Así que empecé a pensar en esa imagen: ¿quién era esa mujer? ¿Qué hacía en esa casa? ¿Quién había dentro de la casa? ¿Cuál era la relación entre la chica y la gente de la casa? Se me ocurrió que esta chica era una enfermera y estaba cuidando a una señora de la casa… A partir de ahí nació la novela.
Es sorprendente que esa imagen de la que nació «Coral Glynn» fuera tan inglesa, teniendo en cuenta que «Algún Día Este Dolor Te Será Útil» era un retrato tan perfecto de Nueva York. ¿No te pareció arriesgado el cambio de escenario y de tiempo? La verdad es que al principio dudé sobre mi capacidad de escribir un libro con estas coordenadas. Pero también he aprendido a respetar las ideas que llegan hasta mí, así que si la primera imagen fue tan inglesa, tenía que creer que había una buena razón para ello. Al principio, de hecho, pensé situarlo en Inglaterra pero en el presente, porque así sería más fácil para mi. Pero es que me puse a escribir y me di cuenta de que tenía que ocurrir en los 50. Supongo que la imagen que me vino a la cabeza era tan inglesa porque he leído muchos libros británicos de esa época, y así funciona mi cabeza: le da tanta importancia a las experiencias que realmente he vivido como a las que simplemente he leído. De hecho, creo que los libros dejan una impresión más fuerte y duradera en tu cabeza que muchas de tus experiencias, con mucho más significado para ti.
Bueno, de hecho es que el tipo de experiencia que te proporciona una novela sobre una época es muy diferente del que te va a proporcionar un libro de historia… Exacto. Creo que la mayor parte de historia que he aprendido en mi vida ha sido a través de novelas, no con libros de no ficción. No sé por qué, pero la verdad es que lo que aprendo en novelas suele quedarse en mi de forma muy fuerte.
Entonces, ¿cómo hiciste el proceso de documentación histórica para escribir «Coral Glynn»? ¿Con libros de historia o con novelas? Pues la verdad es que la mayor parte de documentación sale de mi experiencia como lector de ficción. De vez en cuando sí que me cruzaba con algún detalle histórico que se me escapaba… Esa es otra cosa: soy un escritor muy vago. Nunca me ha gustado tener que documentarme. Hace veinte años, tenías que ir a una biblioteca y encontrar el libro adecuado. Ahora, sin embargo, la verdad es que Internet me lo ha facilitado todo: si quiero documentarme sobre un detalle, no tengo ni que levantarme de la silla.
Otra cosa que me parece sorprendente en «Coral Glynn» es su voz narrativa… En «Algún Día Este Dolor Te Será Útil» sólo existía una voz narrativa, y era muy pero que muy poderosa. Pero aquí consigues un impacto parecido pero utilizando diferentes voces. ¿Por qué decidiste arriesgarte en algo tan complejo? Me gusta utilizar la primera persona porque te permite que el personaje hable directamente al lector, y no hay nada más poderoso que eso. Pero, en mi caso, siempre intento que mis libros sean muy diferentes los unos de los otros, y no hay mayor diferencia que la que existe entre la primera y la tercera persona. Mis libros se han ido alternando entre estas dos personas. y eso no es algo que yo haya ido decidiendo conscientemente, sino que es como han ido evolucionando por sí solos. En estos dos casos concretos, «Algún Día Este Dolor Te Será Útil» realmente trata sobre una única persona, y aunque «Coral Glynn» trata sobre Coral Glynn, también quería incluir los puntos de vista de otra gente. La primera persona me gusta porque es como si el autor desapareciera, pero en «Coral Glynn» me gusta sentir que estoy dentro del libro como narrador. Resulta difícil encontrar una voz de narrador con la que te sientas a gusto, con la que no te sientas imponiéndote sobre el libro.
Pero, en este caso, la tercera persona va más allá. En «Coral Glynn» hay múltiples voces, y es divertido cómo lo sabes todo de todos los personajes desde el principio porque el narrador lo desvela rápidamente. Todos son personajes transparentes… Excepto Coral. De hecho, tienes que llegar a la mitad del libro para empezar a entender qué es lo que piensa. ¿Por qué esta diferencia? El lector tiene la impresión de conocer a todos los personajes desde el principio porque estos son personajes que realmente se conocen a sí mismos: saben quiénes son, y tú sientes eso como lector. Coral, sin embargo, es una persona que no sabe quién es, que no sabe qué quiere. Al principio del libro, es una persona muy poco desarrollada. De esta forma, el lector va conociéndola a medida que ella misma se va conociendo a sí misma. Es un proceso muy lento. Pero realmente fue duro: como escritor, es duro empezar un libro con un personaje como este.
Lo sorprendente es que, al principio, tú crees que sí que conoces a Coral, que ya has leído mil veces sobre personajes como ella y que, por lo tanto, va a comportarse siguiendo esos parámetros… Pero luego, poco a poco, empiezas a dudar de eso que pensaste al principio. Sí, sí. Quería que el lector pensara que Coral es casi un cliché. Pero luego, mientras la observas, te va sorprendiendo a medida que hace cosas que nunca hubieras imaginado.
Pese a todo, hay algo que une a Coral y a James en «Algún Día Este Dolor Te Será Útil»: ambos parecen constantemente superados por la vida social. Son gente que no saben cómo reaccionar ante lo que les ocurre. ¿Qué es lo que te parece tan atractivo de este tipo de personajes? Supongo que es porque tiendo a identificar este tipo de personajes que se sienten poco a gusto en la vida social con gente que tiene una vida interna muy rica. Pienso que tienen dificultad a la hora de comunicarse con otra gente porque son más de hablar dentro de su propia cabeza. Así que sus vidas, más que hacia fuera se dirigen hacia dentro. Como novelista, siempre pienso que hay algo que las películas no pueden hacer pero los libros sí: explorar el interior de los personajes. Me gusta escribir sobre personajes que tengan una vida interior rica, que parece que no estén pensando pero que lo están haciendo. Y mucho.
Lo mejor de todo es que, en «Coral Glynn», hay una tensión muy interesante entre la dificultad que tiene el personaje para relacionarse con el mundo y la simplicidad con la que se resuelve la trama, de una sencillez muy victoriana: todos los personajes acaban con otros personajes que ya conoces. ¿No es esta tu forma de decirle a Coral que la vida no es tan difícil como ella cree? (Risas). No lo sé. La verdad es que a mi también me sorprendieron todas las parejas que se forman al final del libro. Realmente pienso que la vida no es tan complicada, pero también es cierto que, al fin y al cabo, sólo tenemos acceso a la gente con la que tenemos algún tipo de contacto. Y son esos contactos los que llevan nuestras vidas hacia un lado u otro. No tenemos ningún tipo de control sobre eso, sobre las cosas que acaban uniéndonos o separando de otras personas. Pero me encanta explorar eso en mis novelas: cómo respondemos a lo que nos va ocurriendo, cómo respondemos ante la gente que necesitamos.
Hoy otra cosa que me parece muy interesante en «Coral Glynn»: esa imagen del niño y la niña jugando en el bosque… Y el trágico final de ese juego. ¿Es esta imagen paralela a la de Coral entrando en un juego del que puede salir herida? La verdad es que no. Nunca pienso sobre mis libros de esa forma: no los planifico de forma tan cuidadosa. Mis libros salen directamente de mi subconsciente. Sí que puede que esa conexión que mencionas exista de verdad, pero yo no soy consciente de ello. Creo que lo que yo quería era que algo inquietante le ocurriera a Coral antes de su propuesta de matrimonio. Al fin y al cabo, nunca entiendo lo que hago, sino que me guío por instintos: voy haciendo y, al final, sí que veo patrones internos en el libro sobre los que no puedo reclamar ningún tipo de crédito.
Hay otra conexión entre James de «Algún Día Este Dolor Te Será Útil» y otro personaje de «Coral Glynn»: James está traumatizado por el 11-S, mientras que el Coronel aquí está traumatizado por la Segunda Guerra Mundial. ¿De dónde sale este gusto por los personajes dañados? Creo que la gente es muy compleja. Sabía que, introduciendo el 11-S en el libro, corría el peligro de que algunos lectores redujeran el carácter de James a este trauma. Las cosas son mucho más complicadas que eso… Lo mismo ocurre con el Coronel. De nuevo, intenté no poner demasiado peso sobre este aspecto. Para mí, lo importante es volver a la idea de que todo lo que nos ocurre nos moldea de alguna forma u otra: algunas cosas nos influyen más y otras menos. Por eso mismo, en el caso de James esperé hasta la mitad del libro para sacar a relucir el 11-S. Primero, porque él mismo no sabe lo que significa para él de la misma forma que ninguno de nosotros lo sabe: es algo demasiado cercano y todavía no nos hemos reconciliado con ello.
Cambiando un poco de tema, resulta curioso que la figura de Anthony Trollope aparezca de alguna forma u otra en tus últimos dos libros. ¿Es una gran influencia para ti? Es divertido: no me había dado cuenta, pero tienes razón. Sale en mis últimos dos libros. La verdad es que he leído mucho a Trollope en los últimos diez años y me gustan mucho sus libros. Cuando estaba pensando en James, supe que le encantarían las novelas de Trollope porque son muy grandes: si eres infeliz en tu propio mundo, leer a Trollope significa perderte dentro de un mundo completamente nuevo. Ese es un gran regalo en las novelas de ficción: ofrecerte otros mundos, otras vidas. Sea como sea, supongo que el epígrafe de Trollope que utilizo en «Coral Glynn» también sale de haberle leído tanto: así es normal que, mientras estaba escribiendo, encontrara este pasaje que parecía que estuviera hablando directamente a lo que yo estaba haciendo.
De hecho, Trollope forma parte de la literatura victoriana… Y esa me parece otra fuente de inspiración en»Coral Glynn»: las escritoras victorianas. ¿Voy muy desencaminado? Que va. La verdad es que es difícil empezar a escribir un libro sobre una chica que va a una gran casa en el campo, con una ama de llaves y un hombre viejo como habitantes, y no pensar inmediatamente en «Jane Eyre» y muchos otros libros similares. Aun así, cuando estoy escribiendo y otro libro aparece tan claramente en mi cabeza, intento inmediatamente dejar de pensar en él. Básicamente, porque si pienso en ese otro libro, seguro que dejo de escribir el mío por miedo a que sean demasiado similares. Aun así, está claro que todos esos libros victorianos forman parte de mi subconsciente, y «Coral Glynn» nace de ahí. Aunque no de una forma deliberada. Hay muchas autoras de esta época que han influido en mi escritura.
¿Algún ejemplo concreto? Virginia Woolf, por ejemplo. También Rose Macauly, Elizabeth Bowen, Elizabeth Taylor, Barbara Pym, Penelope Mortimer… Hay tantas escritores británicas que han escrito tantas novelas maravillosas.
También hay otro autor que se menciona en «Algún Día Este Dolor Te Será Útil» y que, aunque no sale en «Coral Glynn», también está presente. Me refiero a Denton Welch. ¿Es otra gran influencia para ti? Adoro a Denton Welch. Sus escritos son tan bellos y emocionantes… Es otro de esos autores que me gustan porque, cuando les leo, siento como si estuviera en otro mundo diferente. En el caso de Welch, ver a través de sus ojos siempre me parece muy interesante y emotivo.
Y, para acabar, la pregunta de rigor: ¿en qué estás trabajando ahora mismo? Lo cierto es que no estoy trabajando mucho en ello, sino que acabo de empezar. Siempre me lleva mucho tiempo empezar un libro después de haber acabado otro. Pero sí que es cierto que he empezado a escribir una nueva novela y que, como hablábamos antes, he vuelto a la primera persona. Todo ocurrirá en Estados Unidos, en el presente. Trata sobre dos personas muy diferentes: uno es un hombre gay que vive en Nueva York, mientras que el otro es una mujer anciana que vive en el Medio Oeste. Ambos están en un momento muy complejo de sus vidas. Quiero que la novela les una de una forma que todavía no he decidido. Espero encontrar pronto la forma de unirles.