Las hermanas Nadia y Nancy Koch son un ejemplo la mar de ilustrativo de ese dicho que reza que «de casta le viene al galgo«. Pertenecen a una estirpe familiar porcelanista y su padre es uno de los artesanos de este material con más renombre de todo el mundo. Desde bien pequeñas han visto cómo se trabaja y se transforma este noble material en bellas formas y figuras. Pero ellas, lejos de asentarse y sacar partido del legado paterno, decidieron adaptar sus conocimientos a los nuevos tiempos y crear una firma de joyería de autor que aunaría la tradición familiar con las tendencias y la modernidad más dulce.
Así, bajo el nombre de Nach Jewellery y desde sus headquarters en Toulouse, exportan bellísimas miniaturas de porcelana que son a la vez animales, joyas y pequeñas obras de arte que poder llevar en todo momento. Su «animalismo» es casi una obsesión que les viene de su más tierna infancia porque, como nos explica Nadia -el alma emprendedora de este proyecto fraternal-, «durante toda nuestra infancia estuvimos rodeadas de animales, desde los típicos animales domésticos en Francia hasta otros más exóticos como elefantes y monos. Nos sentimos muy unidas a ambas culturas y vivimos a caballo entre estos dos países. Esta dualidad cultural está en nosotras y, por extensión, en el corazón de Nach Jewellery«. Un corazón palpitante que se nos desveló gracias a Angie de de Heels & Cigarettes, que en un evento en el que coincidimos lucía un bellísmo anillo en forma de pulpo que se enredaba en sus manos. La admiración por semejante trabajo de orfebrería porcelanista nos llamó la atención enseguida (y hablamos de ello largo y tendido aquí) y lo siguiente era poder charlar con las responsables de esta maravilla de pequeñas proporciones y grandes resultados. Contactamos con una Nadia Koch que, casi haciendo las maletas de camino a las Fashion Weeks, nos atendió muy amablemente y respondió algunas preguntas que nos han servido y queremos que sirvan para conocer un poco más de cerca un proyecto que, desde ya, nos parece de lo más bonito que hemos descubierto este año.
Sois dos hermanas que habéis crecido en un entorno muy creativo, ya que vuestro padre es uno de los artesanos de miniaturas de porcelana más importantes del mundo, ¿cómo fue crecer en vuestra casa? Nuestro padre lleva más de treinta años en el mundo de las miniaturas de porcelana, así que nosotras hemos crecido dentro de este ambiente y hemos aplicado todo el conocimiento que hemos recibido de ello en nuestra propia firma de joyas. El hecho de crecer en un ámbito tan artesanal como el uso de la porcelana ha marcado una diferencia, porque magnifica la atención por el detalle y nos obliga a asegurarnos que esa pieza permanecerá tal y como es para siempre. El diseño de joyas tal y como lo practicamos nosotras es más exigente a nivel técnico que los productos típicos de porcelana, pero también es mucho más satisfactorio a nivel de pura creación… Y la creación es lo que hace que nuestros corazones latan.
¿Qué consejos os ha dado vuestro padre que sean aplicables a vuestra firma? Su experiencia es muy útil para nosotras. Cuando tenemos preguntas o dudas, siempre nos aconseja. Apreciamos muchísimo su ayuda y nos sentimos muy afortunadas de tenerlo siempre cerca.
¿En qué momento decidisteis que queráis seguir su camino profesional pero dándole el giro que le habéis dado con Nach Jewellery? Hablando en 2011 con mi hermana, le sugerí la idea de hacer un proyecto para crear joyas. Sabía que era un proyecto que sólo podía llevar a cabo con ella porque tiene un lado creativo que yo no tengo. Y ella, por su parte, no sabría cómo manejar una empresa. Así que decidimos crear juntas Nach Jewellery.
Las dos tenéis un perfil profesional muy diferente: Nancy es la “creativa” y tu, Nadia, eres la “emprendedora”. ¿Cómo es ser hermanas y a la vez socias y cómo os distribuís el trabajo? Nos complementamos muy bien. Ser hermanas para nosotras es un plus, porque nos conocemos muy bien y desarrollamos tareas muy diferentes. La forma en la que tomamos responsabilidad de ellas nos funciona muy bien.