Presentaste tu primera colección en el showroom de la pasada edición del Ego y, ahora, desfilas en la propia pasarela. ¿Cómo vives este paso? Es increíble, como un sueño. Pero hay mucho trabajo detrás. Estoy muy agradecida de que se me dé esta oportunidad.
¿Cómo crees que afectará / ayudará a tu firma el hecho de desfilar en el Ego este año? Espero que muy positivamente. Espero que sea un impulso fuerte para seguir adelante con el proyecto y creando moda.
¿Qué influencias tienes a la hora de diseñar la ropa? Muy variadas. En ocasiones es un libro o un texto, o la música y el cine, pero generalmente mis grandes influencias son las circunstancias que me rodean, el contexto social, mi alrededor y mis huidas fuera de la ciudad. En realidad, en ese sentido trabajo más como lo hago en el arte: caminando, entrando en tiendas y mercados, viendo objetos y texturas, viendo animales…
Háblanos también un poco de tu colección “We Are The Woods”: explícanos en tus propias palabras cuál es el concepto que hay detrás, qué materiales y tejidos has utilizado, a qué público va dirigido… En «We Are the Woods» parto de dos conceptos: el frío y árido invierno y la aridez de la crisis económico-social. Yo propongo un espacio refugio que a su vez es una alternativa, como una cabaña en el bosque en invierno. Los materiales van desde sedas ecológicas, lanas vírgenes y texturas y acolchados que vienen de una reinterpretación del quilt americano. Todo ello mezclado con una fusión con el bosque y materiales rústicos, naturales. Una arquitectura botánica.
¿Será ponible? ¿La podremos comprar y vestir? Considero que, por esencia, todo es ponible y sólo hay que contextualizarlo. En el caso de «We Are the Woods«, hay prendas más clásicas en cierto sentido de la palabra y otras más extravagantes. Se podrá comprar parte de la colección, que intentaré llevar a producción.
Tu anterior colección era básicamente unisex. ¿Seguirá siendo así? Y, si es así, ¿por qué? En parte sí y en parte no. Me sigue gustando en cierto sentido el criterio unisex: no definir una prenda ni definir un cuerpo. Me gusta masculinizar o feminizar en función de momentos y de decisiones por parte de quien se viste. Además, me gustaría dar entrada a cuerpos y personas con un género mucho menos definido. Cada vez hay más personas que encuentran su identidad fuera de los parámetros tradicionales extra definidos. Esas personas me atraen muchísimo. Me gusta la idea de que el cuerpo y la persona sean libres y, de ese mismo modo, que en ocasiones la forma de una prenda pueda ser independiente del cuerpo.