Está claro que las joyas de Andrés Gallardo son, además de auténticas, muy reconocibles: habéis conseguido crear un producto muy personal que es identificable y original. ¿En qué momento decides que quieres trabajar con la porcelana como primer material? ¡Todo empezó de forma tan espontánea que no podemos explicar el por qué de la porcelana! Siempre ha sido un material que nos ha gustado, pero mas a nivel estético: cualquier cosa hecha en porcelana o loza nos atrae más que hecha con otros materiales. Además, valoramos mucho su condición artesanal y que no por ello deje de ser un producto contemporáneo. Siempre hemos sido fans de las casas míticas de porcelana españolas y portuguesas, Lladró, Sargadelos, Vista Alegre.. Mantienen viva una tradición y la han convertido en marca con imágenes muy potentes y reconocibles. Esto es muy inspirador para nosotros y para nuestro proyecto: recuperar procesos artesanales para hacer un producto de diseño contemporáneo. Siempre hemos coleccionado figuras bonitas, raras o curiosas encontradas en todos lados. Algunas de ellas de repente se convirtieron en amuletos y de ahí surgió todo, romper las figuras, hacer composiciones… Nos daba la sensación de que cada figura tenía una historia y que nosotros, al romperla y combinarla con otras, le dábamos un nuevo papel en una historia muy diferente a la que había vivido hasta ahora. ¡Este proceso nos divierte mucho!
¿Y de dónde viene esa fascinación por la porcelana, la naturaleza y los animales? Porque seamos sinceros: el rollo porcelana + animales puede tener alguna connotación kitsch (muy de decoración de los años 80). Es más, la imagen de vuestra última colección es súper ochentera (ese juego del blanco con el negro y el rojo, ese aire de la modelo tan a lo Paloma Picasso…) y, sin embargo, vuestras joyas son de lo más elegante que he visto en mi vida. ¿Cómo conseguís trabajar con una base susceptible de ser kitsch y crear un producto tan elegante? Muchas veces han recurrido al término kitsch para definir en parte nuestras piezas y no nos molesta en absoluto. ¡Nosotros también vemos esta connotación! Nuestras piezas están llenas de contrastes, fuerza vs fragilidad, blanco vs negro, fiereza vs ternura y también elegancia vs kitsch. Para nosotros, en todo caso, es un kitsch bien entendido, nos gusta la idea de crear algo elegante y dramático que encierre elementos kitsch o naif. A veces partimos de figuras de porcelana que pueden resultar muy recargadas y en la composición final resultan delicadas y refinadas. Para la imagen de la colección «Jungle Bloom» nos fijamos mucho en los anuncios de joyas de los años 80 y 90, sobretodo de Paloma Picasso: nos gustaba esa imagen recargada y a la vez elegante, de mujer fuerte y un poco ausente.
¿Os planteáis crear alguna línea que no tenga la porcelana como principal protagonista? Por ahora no. Aún nos queda mucho por explorar y aprender, queremos que el proyecto crezca y que los artesanos con los que trabajamos las figuras de porcelana vean en esto una vía de negocio para mantener sus talleres o para crecer con nosotros. En todo caso, nos planteamos crear otros productos en base a la porcelana.