Es curioso considerar el caracter imperecedero de «Las Flores del Mal» de Charles Baudelaire teniendo en cuenta lo maltratado que se vio el texto en los años cercanos a su creación. Ya se sabe: el precio a pagar por adelantarse a su época es la incomprensión… y, a veces, el escarnio. De esta forma, este poemario de Baudelaire se vio prohibido en su momento en Francia debido a su carácter ofensivo para la moral y las buenas costumbres imperantes en la época (al menos, de forma pública). Sea como sea, aquello no ha impedido que «Las Flores del Mal» haya sobrevivido a aquel sentido de la ética social y, sobre todo, que con cada nueva era haya encontrado su propio nicho de lectores siempre dispuestos a explorar nuevos pliegues de los que extraer sentidos sorprendentes aplicables a cada aquí y ahora. Es por eso que no nos sorprende que la editorial LIbros del Zorro Rojo se hayan lanzado a una edición particularmente especial de «Las Flores del Mal«: partiendo de la traducción de Jaime Siles, los poemas de Baudelaire se ven ahora ilustrados por la mano de Pat Andrea (puedes ver parte de las ilustraciones al final de este post). Una conjunción nacida en el cielo (o en el infierno) que acaba enriqueciéndose mutuamente, de tal forma que sorprenderá a los que ya conocen el material de partida y enganchará a los recién llegados.