Llegamos al ecuador de nuestros artículos sobre las diferentes caras del drag con una entrevista en la que Paprika enseña lo importante de jugar en equipo.
Os voy a explicar qué fue lo que me enganchó originalmente a “RuPaul’s Drag Race”. (Y esta es una historia que he explicado mil veces, así que, si ya la has leído en otra ocasión, salta directamente hasta el siguiente párrafo.) Fue un día de resaca post-Sónar, tirado en el sofá sin nada con lo que lobotomizarme, cuando pensé: “Voy a darle una oportunidad a esto porque, a ver, si en un reality normal ya juntas a gente y acaban tirándose de los pelos, imagina encerrando a un grupo de drags”. Mi sorpresa fue que en cada capítulo del concurso de RuPaul había contenida muchísima más humanidad, compañerismo y humor entre las concursantes que en toda la parrilla semanal de Tele 5. Tal cual.
Lo que me impactó es que las drag queens allá retratadas son seres egocéntricos, obviamente, y están ahí for the show, para dejarse ver, para brillar, para ganar. Pero eso no quita que tengan un sentido de comunidad del que ya debería aprender el mundo entero. Al fin y al cabo, es lo que siempre dice RuPaul: como personas gays, podemos elegir a nuestra familia. Y está claro que, cuando se da ese sentimiento de familia dentro de la comunidad drag, parece ser que es más grande que en ninguna otra coyuntura artística.
Y digo esto precisamente porque, al toparme con Paprika y su desbordante potencial como drag en solitario, lo primero que me sorprende es lo mucho que habla de sus compañeras dentro de las hermanas Bigoti. Pero no avencemos acontecimientos y adentrémonos en este texto sobre Paprika que ya marca el ecuador de la serie de artículos en los Jon Gómez de la Peña (al mando de las fotogorafías y las entrevistas) y yo mismo (al cargo de retorcer las palabras y darles la forma final) pretendemos mostrar las diferentes caras del arte del drag. Que son múltiples. Y no dejan de multiplicarse continuamente.
Paprika a solas
Para existir en comunidad, primero tenemos que existir de forma individual. Y, como nos ocurre todos en cierto momento de nuestras vidas, la construcción de la identidad propia siempre tiene sus motivos y sus razones. En el caso de Alessandro Ferreri, italiano de nacimiento (específicamente, nació en Biscegle, Puglia), los motivos y razones son los que siguen: “Paprika es la mezcla de las etapas de mi vida. En Italia no existía. Existía Alessandro, que cuando era Halloween quería disfrazarse de mujer. Al irme a Berlín, se puso la semilla para que Paprika floreciera en Barcelona. De hecho, en Berlín Paprika nació por despecho: Alessandro tenía un novio argentino que le dejó sin dar explicaciones y, para averiguar si este chico estaba con otro, quiso camuflarse y nació Paprika. Una amiga del País Vasco le ayudó a maquillarse. Salí a la calle sola y me fui a esta fiesta donde se suponía que iba a estar el chico, pero al final nunca llegué. Me lo pasé super bien, la gente me hablaba, me decía lo guapa que estaba… En Berlín hay este rollo artístico”.
Si buscamos cuál es el nexo de unión primigenio entre Alessandro y Paprika, puede que sea la propia profesión del primero lo que más les una: “Me encanta el maquillaje. Lo estoy estudiando. Quiero que sea mi profesión y, si lo puedo invertir en Paprika, mejor. A Paprika como personaje la quiero ver en teatro y en moda. Violet Chachki, Miss Fame… Me encanta su perfección, la importancia que le dan a su aspecto”. Será por eso también que el momento en el que se escucha el “click” que da paso de Alessandro a Paprika tiene que ver con el maquillaje: “Los labios rojos. Y cuando me pongo la primera peluca, la rubia rollo ángel de Charly”.
“Lo que me gusta de Paprika es que tiene una cara muy expresiva. Con una mueca, te expresa bastantes cosas. Lo que más me gusta, y lo estoy descubriendo ahora, es unir el baile y la actuación”. Esa mezcla, por cierto, es lo que convirtió a Paprika en la ganadora del tercer Futuroa Sarao Drag: “En Futuroa me monté un pequeño show con concepto, que era una mezcla entre lipsync, baile y teatro. La idea de desarrollar los tres países de Paprika… Me ha gustado mucho jugar con los tres”. Y es que es en ese mundo performativo de baile y teatro donde habitan las referencias de Alessandro: “Me gusta mucho la imagen y la música electrónica de los 80. Me gustaría mucho explorar el burlesque y lo sexy y provocador. También estoy estudiando voguing, y mola bastante. En cuanto a la parte teatral, bebo del burlesque y del cabaret, cosa que se puede ver en el Pequeño Vicio que celebramos en La Federica. Pero me gustaría hacerlos de forma más elevada”.
Paprika en equipo
Así es Paprika en solitario. Una artista por mucho que le dé respeto usar esta palabra: “Para mí, lo de artista es una palabra muy grande y no me defino como tal. Pero, al estar rodeado de tantas cosas interesantes en Berlín, eso me animó. Y, al llegar a Barcelona, el encontrarme con La Bambola y con Mowgli, me gusta y me divierte y me ha dado coraje y ganas de desarrollar a Paprika”. Aquí es cuando entran en juego las Bigoti.
Para los que las desconozcan, las Bigoti son tres hermanas: Paprika, La Bambola y Mowgli Sevoguing (una de las caracterizaciones hermanas de Mar Bravo, a la que entrevistábamos la semana pasada). Alessandro habla así de esta familia que ha elegido aquí, en Barcelona: “Tenemos una fecha más o menos fija en La Federica haciendo el Pequeño Vicio junto con Mowgli y La Bámbola. Somos las hermanas Bigoti, aunque para las fotos de hoy no llevo bigote porque quería ser la expresión máxima de Paprika. También se me puede ver en Futuroa. Si llegan cosas, que vengan, pero no estoy buscando activamente porque estoy perfeccionándome”.
Curiosamente, Alessandro sigue disertando sobre cómo Paprika cambia cuando juega sola o en equipo: “Si Paprika está sola, juega con las miradas y es expresiva. Pero con las Bigoti, Mowgli le aprieta un botón que hace que Paprika salga más, hable más, se haga la rubia, lo cual no quiere decir que sea tonta. Con las hermanas hablo más, a solas soy cañera pero más calladita, hablo más con miradas”. ¿La demostración definitiva de que, incluso en la comunidad drag, encontrar a tu propia familia es algo que te enriquece, que refuerza tu identidad y que te ayuda a elevar tu juego? Va a ser que sí. [FOTOS Y ENTREVISTA: Jon Gómez de la Peña] [DISEÑO GRÁFICO: Miguel Cano] [TEXTO: Raül De Tena] [Más información en el Instagram de Paprika y en el de Jon Gómez de la Peña]