Si existe un testimonio directo y privilegiado de las Vanguardias, ese es precisamente el que Francis Picabia dejó entre las páginas de su «Pandemonio».
Pese a ser poco conocido fuera de los que no han ahondado demasiado en la explosión de vanguardias artísticas que el período de entreguerras vio florecer entre sus calles y bares, Francis Picabia fue quizás una de las personalidades más fascinantes que recorrieron los clubs, las callejuelas, los talleres y los circos de las capitales culturales de aquel momento. Su personalidad e inquietudes artísticas hiperactivas e inquietas le llevaron a vincularse al post-impresionismo, al cubismo, al fauvismo, al dadaísmo, al surrealismo y hasta al arte abstracto, a recorred medio mundo y conocer y colaborar con los artistas más importantes del momento. Artista principalmente plástico, plasmó sin embargo sus peripecias vitales en su única obra de ficción: «Pandemonio«.
Escrita en 1924 y hallada de pura casualidad en 1971 entre los desordenados papeles de Picabia, fue publicada en Francia tres años después, pero es ahora cuando llega por primera vez a la lengua castellana bajo el brazo de la editorial Malpaso. En ella, el autor recrea aquel bullicioso momento en el que Europa, que apenas se sostenía en pie tras los estragos causados por la Primera Guerra Mundial, se embarcó con una fuerza arrolladora en la reivindicación de la belleza, del hedonismo y de la creatividad sin ningún tipo de límite. El tono empleado por Picabia, a caballo entre la sátira costumbrista y el más ácido revisionismo, hace de esta obra un vívido testimonio de la efervescencia artística de las vanguardias, además de ser un desmenuzamiento de todas las personalidades que participaron en ella que no deja títere sin cabeza.
Además, la edición presentada por Malpaso respeta la original, cuyas notas a pie de página son imprescindibles para entender las constantes menciones a personajes reales del París de los años 20, que en más de una ocasión aparecen bajo nombres falsos. Se han escrito millones de obras de ficción, ensayos o guiones de películas sobre las Vanguardias, pero la experiencia panorámica que Francis Picabia tuvo de ellas es sin duda la manera más auténtica e fundamental para aproximarse y entender la modernidad, las vanguardias y la Europa de entreguerras.