[CRÍTICA 3] Me ha tocado el papel más complicado a la hora de analizar «Spring Breakers«. Sigo sin entender por qué, pero resulta que, en casi todas las discusiones que tenemos en la redacción -y son muchas-, siempre suelo ser el perro verde que se lleva todos los palos por ir en contra de mis compañeros. Para evitar más linchamientos, me limitaré a hacer lo que todo ser humano decente hace llegado un momento trascendente en su vida: una lista de pros y de contras. Así que, a riesgo de que mis iguales me odien más de lo que ya lo hacen, ahí va lo que pienso de la última película de Harmony Korine.
PUNTOS A FAVOR
• Ver a la cantera de Disney –Selena Gómez, Vanessa Hudgens– junto a Ashley Benson -actriz en maravillas como «Siete Hermanos«, «Zooey 101» o «A Por Todas: Vamos a Triunfar«- en paños menores mientras sostienen una metralleta con una mano y un gramo de droga con la otra.
• Que Harmony Korine dirija a su mujer Rachel Korine y la haga hacer de perra adolescente caliente braguetas.
• Ashley Benson en bañador
• Que Korine sepa darle un tono de película de serie B y toques de humor a unfilm de adolescentes con dudas existenciales que se ven obligadas a delinquir para rellenar un vacío emocional que la vida no ha sabido satisfacer.
• La cara que se le debe poner a los padres de las jóvenes fans de Disney cuando, tras un fundido a negro, pasan los créditos de la última película de los ídolos de sus hijas.
PUNTOS EN CONTRA
• Leer cada día entre mis contactos en las redes sociales unas mil o dos mil veces que «Spring Breakers» es la mejor película de la historia -mentira, todos sabemos que es «Con Air«- y que su visionado ha supuesto un antes y un después en sus vidas. Tampoco pido que la gente sólo se desviva por películas de ucranias sobre la trata de mujeres, niños o niñas. Eso sería muy hipócrita por mi parte, dado que soy el máximo defensor de la basura más infecta, pero «Spring Breakers» no es lo suficientemente mala como para darle la vuelta a la situación y ser cojonuda. Un claro caso de quiero y no puedo. Triste.
• La presencia de James Franco. Vale, entiendo que cada producción necesita su chulazo para atraer a un mayor número de personas entre las que, desgraciadamente, también se encuentra mi novia, pero es que tenemos a Franco hasta en la mismísima sopa. No hay un proyecto en el que no esté metido de una u otra forma. Estamos hablando de un nivel de pesadez y aborrecimiento que ni Santiago Segura en época de promoción de una secuela de «Torrente«. Ah, y no son los celos los que hablan. Palabra.
• No nos engañemos, si lo que te atrae de la película es ver a cuatro zorras jugar con estupefacientes y pistolas, si lo que deseas es sentirte identificado con pre-púberes haciendo el mal, tienes miles de productos mucho mejores que «Spring Breakers«. Un ejemplo de esto sería la obra maestra de Catherine Hardwicke: «Thirteen«. Os aseguro que hace unos años me daba auténtico pánico esta película. Esa primera escena protagonizada por Nikki Reed y Evan Rachel Wood donde se pegaban tras haber esnifado algo malo para la salud… Espeluznante. Piel de gallina.
• Otra cosa que me tiene harto de esta película es que, tras verla, mi novia sólo busca excusas para ponerse un trikini y un pasamontañas rosas para salir a la calle. No os equivoquéis, no es que sea un retrograda celoso que no deja salir a su mujer despelotada por la calle -en verdad un poco, jeje-. No, lo que pasa es que siempre me deja colgado en el último momento a la hora de decidir un disfraz para una fiesta y eso me rompe el corazón. Si os dijese la de veces que ha pasado, me obligaríais a dejarla.
• Que la película se venda como un experimento original, divertido y transgresor y que, en realidad, sea aburrido como una gala de «Splash» y más repetitivo que un sketch de José Mota.
• Ver cómo Korine ha pasado de describir de modo crudo y brutal las tristes y patéticas vidas de jóvenes marginados con problemas de adicción y de relaciones en joyas como «Gummo«, «Kids» o «Ken Park«, mi preferida de lejos, a escribir tonterías sobre cuatro amigas de las cuales una se raja en el último momento, a otra le pegan un tiro y se va asustada y las otras dos pasan un buen rato jugando a ser gángsters y matando a mafias rivales.
Llegado el momento de recapitular, la cosa es bastante clara para mí. Esta vez no compro lo último de Korine, una pena. Me encantaría que alguien tuviese el valor de alzar su voz y romper una lanza a mi favor. Sé que es difícil porque, al parecer, todo el mundo tiene a «Spring Breakers» en un inmerecido pedestal, pero quiero creer que ahí, entre la gran multitud, hay alguien que piensa como yo. Si me estás leyendo, escucha atentamente: corre, escapa, escóndete. Somos los apestados de nuestra época. Por el bien de las generaciones futuras, sobrevive y cuenta la verdad sobre «Spring Breakers«. No dejes que sus fans enloquecidos te cojan y te infecten con sus ideas. Recordadme como un héroe, un mártir. Me despido. Os quiero. Suerte. [Marco Ascione]