[David Martinez de la Haza] Daft Punk se lanzan con “Random Access Memories” (que acronimizaremos como “RAM”) en un inverosímil triple salto mortal sin red, si bien la extenuante promoción que ha recibido ejerce de elemento protector contra el trompazo que podría haberse dado el dúo francés. “RAM” (Universal, 2013) parece encarnar, en un plano musical, el papel que ejerció Quentin Tarantino con “Pulp Fiction”: una reverencia e hiperbolización de géneros denostados y denostables. Aquí tenemos suculentas muestras de disco trasnochado, kitschismo funk, rock progresivo, soundtracks de serie B y dance-pop tumescente de vocoder. Se trata de un homenaje alucinado y casi siempre alucinante, con voluntad completista (atención, más de 70 minutos) y apasionado de estos géneros y subgéneros. Y digo apasionado porque aquí encontramos el rastro del enardecimiento: arrebatos memorables con algún que otro sonrojante traspiés.
Tras haber sedimentado el disco (no parece este un LP con el que dejarse llevar por reacciones apresuradas), queda la impresión de que estamos ante un imperfecto futuro clásico de calado difícilmente mesurable a día de hoy. Sí, sobra metraje, como ese “Within” que podría haber firmado, qué sé yo, Nacho Cano. Pero empiecen a contar temones: a mi me salen hasta ocho, con el jolgorio inicial de “Give Life Back to Music”, la majestuosa e inflamable “Giorgio by Moroder”, las peguntosas “Get Lucky” o “Instant Crush” (híbrido imposible entre The Strokes y Gigi D’Agostino), el funky primigenio de “Lose Yourself to Dance” o “Fragments of Time”, el manierismo de musical en “Touch” o ese hit para cerrar afters en estaciones lunares que es “Doin’ it Right”. Puedo entender atopias, fobias y odios ante un disco tan decididamente polarizante como “RAM”. Pero a mi, que “Discovery” (Virgin, 2001) y “Human After All” (Virgin, 2005) me la traen bastante al pairo, cuéntenme entre sus devotos. [NOTA: 8,5]
.
[Raül De Tena] Dicen The Knife que uno de los muchos juegos que proponen en “Shaking The Habitual” (Mute, 2013) es, básicamente, jugar con algo tan peligroso como el tiempo de quien escucha. En una era como la actual, donde el tiempo se mide a la velocidad vertiginosa en la que se actualiza tu muro de Facebook, que un disco te pida que desaceleres tu ritmo de vida y le dediques el cien por cien de tu atención es una locura… Si hablo de la osadía de The Knife en su último disco es precisamente porque la intención de Daft Punk parece no quedar demasiado lejos. Vivimos en los tiempos del tempo trepidante y trepanante, del EDM impartido por Skrillex y sus escuderos. Y, sin embargo, lo que pretenden Daft Punk con “Random Access Memories” no es sólo rebajar los bmps de la música de baile (algo que, inevitablemente, va a ocurrir cuando empiecen a surgir las copias caligráficas), sino pedirle también a quien escucha -y a quien baila- que lo haga con más cabeza que entrepierna, de una forma más emocional que eufórica.
Dejando a un lado, al fin y al cabo, la inmediatez del hit efectivo y priorizando las largas evoluciones tan propias de la música disco de hace varias décadas: aquí brillan homenajes emocionantes (al italo en «Giorgio by Moroder» y al musical psicotrónico de esa «Touch» cantada por el protagonista de «El Fantasma del Paraíso«), pero también una extrapolación de voces de rabioso aquí y ahora a un limbo atemporal de disco, funk y, sobre todo, de pop y rock de estadio tocado con la ramplonería de la banda más básica (voz, guitarra, bajo y batería)… De hecho, cierran el disco con lo que muy probablemente haga el resto del mundo a partir de estos presupuestos: ¿no es «Contact» un avanzarse a lo que harán Justice cuando escuchen este álbum? Esto no significa que este sea un disco infalible: a partir de “Get Lucky”, cierto tedio se asienta en el tracklist, como si las ideas quedaran dispersas y no cuajaran en canciones. Porque, al fin y al cabo, lo que hace grande a “Random Access Memories” es que es un disco de ideas. Ideas más o menos acertadas pero que, sí, van a volver a cambiar la concepción de la música de baile contemporanea. [NOTA: 8,3]