Han pasado muchos meses, lo sé, pero más vale tarde que nunca. Hoy quiero hablar del que fue, sin duda alguna, el mejor cómic de 2011… O, por lo menos, el que más he recomendado. Obviamente, me refiero a «Pagando por Ello» (publicado en nuestro país por La Cúpula), o lo que vienen a ser las memorias en cómic de un putero. Te estarás preguntando qué te importa a ti saber los más y los menos de la triste (?) vida sexual de un pobre pervertido que tiene que pagar por sexo. Pero es que no estamos hablado de un putero cualquiera, sino del mismísimo Chester Brown: uno de los grandes artistas canadienses del medio junto a sus amigos Seth y Joe Matt. La premisa de este cómic es sencilla: el amor siempre te va a costar algo y muchas veces te acaba saliendo caro, así que mejor saber cuanto será por adelantado… Ergo me voy de putas. Así que, básicamente, lo que tenemos entre las manos son las idas y venidas de Chet con diferentes prostitutas tras la ruptura con su novia Sook-Yin. Este no es el primer trabajo autobiográfico de Brown, ya que entre sus primeras obras destacan «El Playboy» y «Nunca Me Has Gustado«, tebeos ambientados en su adolescencia donde explora el sexo y las distintas dificultades que tiene para relacionarse con las mujeres… Una vez adentrado en el universo Chester Brown, no cuesta mucho entender cómo ha acabado donde ha acabado.
Con «Pagando por Ello«, Chet intenta exponer su punto de vista sobre la prostitución. Para ello, le da al cómic un tono de documental -como ya hizo en «Louis Riel«-, tratando con seriedad un tema bastante escabroso o, cuando menos, difícil de digerir hoy en día. Un ejercicio muy parecido al de Hiromi Hiraguchi y su «Sex Report«, solo que este último se limita a relatar sus encuentros sexuales, sin ningún tipo de reflexión sobre el tema de la prostitución (eso sí, con todo tipo de detalles morbosos). En todo caso, Chester Brown, aún habiendo expuesto su posición sobre el tema, intenta ser lo más objetivo posible. Esto lo consigue desprendiéndose de cualquier virguería en el aparatado gráfico, dando más importancia al contenido que a la forma. Dentro de la monótona rejilla 2×4, que se mantiene prácticamente intacta página tras página, abunda el plano medio y la expresión impasible del autor justamente para evitar cualquier tipo de sentimentalismo por parte del lector. Si quisiésemos simplificar las cosas, diríamos que «Pagando por Ello» se encuentra en un punto intermedio entre la moñería de «Pretty Woman» y el sexo explícito del ya citado «Sex Report«.
Poco a poco, como si de un demiurgo de tratase, Chester da forma a la mentalidad de un putero llevando su lógica a un cierto punto de entendimiento. Un ejemplo de lo dicho son las conversaciones que mantiene con Joe Matt y Seth, donde ambos amigos le consideran un fracasado por hacer lo que hace por mucho que en todas y cada una de esas conversaciones Chet rebate todos los argumentos, consigue que le creas y acaba convenciéndote totalmente. Es innegable que lo que dice, bajo un punto de vista estrictamente racional, es completamente lógico y que, por lo tanto, se puede entender sin ningún problema o incluso compartir y tomarlo como ejemplo de vida. A lo largo de la historia persiste una extraña sensación de incomodidad, ya sea por la situación en la que se ve envuelto con su ex novia (ante la cual reacciona como lo haría un robot), por la frialdad con la que Brown trata a las prostitutas o por la facilidad con la que aborda el tema de sexo por dinero. A pesar de todo, si después de las doscientas y pico páginas que dan forma a esta maravilla sigues sin estar convencido de que pagar por sexo es lo mejor que puedes hacer en tu vida, Brown incluye un apéndice donde, utilizando personajes estereotipados, expone todos los posibles argumentos en contra de la prostitución y, a través de una explicación clara y concisa, acaba quitándote cualquier duda de que la prostitución no pueda ser una opción viable en el día a día de cualquier persona.
¿Estás cansado de relaciones amorosas que no funcionan? ¿Harto de que te dejen y te rompan el corazón? ¿Para qué complicarte las cosas? Compra un «Pagando por Ello» y vete de putas. Yo ya lo he hecho.
[Marco Ascione]