Fácil lo tenía Seth MacFarlane para reanimar el nivel cada vez más decadente en una Gala de los Oscars que a cada año que pasaba se estaba viendo más y más anquilosada por el aburrimiento… Pero, a la vez, difícil lo tenía Seth MacFarlane para superar el sublime precedente que hace unos meses Amy Poehler y Tina Fey dejaron para la posteridad durante la Gala de los Golden Globes. Sea como sea, el showrunner de «Padre de Familia» decidió poner toda la carne en el asador desde un buen principio: sabedor de que un buen monólogo de apertura marca el tono de la gala al completo, MacFarlane arrancaba diciendo que su mayor meta en la noche sería hacer reír a Tommy Lee Jones. Una vez conseguido eso (no pareció tan dífícil), se embarcó en las típicas puyas contra los asistentes, haciendo recibir a Jean Dujardin (en referencia al poco poder de estos premios, ya que el francés parece desaparecido últimamente), Jennifer Lawrence (señalando que debe estar contenta de que Meryl Streep no esté nominada) o «Django Desencadenado» (que, según el presentador, tiene tanto «nigga» en sus diálogos porque estos están salidos del correo de voz de Mel Gibson).
El nivel de las bromas, sin embargo, empezó a decaer en lo que parecía un giro deliberado del guión que se vio totalmente salvado cuando una pantalla gigante descendió sobre el escenario y apareció William Shatner en su ya icónica encarnación del Capitán Kirk de «Star Trek» (única pero gigante concesión de MacFarlane a su habitual subtexto geek) para prevenirle de que los titulares del día siguiente le tacharían de haber sido un presentador pésimo. A partir de ahí, se irían sucediendo lo que Shatner le enseñaba como posible futuro (todo muy Seth MacFarlane: un show musical hablando de en qué películas les pudimos ver las tetas a muchas de las actrices presentes, una recreación de «Flight» con muñecos hechos con calcetines y un tirarle los tejos a Sally Field vestido como la actriz en sus años de «The Flying Nun») y los números de corte más clásico que incorporaban bailes de Charlize Theron, Channing Tatum, Daniel Radcliff y Joseph Gordon Levitt. ¿El resultado? Éxito absoluto a la hora de equilibrar la balanza entre el humor típicamente MacFarlane (y atípicamente Oscars) y el sentido del show business que se estaba perdiendo en las últimas galas. Evidentemente, los titulares del día de mañana se acaban mostrando tan favorables como este: «Best Oscar host ever, says everyone except Entertainment Weekly«.
El equilibrio entre estas dos caras de la gala seguiría igual el resto de la velada. De esta forma, a partir de ese momento, la comicidad del show se repartiría en dos direcciones… Por un lado, la vía natural llevó al presentador a bromear con todos y sobre todos. No se cortó un pelo a la hora de hablar de la juventud de Quvenzhané Wallis (la joven protagonista de «Beasts of The Southern Wild«, a quien según MacFarlane Jannifer Lawrence le parece una vieja y a la que sólo le faltan diez años para ser carne de George Clooney), Ben Affleck (tipo cada vez más serio, tanto que «está a seis meses de que le llamemos Benjamin Affleck«) o «Zero Dark Thirty» (film que expresa elocuentemente la inhabilidad de las mujeres para dejar estar las cosas). Y, por otro lado, no hay que olvidar el humor que se desprendió de los diferentes presentadores de los premios, ya fuera el casting de «Los Vengadores» (cebándose con Samuel L. Jackson) o la aparición especial del oso Ted preguntándole a Mark Wahlberg dónde se celebra la tradicional orgía post-Oscars («en casa de Jack Nicholson«, respondía el actor).
En cuanto al show business en sí mismo, pareció enfocarse en unas actuaciones musicales que ya se antojaban especialmente protagonistas desde que el presentador anunciara que esta sería la primera gala de los Oscars con una temática: la música en el cine. Sería por ello que un sosainas homenaje a James Bond se vio coronado por la siempre impactante presencia de Shirley Bassey cantando «Gold Finger«. Hacia la mitad de la noche, el escenario se vio invadido por un trío de actuaciones que concatenaron a Catherine Zeta-Jones reviviendo el «All That Jazz» de su «Cabaret» (aunque hay que reconocer que fue un playback muy poco agraciado y en muy baja forma), Jennifer Hudson recreando su papel en «Dreamgirls» y, sobre todo, el casting al completo (con bulto incluído) de «Les Misérables» bordando «One More Day» y aportando a la jornada una emoción de esas capaces de afectarte al lacrimal si te pillan con las defensas bajas. El punto de sobriedad (magistralmente efectiva) lo pusieron Adele con «Skyfall» (más Bond en la gala) y Barbra Streisand en su personal y preciosos homenaje al fallecido Marvin Hamlisch.
¿Y qué pasa con los premios? Si normalmente suele decirse en estas ocasiones que han habido pocas sorpresas, en los Oscars 2013 hay que afirmar todo lo contrario. Para empezar, porque aunque «Argo» triunfara en los pasados Golden Globes, ni las quinielas más locas la hubieran situado como la triunfadora de la noche por encima de «Lincoln» o «Amour«. Pero así sucedió: el film consiguió dos de los mayores galardones de la velada (mejor película y mejor guión adaptado) y le sirvió a Ben Affleck para callar la boca de todos aquellos que todavía siguen sonriendo ante el rumor de que la escritura del guión de «El Indomable Will Hunting«, que ya le valió un Oscar hace una década, fue algo en lo que el director nunca llegó a participar de forma activa, sino que fue obra y gracia de Matt Damon en exclusiva. Las sorpresas tendrían que haberse previsto desde el minuto uno, cuando Christoph Waltz se hizo con la estatuilla al mejor actor secundario por encima de favoritos como Philip Seymour Hoffman o Robert DeNiro. Desde entonces, hubieron sorpresas para bien (el reconocimiento de la genial «Searching For Sugar Man» como mejor documental) y para mal (la acumulación de premios de una «Life of Pi«, que hizo dudar a muchos: ¿sería al final la vencedora de la noche?). Hubo sorpresas que sólo el tiempo dirá si fueron acertadas o no (el Oscar a Jennifer Lawrence por su papel en «Silver Linings Playbook«), sorpresas presidenciales (¿qué hacía Michelle Obama presentado el Oscar a la Mejor Película?) y sorpresas rozando el absurdo (el Oscar compartido a la mejor edición de sonido: sólo hay dos precedentes en la historia, y no parece muy justificable establecer un tercer caso precisamente en una categoría como esta). Al final, tal y como se venía anunciando desde el principio, hubo equilibrio incluso en el ratio de sorpresa del palmarés.
El listado final de ganadores de los Oscars 2013 es el siguiente:
MEJOR PELÍCULA. «Argo»
MEJOR DIRECTOR. Ang Lee, «Life of Pi»
MEJOR ACTOR. Daniel Day-Lewis, «Lincoln»
MEJOR ACTRIZ. Jennifer Lawrence, «Silver Linings Playbook»
MEJOR ACTOR DE REPARTO. Christoph Walz, «Django Unchained»
MEJOR ACTRIZ DE REPARTO. Anne Hathaway, «Les Misérables»
MEJOR GUIÓN ADAPTADO. «Argo«, Chris Terrio
MEJOR GUIÓN ORIGINAL. «Django Unchained«, Quentin Tarantino
MEJOR FOTOGRAFÍA. Claudio Miranda, «Life of Pi»
MEJORES EFECTOS VISUALES. «Life of Pi»
MEJOR MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA. «Les Miserables»
MEJOR DISEÑO DE VESTUARIO. «Anna Karenina«, Jacqueline Durran
MEJOR MONTAJE. William Goldenberg, «Argo»
MEJOR DISEÑO DE PRODUCCIÓN. Rick Carter y Jim Erickson, «Lincoln»
MEJOR BANDA SONORA ORIGINAL. MIchael Danna, «Life of Pi»
MEJOR CANCIÓN. «Skyfall«, Adele y Paul Epworth
MEJOR MEZCLA DE SONIDO. «Les Miserables»
MEJOR EDICIÓN DE SONIDO. «Zero Dark Thirty» + «Skyfall»
MEJOR PELÍCULA EXTRANJERA. «Amour«, Michael Haneke
MEJOR DOCUMENTAL. «Searching for Sugar Man»
MEJOR FILM DE ANIMACIÓN. «Brave«, Mark Andrews y Brendan Chapman
MEJOR CORTO DE ANIMACIÓN. «Paperman«, John Cars
MEJOR CORTO FICCIÓN. «Curfew»
MEJOR CORTO DOCUMENTAL. «Inocente«.