El cartelón del nuevo festival O Son do Camiño es altamente alucinante… Pero es necesario reflexionar: ¿será flor de un día o un terremoto que sacuda la escena festivalera gallega?
El cuento, pese a que se ha relatado repetidas veces, no deja de sorprender: Santiago de Compostela carece de un evento de música anual al aire libre en verano, cuando en lugares relativamente próximos se vive cada temporada una intensa actividad festivalera. Esta situación siempre ha resultado desconcertante, especialmente por el hecho de que la ciudad es la capital de Galicia y uno de sus centros culturales.
Desde el año 2000, cuando Santiago se convirtió en Capital Europea de la Cultura, se ha buscado cubrir ese enorme vacío con varios intentos: ese mismo año, con el Santirock, que en 2003 revivió en una edición más modesta; en el 2004, coincidiendo con los fastos del Xacobeo -punta de lanza turística local y autonómica cada vez que el 25 de julio cae en domingo-, con los irrepetibles Conciertos del Nuevo Milenio; en 2010, también año jubilar, con el Xacobeo 10; en 2011, con el Rock In Way; y, en 2012, con el Music Way, versión del anterior de tamaño más reducido.
Repasando esta breve historia de los festivales en Compostela en lo que llevamos de siglo 21 se deduce que, excepto en el caso de los dos últimos certámenes mencionados, o se recurría como excusa a la celebración de un gran acontecimiento que movilizara a las instituciones públicas para que echasen combustible a la maquinaria organizativa o, por el contrario, las citas musicales de medias / grandes dimensiones no florecían en la capital. Así que, tirando del hilo, se llega a otra conclusión: hasta el 2021, siguiente Año Santo, no habría la posibilidad de vivir en Santiago un (macro)festival que sobresaliera por sus condiciones artísticas y logísticas en el vasto paisaje musical español.
Pero, como si se tratase de un milagro de ese apóstol que supuestamente yace bajo la catedral (aunque las causas de su materialización son más terrenales), Santiago de Compostela acogerá un nuevo festival seis años después del último que allí se realizó y tres antes de que el Xacobeo invada oficialmente Galicia de norte a sur: O Son do Camiño (el sonido del camino). Su propósito de partida está indefectiblemente relacionado con uno de los símbolos galaicos por antonomasia: dar a conocer el Camino de Santiago por todo el mundo a través de conciertos de rutilantes nombres internacionales y de una destacada selección de grupos gallegos y españoles, todo ellos inscritos en el circuito denominado alternativo, aunque haciendo algún que otro guiño al mainstream.
Con la amplia tanda inicial de confirmaciones en la mano, queda claro que O Son do Camiño se propone atraer a los dos escenarios que se situarán en el remodelado recinto del Monte do Gozo durante sus tres días de duración, del 28 al 30 de junio, a un público diverso y procedente de diferentes orígenes del mismo modo que llegan miles de peregrinos a la plaza del Obradoiro. De entrada, toda la atención la acaparan sus tres cabezas de cartel: The Killers (que pisarán por primera vez tierras galaicas), Lenny Kravitz y Jamiroquai. Sota, caballo y rey. Les secunda una segunda línea formada por Franz Ferdinand, Mando Diao, Two Door Cinema Club y Martin Garrix. Y, en la letra teóricamente mediana / pequeña, despuntan Triángulo de Amor Bizarro, León Benavente, C. Tangana, The Gift o Rufus T. Firefly. Es decir, que no faltarán sonidos para todos los gustos y oídos.
Eso sí, la euforia y la satisfacción ante la noticia de que Santiago volverá a estar en el mapa festivalero estatal (y de parte del exterior) gracias a O Son do Camiño no deberían impedir preguntarse si se va a quedar en flor de tres días y, más importante, si este terremoto puede romper el equilibrio de la oferta musical veraniega logrado los últimos años en Galicia. Sea como sea, este camino sonoro sólo acaba de empezar…
Más información en la web de O Son do Camiño.