YUNO
Animal Collective, Grizzly Bear, Tame Impala… y toneladas de r&b. Esa es la fórmula perfecta de la seducción de Yuno.
Cosas que hacer en Jacksonville (Florida) cuando eres chaval: practicar skate, por ejemplo. Esa era una de las aficiones adolescentes de Carlton Joseph Moodie, lo que le ayudó a descubrir tangencialmente el mundo del rock y del rap, aunque en su casa se empapaba del dancehall, el reggae, el soul y el pop que escuchaban sus padres (de orígenes británicos y jamaicanos). Totalmente autodidacta, nunca había recibido clases de música ni de canto cuando comenzó a componer y grabar con quince años para, después, arrancar su aventura autoproducida y autoeditada en un auténtico proceso creativo DIY que incluía no solo tocar todos los instrumentos, sino también confeccionar sus propios vídeos.
Nuestro protagonista realizaba todo ese trabajo metido en su habitación, todavía bautizado como Unouomedude. Bajo ese alias publicaría su EP de estreno, “Marsh” (autoeditado, 2010), y un par de singles subidos a SoundCloud y Bandcamp hasta que, en 2012, aprovechando la edición digital de otro tema, “Sunlight”, empezó a usar la denominación Yuno. A lo largo de esa travesía perfiló un pop salpicado de gotitas acid-jazz, electrónica y R&B que terminaría llegando a los oídos de Ishmael Butler (Shabazz Palaces). En ese momento se fraguó el gran punto de inflexión en la vida artística y personal de Yuno: su fichaje por Sub Pop, una noticia increíble para un outsider total que jamás había tocado en directo y que tenía escasa experiencia pero cuyo futuro era realmente prometedor.
El sello de Seattle editó su segundo EP -primero como Yuno-, “Moodie” (Sub Pop, 2018), un trabajo que desglosa el fin de una relación sentimental desde diferentes ópticas estilísticas, aunque su contenido presenta un evidente influjo de Animal Collective, en los cuales se inspiran la base rítmica, el molde melódico y la interpretación vocal de “Amber”, un pequeño festín sonoro que se multiplica en “No Going Back”, llena de luz y de color y donde también se distinguen ecos de Grizzly Bear y Tame Impala. Entre medias y en el desenlace de “Moodie”, “Fall In Love” supura R&B por todos sus poros; mientras que “Galapagos” tira de tropicalismo sintético para funcionar como el corte más escapista del lote y el mejor reflejo del carácter expansivo del pop que practica Yuno.
El año pasado, el estadounidense rescató la mencionada “Sunlight” para reeditarla en una versión remozada, playera y ultraveraniega. Esa ha sido la última señal emitida por Yuno, pero es probable que próximamente entregue un primer LP que, se supone, estará gestando en el calor de su hogar. Quién le iba a decir que, desde su habitación, en no demasiado tiempo pasaría a formar parte de Sub Pop y se subiría al escenario en formato banda en una gira (junto a Twin Shadow) por Estados Unidos y Europa… [Más información en el Facebook de Yuno]