¿Necesitas una buena ración de musicón fresco? Aquí te presentamos cuatro nuevas bandas españolas que lo tienen todo para ser tus favoritas.
EL MOMENTO INCÓMODO
«El Temporal» es un EP de debut en el que Malena Fernández de El Momento Incómodo vierte su particular visión del mal querer.
Después formar parte de grupos pertenecientes al circuito underground madrileño como Paracusia y Blue Boredom, Malena Fernández decidió hace un par de años emprender su aventura en solitario (luego se acompañaría de su propia banda) como El Momento Incómodo. Curioso nombre que recuerda a aquellos silencios incómodos de los que hablaban Mia Wallace y Vincent Vega en una de las escenas más emblemáticas de “Pulp Fiction”, aunque en realidad se conecta con escenas cotidianas que, por desgracia, debemos afrontar en la vida. Justamente las mismas que alimentan las letras de Malena, auténticos torrentes emocionales a través de los que suelta su rabia y su frustración.
En sus comienzos, tal como atestiguan sus primeros temas, El Momento Incómodo se inclinaba hacia el synthpop y el pop de dormitorio aunque, a medida que el proyecto fue avanzando, evolucionó hacia el pop-rock. Entre esas coordenadas se encuadran las piezas que componen su EP de debut, “El Temporal” (Lago/Cráter, 2021). Antes de publicarlo, Malena afirmaba en su Bandcamp: “He cumplido 25, me he gastado un dinero que no tengo, he grabado cinco canciones y me cago de los nervios”. Esas cinco canciones son, precisamente, las de “El Temporal”, mediante las que Malena relata unas cuantas verdades y no se anda con chiquitas para exhibir su particular visión del mal querer.
Producido por Nick Schilke (Portugal.The Man, Weezer), el EP es la demostración de la metamorfosis de Malena en una figura híbrida entre la Angel Olsen más eléctrica, Mitski y Snail Mail y de El Momento Incómodo en un grupo capaz de sonar a lo grande (“El Temporal”) para que la lírica afinada y los versos hirientes (y heridos, como los de “Mejor Ahora”) se transmitan con toda la fuerza posible. De hecho, en “Lo que no me Das”, Malena da un puñetazo sobre la mesa empujada por su solidez, aunque sin difuminar la vulnerabilidad de sus palabras. El fiel reflejo de la garra de “El Temporal” es “El Volcán”, una erupción afectiva seguida de réplicas sísmicas sensitivas que cierra una pequeña gran obra en esencia autobiográfica pero que sirve para que toda aquella persona que lo necesite encuentre un adecuado desahogo. [Más información en el Instagram de El Momento Incómodo]
MT
No, no nos hemos olvidado de la postneopsicodelia… Y por eso nos gusta tanto que Mt sean algo así como la versión coruñesa de Tame Impala.
La psicodelia anglosajona surgida a largo de la última década -bautizada en su día en fantasticmag como postneopscidelia- y que ha corrido como la pólvora desde Estados Unidos y Gran Bretaña hasta Australia, gran punto neurálgico del movimiento, es capaz de impregnar cualquier otro género y de llegar a cualquier rincón del planeta. Por ejemplo, A Coruña, base de operaciones de Mt, proyecto del artista y productor Adrián Martínez que nació en 2019 fruto de la búsqueda de sonidos y texturas para profundizar en los estándares del dream-pop y del space-rock. Por decirlo de algún modo, Mt vendría a ser la versión coruñesa de Tame Impala, con Adrián al frente de su grupo disfrazado de una especie de Kevin Parker atlántico que se centra en experimentar con las posibilidades que le ofrecen sus herramientas en el estudio.
De ese lugar precisamente parte la filosofía creativa de Mt, cuyo estilo ensoñador y lo-fi también hace que se detecte en sus composiciones el influjo de Ariel Pink o Connan Mockasin. Los sintetizadores fluorescentes, los efectos brumosos y los decorados oníricos son las características primordiales de la paleta sonora de Mt, recubierta de una pátina analógica y de otra hipnagógica con las que a veces es difícil distinguir entre sueño y realidad, tal como ocurre en “La Ventilación”, uno de los primeros temas editados de manera totalmente autónoma por Mt, junto a “Alacranes”.
Gracias a ese par de piezas, el proyecto de Adrián llamó la suficiente atención para que algún sello se interesase por su trabajo. Y ahí apareció rauda y veloz la escudería de Santiago de Compostela La Melona. La canción que inauguró esa nueva etapa de Mt fue “Capullo Baby”, buena referencia para hacerse una idea del sonido del combo coruñés por su guitarra slacker y su melodía glaseada que daría paso a una ristra de sugerentes singles que ponían los dientes largos ante un futuro álbum. Y este llegó justo en el inicio del pasado verano: “Emeté” (La Melona, 2021), estreno en largo que aglutina todas las canciones que Mt habían compartido hasta entonces y otras inéditas que siguen la línea estilística marcada previamente.
Las historias nocturnas contadas entre luces de neón, los riffs eléctricos filtrados y las notas de sintetizador que se derriten en los oídos hacen que “Emeté” sea un disco que se degusta con extrema placidez mientras los sentidos se relajan y se expanden. Fans de Rufus T. Firefly y Mucho, prestad atención a Mt. [Más información en el Instagram de Mt]
SHEGO
A Shego lo que más les gusta es pegar duro es al machismo y al heteropatriarcado que se extiende como el veneno por nuestro país… Y eso nos pone. Mucho.
El confinamiento que sufrimos el año pasado no provocó sólo miedo e incertidumbre, sino que -intentando ver su lado positivo- también estimuló la creatividad en muchos grupos. O, directamente, contribuyó a que algunos de estos nacieran y fueran creciendo. Como Shego, banda integrada por Maite Gallardo, Raquel Cerro, Irene Garrido y Aroa Delgado que empezó como un divertimento y acabó cuajando en uno de los nombres más arrolladores del nuevo rock garagero español. Aunque Shego no se quedan ahí y también dan caña al punk y al post-punk. Eso sí, a lo que más les gusta pegar duro es al machismo y al heteropatriarcado que se extiende como el veneno por nuestro país, al mismo tiempo que desmontan prejuicios incrustados en el imaginario colectivo en torno a la idealización del amor romántico y dejan las cosas claras sobre las relaciones tóxicas.
Los primeros temas que compartieron públicamente, “meperd0nas?”, “fumas?” y “adiós”, ya indicaban hacia dónde disparaban Shego sus dardos, aunque ha sido con su puesta de corto, el EP “tantos chicos malos y tan poco tiempo” (Ernie, 2021), con el que han perfilado el centro de su diana: la España más cerril, la industria musical testosterónica, los machitos que van de rompebragas y la superficialidad y la impostura de los tiempos actuales. Todo ello concentrado en sólo tres cortes en lo que Shego vuelcan su actitud empoderada y su discurso enérgico por fuera y por dentro.
Los únicos elementos masculinos presentes en la gestación de “tantos chicos malos y tan poco tiempo” fueron Carlangas (Novedades Carminha) y Bronquio, implicados en la producción. Sin embargo, lo importante del EP es comprobar cómo Shego afilan sus lenguas y sacan a relucir todo su descaro (a veces muy macarra, en el buen sentido del término) en actos de rebeldía bien reflexionados y mejor interpretados que adquieren forma de canción. “Vicente Amor” es una patada en los huevos del típico vividor-follador a golpe de punk primigenio y espíritu riot-grrrl; “oh boi” salta al indie-pop californiano con toque spectoriano (y referencia a “Jardín de Rosas” de Duncan Dhu) para actuar como el corte más reluciente del lote; y “la nueva ola” se inspira tanto en el no wave ochentero como en el sonido Madchester más ácido para atacar a los modernos de pacotilla.
Pero Shego no se han detenido una vez editado “tantos chicos malos y tan poco tiempo”. Recientemente han publicado “la kiero a morir”, que da un giro a su estilo al bajar las pulsaciones rítmicas aunque sin salirse del todo del rock garagero y de la puntería lírica que las define. De una cosa estamos seguros: a los machirulos no les gustará Shego… Así que, si aún no se han enterado, les decimos desde aquí que Shego mandan. [Más información en el Facebook de Shego]
SOFIA
Alucinaciones, kraut-rock y cuentos de hadas sombríos… Todo esto está en la coctelera de Sofia. ¿Cómo decir que no a un cóctel así?
Se supone que las islas Baleares, con su luz, su clima, su brisa mediterránea y su propia insularidad, funcionan como una potente fuente de inspiración para adentrarse en terrenos musicales luminosos y brillantes. Y así es. Pero la mallorquina Sofia decidió seguir la dirección opuesta, la de las sombras y la sobriedad. Forjada artísticamente en grupos como Escorpio o POU, cuando se lanzó en solitario optó por modelar un synthpop con ramalazo electro y kraut de intenso aroma ochentero. Como si se viera en un espejo donde se proyectan las siluetas de Kraftwerk y Tubeway Army, Sofia desarrolla un pop tecnificado tan minimalista como sutil.
El libro de estilo de Sofia es el resultado de una combinación de ingredientes que estimulan la imaginación bajo una atmósfera unas veces granulada y, otras, distorsionada. En ese escenario, la mallorquina habla de sentimientos y sensaciones con las mismas dosis de frialdad que de dulzura, una dualidad que se plasmó la perfección en sus dos primeros singles: “Decir Adiós”, una gélida y maquinal despedida emocional; y “El Cielo Blanco”, píldora de tecnopop de raíz germánica. Ambas acabaron conformando su 7’’ de debut, “SOFIA”, editado en 2021 por Espora Records y Humo Intl., discográfica que va como anillo al dedo a Sofia por sus postulados éticos y estéticos.
Con la ayuda del sello asturiano, Sofia ha entregado también este año su primer EP -precedido por “E2021”, ensayo caleidoscópico en el que la mallorquina jugaba con los loops y la voz-, “El Ayre del Almena” (Humo Intl., 2021). En él se aprecia el gusto de Sofia por las alucinaciones extrasensoriales (“Dragones en mi Portal”), el kraut-pop de aspecto espartano (“Me da Igual”), los cuentos de hadas sombríos (“Lunacy”) y la kosmische musik (“No me Quieres”). Bienvenidos al mundo de Sofia. [Más información en el Instagram de Sofia]