OWL C.
Gonzalo Ruiz convierte su proyecto Owl Captain en OWL C. y se embarca en la publicación de un álbum episódico protagonizado por guitarra, banjo y lap steel.
VIDA. Gonzalo Ruiz nació en Málaga y reside en Madrid. Pero, si no supiéramos de antemano esos datos, podríamos creer fácilmente que proviene del otro lado del charco, de algún lugar perdido entre los montes Apalaches, Kentucky y Texas. Cuando se hacía llamar todavía Owl Captain, Gonzalo ya se encontraba totalmente inmerso en la cultura musical norteamericana de raíces. Sin embargo, tras publicar el álbum “The Insides Of Being The Owl Captain” (autoeditado, 2017), se arriesgó a redirigir su proyecto hacia un sonido más orgánico y natural.
Sin abandonar del todo las coordenadas entre las que se había movido con anterioridad, el malagueño se recicló en OWL C., cantautor devoto del proceso creativo cuidado y meticuloso mediante el que moldear composiciones distinguidas por el protagonismo de la guitarra, el banjo y el lap steel, las deliciosas armonías vocales y los arreglos detallistas. Estos son los elementos primordiales de su indie-folk cercano, emotivo y regado de gotas de emo noventero a lo Pinegrove o Big Thief.
OBRA. OWL C. está ejecutando desde el año pasado el siguiente plan: compartir periódicamente un EP breve -cuatro en total- hasta completar un LP hecho y derecho cuyo título saldrá del encabezamiento de cada uno de ellos, editados por el sello Récords del Mundo. Esos EPs, además, conforman un relato cohesionado al estar unidos por el mismo concepto formal y textual.
El primero en ver la luz fue “ok” (Récords del Mundo, 2019), cosido por folk-rock clásico, pleno de sentimiento y muy arrimado al sonido americana. Por momentos, apetece degustarlo junto a una hoguera por su efecto reconfortante. Le siguió “no” (Récords del Mundo, 2019), apéndice de su predecesor al reproducir su tono apacible y su pellizco eléctrico, aunque en “Set It Off” se torna más dinámico e incluso recuerda levemente a los añorados The Sunday Drivers. El más reciente “I’m” (Récords del Mundo, 2020) enseña la versión más desnuda de OWL C. gracias al desarrollo lánguido y la fragancia melancólica de “Death” y la fragilidad de “Not What I Meant”, dos piezas que van directamente al corazón. “fine” cerrará próximamente el círculo dibujado con parsimonia por OWL C. [Más información en el Facebook de OWL C.]