Ocho nuevas bandas españolas que deberías escuchar ahora mismo (La Nueva Carne #04)

ALEXANDERPLATZ

Si eres de los que siguen echando de menos a Klaus & Kinski, necesitas urgentemente meterte en el (maravilloso) mundo de Alexanderplatz.

VIDA. En 2013, ese ente etéreo denominado «indie español» se quedó un poco cojo con la desactivación de uno de sus representantes más significativos en aquella época: Klaus & Kinski. Muchos aún echan de menos al grupo murciano y seguro que, imbuidos por esos pensamientos nostálgicos, se han preguntado en algún momento qué fue, desde entonces, de Marina Gómez y Alejandro Martínez.

Para el caso que nos ocupa, nos centraremos en la segunda parte contratante mencionada, en Alex, que sólo asomó la cabeza musicalmente hablando en la fase post-Klaus & Kinski como productor del EP “Caza Mayor” (Jabalina, 2017) de espíritusanto. Resultaba extraño, por tanto, que no hubiera compartido anteriormente con el mundo alguna clase de material sonoro, ya fuese individualmente o en otra aventura grupal. Claro, aún le estaba dando forma… Esta tarea la remató a finales de 2016 para alumbrar sus primeras canciones bajo el alias Alexanderplatz.

OBRA. Esas composiciones, cuatro en total, son las que integran su EP de estreno, “Contrarreforma” (Jabalina, 2017), perteneciente a la colección de vinilos en 7’’ Singularidades del sello Jabalina. Y en ellas se aprecian ecos de la esencia de Klaus & Kinski, aunque lógicamente adaptada a su nuevo proyecto. Eso sí, no evita que su estilo sea igual de poliédrico, combinando en su fórmula mágica pop, kraut, shoegaze, dream-pop, guitarras evanescentes y sintetizadores analógicos, ingredientes que se despliegan en las dos partes de “Si no lo Paso Mal no me lo Paso Bien”, la planeadora “Podrías Haberte Quedado Quieto” y la ingrávida y reluciente “Bucle”. Quizá su debut como Alexanderplatz se haga demasiado corto, pero la mejor noticia es saber que Alejandro Martínez está de vuelta para la causa. [Jose A. Martínez] [Más en el Facebook de Alexanderplatz]

BOYANKA KOSTOVA

¿Qué? ¿Creías que el trap nunca llegaría a Galicia? Pues te equivocabas… Y BoyankA KostovA están aquí para demostrarte eso y muchas otras cosas que te explicamos a continuación.

VIDA. Trap, el género de moda. Quieran o no quieran. Aquí y en la Cochinchina. También en Galicia. Bueno, entre la muchachada de Galicia, como en el resto de España. Eso sí, en la esquina noroeste no ha penetrado en la escena musical con la misma fuerza que en otros lugares del país. Allí el pop, el rock y la electrónica siguen dominando el cotarro alternativo. Pero, ojo, se está abriendo una puerta hacia el trap gracias al dúo de Santiago de Compostela BoyankA KostovA. O lo que es lo mismo: Cibrán (alias $aibran Gx2) y Chicho (aka O Chicho do Funk), que recurrieron al nombre de una atleta búlgara de halterofilia para bautizar su proyecto compartido desde marzo de 2016 tras haber formado parte de varios grupos de rap.

Cuando, en cuestión de un par de meses, editaron su primera maqueta digital y empezaron a actuar en directo, fueron enseguida calificados como pioneros del trap en Galicia y, además, cantado en gallego. Tal etiqueta ya se ha convertido en un cliché al hablar de BoyankA KostovA, del mismo modo que resulta bastante tópico referirse a la pareja como un elemento exótico (incluso extraño) dentro del panorama galaico. Aunque, esto, al fin y al cabo, hay que tomarlo como un signo positivo, ya que Cibrán y Chicho refrescan la escena local asimilando con personalidad un estilo, en teoría, alejado de la música hecha en Galicia hasta parir el denominado trap de alma rural.

OBRA. El creciente fenómeno de BoyankA KostovA se ha basado en la eficaz estrategia de compartir vía YouTube sus temas con sus correspondientes videoclips realizados sin complejos y con mucha retranca, la misma que Cibrán y Chicho vuelcan en unas letras costumbristas y realistas, pero alejadas del rollo calenturiento, malote y machito que suele aparecer en el trap convencional.

Para BoyankA KostovA, la cotidianidad más cercana, la que viven en sus carnes y a su alrededor -cambiando las calles de la ciudad por las leiras de la aldea- es su principal argumento. En cierto modo, su filosofía recuerda a la de los actuales adalides del hip hop gallego, Malandrómeda, con los que existen ciertos puntos discursivos y narrativos en común. De acuerdo, el gran recurso de BoyankA KostovA es la diversión y el buen humor, pero su música va muy en serio. [Jose A. Martínez] [Más en el Facebook de BoyankA KostovA]

ESPEJOS Y DIAMANTES

A continuación te vamos a presentar a Espejos y Diamantes… Pero una cosa te adelantamos: prepárate, porque los nombres de sus canciones te dejarán muy loquer.

VIDA. Casi como si de un proceso de división celular se tratara, surgen Espejos y Diamantes. Así, Joaquín y Carlota de Carriero Blanco se juntan y montan este dúo que conserva parte del material de la célula madre, el tecnopop, pero llevándolo por unos derroteros mucho más ochenteros. En realidad, empezaron sus andaduras en 2015, cuando publicaron su primer single, “Todo lo que Está Sonando”, e hicieron sus primeros pinitos en directo. Pero fue este verano cuando empezaron a publicar más canciones y, finalmente, fue en este mes de octubre cuando publican su primer largo homónimo de la mano de Ferror Records.

OBRA. El universo de “Espejos y diamantes” es un mundo de purpurina y estrellas trasnochadas. Una lágrima de glitter, que dirían unos; una noche decadente y estelar, que dirían otros. Ahora te pintan infinitas autopistas de sintes y vocoders, como en “Andy Warhol, Pitita Ridruejo, Maruja Mallo y Ana Obregón” o “Del Vaguismo al Vanguarduardismo”, ahora se te ponen en modo trip makinero (“Fiestas en Núcleos Privados”) o se sintonizan a los sonidos más oscuros de los ochenta (“Chicos Refinados” y “Fetiche”).

La más popera de todas, “Días de Lluvia, Tecnopop y Morrissey” (que bien funciona como un manifiesto del dúo, preguntándose con acierto qué sentido tiene seguir haciendo tecnopop en dos mil diecisiete, siendo la nostalgia la única respuesta honesta) está llamada a ser desde ya un hit atemporal: difícil olvidar esa línea de guitarra inicial, aderezada con ese bombo cuatro por cuatro y una letra con las suficientes referencias universales como para que cualquiera que haya vivido los primeros dosmiles se sienta identificado. [Patri di Filippo] [Más en el Facebook de Espejos y Diamantes]

LO ENTIENDO PERO A VER

Para que os hagáis una idea: nos aventuramos a escribir de Lo Entiendo Pero A Ver habiendo escuchado solo tres canciones suyas… Pero es que, oye, ¡vaya tres canciones!

VIDA. Llevamos meses sobre la pista de estos cuatro chaveas de Zaragoza, dándole vueltas y vueltas a los únicos tres temas que tienen en Bandcamp, a la espera de algo más para confirmar que, pese a la calidad de la grabación, ahí hay algo muy bueno. Eso fue en abril. Al final, hemos escuchado tantas veces esas tres canciones en todo este tiempo, y nos han acabado gustando tanto, que no hemos querido esperar más.

Los datos biográficos son tan exiguos como su carta de presentación: son cuatro (un chico a guitarra y voz, otra chica a la guitarra y coros, una a la batería y uno a al saxo). Parecen muy jóvenes en las fotos. Y ya. Por lo demás, no sabemos mucho más de lo que puede conocer uno stalkeando sus redes sociales: un par de conciertos en su ciudad natal, alguno por el norte, ojalá que uno pronto en Barcelona. Aunque puede que sí conozcas a su cantante, que en su proyecto personal se hace llamar Willy Foger (y, si no le conocías, vale la pena tenerle en cuenta también: es una especie de mezcla de voz a lo Gúdar y melodía rollo Los Campesinos! en su faceta menos pop y más emo que consigue hacer hasta de los baños públicos un lugar romántico).

OBRA. Para ser sinceros, lo primero que nos llamó la atención de estos maños fue el nombre de su EP. Buceando en novedades de Bandcamp -cada cual más aburrida; siempre las mismas portadas y los mismos nombres para los mismos géneros- toparnos con un “mira te comento somos lo entiendo pero a ver, by Lo Entiendo Pero A Ver” que por lo menos nos hizo algo de gracia. De ahí surgió el primer click. También surgió del hecho que las canciones colgadas no terminaran de encajarnos en un solo género, en contra del tedio estandarizado general, todos los demás.

Como decíamos antes, la calidad de la grabación es en plan local de ensayo, y cuesta dar detalles tipo en qué lengua cantan o qué dicen (aunque también es cierto que en las canciones priman mucho más los tramos instrumentales). Pero eso da absolutamente igual: son tres cañonazos de energía con los que destornillarse la cabeza. Por suerte para tu cuello, saben ponerle el contrapunto melódico en el momento adecuado. Y ese momento “¡We Are the Sex Bob-omb!” de “Algo sí entendemos”, pero cambiando la marca de entrada al tema por un “¡Uno, dos, tres, cuatro! Mil novecientos treinta y cuatro” así, tan aleatorio, nos hace ver en Lo Entiendo Pero A Ver la cualidad que quizás más solemos apreciar en alguien: hacer algo muy bien sin por ello tomarse a uno mismo demasiado en serio. [Patri di Filippo] [Más en el Facebook de Lo Entiendo Pero A Ver]

MOW

¿Alguna vez te has parado a fantasear con qué pasaría si Lana del Rey cantara en The xx? Pues deja de fantasear, porque sería algo similar a como suena MOW.

VIDA. Érase una vez una chica de Madrid que, para intentar conquistar a un chico de su instituto, cogió una guitarra abandonada y empezó a componer sus propias canciones. No se sabe cómo acabó esta historia, ya que la biografía que recoge Subterfuge, el hogar discográfico de su protagonista, Gabriela Casero, no lo relata. Pero sí cuenta que esa fue la chispa inicial para que Gabriela se convirtiera artísticamente en MOW, cuya propuesta fue tomando forma con el paso del tiempo hasta hallar el estilo que la define hoy en día: el dream-pop con envoltorio electrónico y atmósferas lánguidas que llamó la atención del emblemático sello madrileño, que no dudó en reclutarla para su roster en diciembre del año pasado. Poco tardaría su nombre en correr de boca en boca cuando, en el arranque del 2017, comenzó a publicar sus primeros singles.

OBRA. Uno de esos sencillos, que marcó su punto de partida en enero, fue “Grasiah”, un tema grabado con Solo Astra como banda de acompañamiento y Brian Hunt como productor. Su electropop delicado y narcótico se expandió con tal fuerza que alcanzó la otra orilla del Atlántico y conquistó una buena cantidad de oídos en Estados Unidos y México. Ese éxito internacional actuó como catapulta de su siguiente single: “Come As You Are” (también realizado con Solo Astra y Brian Hunt), que se lanzó en mayo y confirmó el meteórico ascenso de MOW.

Vista como nueva dama del pop ensoñador y los sonidos oníricos a medio camino entre la decadente elegancia de Lana del Rey, la aterciopelada interpretación de Hope Sandoval y la vanguardia de The xx, ya sólo le quedaba dar un paso en forma de nuevo tema, “Pan”, para que la madrileña entregara su EP de debut: “WOM” (Subterfuge, 2017), en el que MOW demuestra que su paleta sonora va más allá de las texturas frágiles endureciendo sus beats y dotando de mayor nervio rítmico a su synthpop en “Dr. Mike Alon” y “Mc Pop Fail”. No tenemos ninguna duda: el futuro del pop sintético patrio está en sus manos. [Jose A. Martínez] [Más en el Facebook de MOW]

OH! AYATOLLAH

Lo sabemos: esta entradilla es completamente absurda porque, entre un nombre tan alucinante como Oh! Ayatollah y una foto de promo tan boniqui, estarás deseando leer lo que sigue.

VIDA. Se ha contados tantas veces la historia de grupos pop-rock que germinaron en la etapa universitaria, que hace tiempo que se ha convertido en un tópico. Normal, ya que la efervescencia propia de esa época facilita que algunos locos decidan montar una banda. Bueno, se supone que eso sigue pasando, aunque una reciente lista de temas favoritos de los universitarios españoles elaborada por Spotify sugiere que ahora la chavalada, ellos y ellas, prefieren darle al trap, al electrolatino o al reggaetón.

Menos mal que, ante ese panorama, aún existen ejemplos que invitan a la esperanza. Uno de ellos es Oh! Ayatollah, surgido en 2015 entre las paredes de las facultades de Filosofía y de Geografía de la Universidad de Santiago de Compostela. Allí los ayatollahs -así se autodenominan- Boy (guitarra y coros), La La La Lee (guitarra), Pop (teclado y voz), Slim (bajo) y Soares (batería y coros) pergeñaron la idea de sacar adelante un proyecto compartido bajo tan peculiar nombre con la intención de dar rienda suelta a su vitaminada, desprejuiciada y enérgica visión del pop, etiqueta a la que le aplican unas buenas dosis de ironía, nihilismo y punk.

OBRA. Unos cuantos meses después de su puesta en marcha, Oh! Ayatollah entregaron su primer EP, “Cancións Por Se Non Te Quere Xa” (autoeditado, 2016), un breve pero fresco retrato que captura las tensiones, desencantos y desengaños de la juventud de hoy en día. Y, este mismo año, antes de la llegada de la primavera, veía la luz su segunda referencia, “Nunca Máis / Mi Re La” (autoeditado, 2017), grabado por Hevi (Malandrómeda) y que incluía el tema ya conocido “Mi Re La” (en versión remozada) y el corte cabecero que, a su brioso cuerpo rítmico y melódico, añadía un videoclip muy cachondo.

Con un puñado de canciones que se cuentan con los dedos de ambas manos, Oh! Ayatollah han ido dejando su rastro por toda Galicia sobre las tablas, con lo que nos preguntamos: ¿qué más podrían hacer con un mayor arsenal sonoro? Esperemos que ofrezcan una respuesta pronto y sigan la estela de otros grupos que han sobresalido en 2017 dentro del nuevo pop independiente galaico como Dois o Esposa. [Jose A. Martínez] [Más en el Facebook de Oh! Ayatollah]

RAMA

¿Quién te lo iba a decir? ¿Quién te iba a decir que el mejor nuevo grupo de este año tendría el ukelele como fetiche? Pues nosotros. Te lo decimos nosotros.

VIDA. Rama son Olaya y Gonzalo. Quizás te suenen más como Oli + Glu, el nombre bajo el que firman la tira cómica de Jenesaispop “Yo he venido de mi casa”, probablemente el último contenido de calidad que le queda a susodicha página. Olaya quizás también te suene de verla salturreando en el escenario al frente de Axolotes Mexicanos. Gonzalo, por su parte, formaba parte de Le Parody en la época de “Párala Vértigo” y de Candela y Los Supremos antes de que lo petaran. Su primer y homónimo EP lo lanzaron vía Bandcamp hace apenas dos semanas, pero Juan de Pablos (que está mucho más al quite de las últimas novedades que gente con un tercio de sus años) ya les ha hecho sonar en su programa-rama.

OBRA. Revitalizar el ukelele, instrumento cursi por antonomasia, no es tarea fácil. Hacerlo, además, sin que tu grupo suene a nada de lo que se suele asociar con los ukeleles (Russian Red, versiones horribles que la gente sube a YouTube creyendo que lo hace bien y grabadas con una calidad aún peor si cabe, chavalinas de Tumblr en 2012…) era un logro que solo podían ostentar las Hardcute Ukelele. Ahora, se les suman Rama. Ukelele, voz filtrada, bases a lo Helen Love, dinosaurios deprimidos y  hasta una versión que hace buena una canción de Costa de 2012 son algunos de los palos tocados por el que es ya uno de los mejores grupos que han salido este año. Mención especial para los videoclips. [Patri di Filippo] [Más en el Bandcamp de Rama]

VETVIOLET

El resumen es el que sigue: VETVIOLET es el proyecto en el que Brian Silva de The Zephyr Bones da rienda suelta a sus experimentaciones… Pero no te fies del resumen, porque esto es más complejo de lo que parece.

VIDA. VETVIOLET es el rincón personal de Brian Silva, una de las cabecitas pensantes de The Zephyr Bones. Y es el lugar donde Silva da pie a su faceta de friki de los cachivaches y la autoproducción, del encerrarse en el estudio rodeado de cacharros e ir experimentando e experimentando e experimentando. El resultado son los dos temas que están colgados en su Bandcamp desde principios de año, pero se rumorea que en breves podremos disfrutar del disco.

En directo el proyecto se enriquece con dos buenos amigos: Marc López a la batería −misma posición que en sus otros dos proyectos, The Zephyr Bones y los neófitos Medalla, que cuentan con Sueiro –ex-The Saurs– y Genís Toral, que aquí se prodiga al bajo, y en Bruises (donde encontramos a Carlos Ramos, bajista de The Zephyr Bones y a Alejandro Iñiguez Portillo, otro ex-The Saurs), a la guitarra y coros. Si os habéis hecho un lío con quién está en qué, no preocuparse: es normal. La mejor manera de quedarse con las caras de VETVIOLET,  al fin y al cabo, es verles en directo. Y, quienes les vieron a mediados de año abriendo para nada más y nada menos que Sonic Boom, confirman que no tienen reparo alguno en reventar el escenario.

OBRA. Aunque  esté presente el pop psiquedélico que caracteriza a The Zephyr Bones, cualquier parecido con la formación mater se queda en esa pura coincidencia. Aquí todo es llevado al extremo: más fuzz, más reverb, todo tipo de pedales y sintetizadores. Al menos en lo que respecta a «We are Facing Too Many Possibilities» (título, por cierto, muy acorde a la infinita exploración de sonidos y posibilidades que vertebra el proyecto). En el primero de los dos temas, «7th Vice«, el resultado se parece en cambio más a unos The Soft Moon que a Jacco Gardner: una especie de mantra tenebroso enriquecido con destellos pop que te llevarán a un viajazo intergaláctico y machacón. A ver con qué nos sorprenden la próxima vez. [Patri di Filippo] [Más info en el Facebook de VETVIOLET]