Si perteneces a esa nación que todavía añora a Unicornibot, tu nueva banda favorita resulta que nace de las cenizas de aquella. Quédate con su nombre, porque se llaman diola.
VIDA. Los miembros de diola, los pontevedreses Gon Goitia (guitarra), Toño Magariños (bajo) y Álex Goyoso (batería), no son ningunos advenedizos, ya que antes de que se embarcaran en 2015 en esta aventura habían formado parte de otra tan apabullante mientras estuvo activa como añorada una vez finiquitada: Unicornibot. Pero diola no nació con la única intención de recoger las cenizas de su banda predecesora y alargar su legado, sino más bien para darle una vuelta de tuerca y llevarlo por otros derroteros sónicos sin abandonar las coordenadas del rock multiforme más contundente.
En su caso, no rechazan usar la voz como un instrumento más a la hora de otorgar un mayor significado a su polirritmia calculada, repetitiva y reforzada por sintetizadores más samplers y obtener así una fórmula electrificada que se expande hacia el synth / post / math rock y el afrocore por su sentido tribal e incluso desatadamente bailable. La pegada de diola se apreció a lo largo de su trayectoria especialmente sobre las tablas (en España y Portugal), hábitat natural del grupo en el que vacía todo su libérrimo estilo.
OBRA. Las primeras demos realizadas por diola enseguida fueron llevadas al estudio para ser grabadas, mezcladas y masterizadas. De este modo, el trío dio forma a su EP de debut, “eh!” (autoeditado, 2015), muestra diáfana y sin fisuras de su explosivo cóctel de riffs flamígeros, latigazos vocales y vigor rítmico. A partir de aquí, la evolución de diola alcanzó una cumbre nada inesperada, por otra parte: su fichaje por el sello BCore, hogar ideal en el que cobijarse y lanzar su largo de estreno, el homónimo y recién sacado del horno “diola” (BCore, 2017).
En él, los pontevedreses han decidido endurecer aún más su propuesta, como demostraron en su momento con sus dos aperitivos: “Riñones”, de impacto inmediato gracias a su bajo percutor y a su estribillo incendiario; y “La Gozadera” (ojo al título), de tono amenazante y progresión martilleante que se clava en el tímpano sin compasión. No habrá nada ni nadie que pueda parar a los Battles de la orilla del río Lérez… [Jose A. Martínez] [Más en el Facebook de diola]
[/nextpage][nextpage title=»La Plata» ] [divider]LA PLATA[/divider]
Bien podría parecer que el hype de La Plata gira en torno a un único temón titulado «Un Atasco»… Pero, ojo, porque un único tema les acaba de abrir las puertas del futuro.
VIDA. La historia de La Plata comenzó en 2015, cuando Diego Escriche (voz y guitarra) caminaba todavía en solitario bajo el extraño apodo artístico 0000000 y publicó la canción “Un Atasco” (quédense con ella…). Al año siguiente se unió a él Miguel J. Carmona (batería) -antiguo compañero suyo en Progreso-, con el que formó el germen de lo que poco después sería oficialmente La Plata, cuya alineación creció con Salvador Frasquet (guitarra), María Gea (bajo) y Patricia Ferragud (teclados), todos ellos procedentes de diferentes bandas de la escena underground de Valencia.
Pero, antes de que les diese tiempo a pergeñar el siguiente paso de su plan, el sello madrileño Sonido Muchacho, empujado por su agudo olfato caza-talentos, los reclutó rápidamente guiado por una sola canción, la mencionada “Un Atasco”. En este tema podemos encontrar la esencia sonora de La Plata: pop como base fundamental aderezada con toques new wave de aires noventeros con denominación de origen valenciano.
OBRA. Precisamente “Un Atasco” da título al primer EP de La Plata -producido por Carlos Hernández– y dibuja las líneas maestras de su breve pero vibrante contenido, que se completa con “Esta Ciudad” y “La Luz” y que se mueve con agilidad gracias a que el quinteto no saca el pie del acelerador en ningún momento. Eso sí, la velocidad rítmica que imprime La Plata a sus composiciones, con las guitarras rasgadas a todo trapo, no impide que en ellas resplandezcan melodías adhesivas que envuelven letras embadurnadas de resignación y cierto desencanto vital.
El arrebato juvenil y el frenesí que transmite “Un Atasco” colocan a La Plata como nuevos valores del fértil panorama alternativo valenciano. Para muchos La Plata aún es un pequeño enigma, aunque la banda está llegando a cada vez más oídos catapultada por sus efervescentes canciones. [Jose A. Martínez] [Más en el Facebook de La Plata]
[/nextpage][nextpage title=»Melenas» ] [divider]MELENAS[/divider]
Habrá quien nos diga que Melenas es una formación demasiado nueva como para darle tanto bombo… Pero es que lo que hemos escuchado de ellas es pura #maravilla.
VIDA. Melenas son Leire al bajo, María al teclado, Lauri a la batería y Oihana a las voces y guitarra. Pese a haber estrenado su primer tema («Volaremos«) hace apenas unas semanas, desde que se formaran allá por octubre del año pasado cuentan ya con un par de conciertos a las espaldas en su natal Pamplona, ciudad a cuya escena musical parecen estar muy unidas: sin ir más lejos, Lauri también toca en Río Arga y Panty Pantera; por otro lado, en «Volveremos» pone su granito de arena Tamu, guitarra y voz en Exnovios y Los Jambos, mientras que la grabación corre a cargo de Guillermo F. Mutiloa, conocido por haber trabajado con los también pamploneses Kokoshca.
OBRA. Por el momento, Melenas apenas han colgado un tema en su Bandcamp:»Volaremos«, un sólido planchazo de rock psicodélico que borda su rol de señuelo para no querer perder de vista a estas cuatro pamplonesas. Oruqestrada a través de una compacta conjunción de guitarra y bajo como manda el género, la canción también guarda sitio para toques western y interludios en los que la voz cantante la toman los teclados, recordando a la estela escogida por los franceses La Femme en su último disco.
A falta todavía de subirlos a su página, pueden escucharse otros dos temas de Melenas estrenados en los podcast de Capitán Demo y Popcasting: «¿Dónde estás?» y «Una tras otra» respectivamente. Así como esta última refleja influencias del surf en el estilo de la banda, «¿Dónde estás?» -una canción de ruptura cuya asfixiante letra («en las calles ya no hay nadie / si tu ya no estás en esta ciudad, ¿quién hay? / y en los parques falta el aire, te lo has llevado tu también«, escuchamos de la voz de Ohiana) contrasta con las melodías agradables según las que se estructura- recoge gratificantes influencias de un jangle pop al estilo de Velocette y Close Lobsters. [Patri di Filippo] [Más en el Bandcamp de Melenas]
[/nextpage][nextpage title=»Museless» ] [divider]MUSELESS[/divider]
BFlecha, Brigitte Lavern, Pavvla… Si este trío de ases te deja muy loco, prepárate a añadir a un nuevo placer musical a tu lista: Museless.
VIDA. Museless es el alias de Laura Llopart, creadora de Sabadell con formación en piano clásico que decidió volcarse en la improvisación y en la experimentación para, posteriormente, explorar las diversas posibilidades de los sonidos sintéticos, desde los más melódicos hasta los más abstractos. Para hacernos una idea de su actual (y futura) posición, Museless sería el siguiente eslabón en la cadena invisible que une a nombres como BFlecha, Brigitte Lavern o Pavvla, su compañera en la discográfica Luup Records. Es decir, que se presenta como nueva portavoz de la creciente electrónica femenina elaborada en nuestro país.
Su estilo es tan amplio y rico que no tiene demasiado sentido etiquetarlo. Por decirlo de algún modo, se compone de muchos ingredientes aunque, al final, no importa si se adscribe a algún género en particular: pop experimental, synth / tecno pop, trip hop, downtempo, chill wave, ambient, neo-R&B… En la batidora musical de Museless estos elementos unas veces asoman con claridad y, otras, se difuminan o adquieren diferentes formas en un proceso que da como resultado un sonido envolvente y estimulante en el que las texturas vocales juegan igualmente un importante papel.
OBRA. El primer EP de Museless, “Grey Boy” (Seven Hundred Little Records, 2016), funcionaba como una obra conceptual que giraba en torno a la historia de un niño dedicado a salvar animales en un mundo post-apocalíptico. Este argumento servía de perfecto pretexto para que Museless desplegara su particular sonido: ensoñador y dulce a lo Chromatics; poderoso y vanguardista a lo Grimes; estridente, sinuoso y absorbente en cualquier caso.
Una paleta que se prolongará este mes de mayo con la llegada de su estreno en largo vía Luup Records, del cual ha ido entregando los últimos meses una serie de suculentos adelantos convenientemente dosificados: la cósmica “Skyscraper”, la primero delicada y después robotizada “Frozen Heart”, la fluorescente “HO-HE”, la futurista “Hybrid”, la transparente “Bloody” y “Pick Color”, la pieza más ágil y rotunda del conjunto. Así que el álbum tiene todas las trazas de convertirse en uno de los trabajos más potentes de la electrónica patria este año. Tanto como el directo -enérgico a la par que hipnótico, según cuentan las crónicas- de Museless, que actuará en la próxima edición del Primavera Sound. [Jose A. Martínez] [Más en la web de Museless]
[/nextpage][nextpage title=»Nadie Canta» ] [divider]NADIE CANTA[/divider]
Si te va la ironía a la hora de abordar las relaciones humanas en los tiempos de la vida virtual, te vas a quedar muy loco con la barra libre que propone Nadie Canta.
VIDA. Nadie Canta se trata del proyecto personal y en solitario de Carlos Thylakos, una de las dos mitades de los granaínos Hölograma. Avalado por la experiencia con los sintetizadores adquirida gracias a su grupo principal, Thylakos presenta aquí cuatro temas totalmente autoproducidos y grabados con sus propios medios en los que explora una vertiente más pop y desenfadada respecto el kraut psicodélico al que se entrega junto a Cráneo Prisma.
Finalmente, en Nadie Canta es puesto en marcha todo un juego irónico, toda una función lúdica del arte -lo que, repito por enésima vez pues se trata de mi pequeña cruzada personal, no quiere decir que no esté hecho con esfuerzo y dedicación y no deba tomarse en serio-, que empieza desde el mismo nombre escogido para el proyecto y se refleja tanto en las letras como en la portada de «Antes Todo Esto Era Wifi«, desde la que un Carlos de mirada socarrona nos mira adornado por toda una gama de imágenes de estética vaporwave.
OBRA. Si hace casi una década Los Claveles cantaban aquello de «Hasta los abrazos se darán por internet / actualízate / muere / actualízate / muere / actualízateeeeeeeee», ahora la profecía parece haberse cumplido: puede que al enviar el emoji de un corazón no le salgan brazos al ordenador del destinatario que lo achuchen, ya, pero su función es esencialmente la misma. Y si en la semántica de la Red cada vez es más común toparse con la expresión «afk» («Away From Keyboard«) en lugar de «irl» («In Real Life«) es porque la primera enriquece a la segunda con el importante matiz de entender la vida online como otra faceta más de la vida humana, y no como un aparte a ella.
Cada uno a su manera, los cuatro temas de «Antes Todo Esto Era Wifi» parten de estos presupuestos para explorar -siempre a camino entre la distancia irónica y la adhesión- cómo las relaciones humanas y las redes sociales se influyan mutuamente, integrándose la una en la otra en nuevas realidades. Pero con mucho más humor y menos palabrería de como se ha expuesto aquí, lo que es un punto a favor para Nadie Canta.
Así, el amor pasa de ser un enlace entre dos personas a un «El Hipervínculo Perfecto» donde el deseo de unirse al otro pasa por querer convertirse en su teclado; el desamor, en cambio, toma la forma de perfiles de Facebook y contraseñas en la memoria en «Contraseña«. En cierto modo, esta mezcla indisoluble entre lo digital y lo analógico es llevada por Nadie Canta también a nivel de las melodías mismas: musicalmente, «Antes Todo Esto Era Wifi» es una acertada y vivaz unión de teclados tecnopoppies y loops de guitarras noise. Un poco como si Ed Wood Lovers y Suicide hubieran tenido un hijo. [Patri di Filippo] [Más en el Bandcamp de Nadie Canta]
[/nextpage][nextpage title=»Oso Miel Oso» ] [divider]OSO MIEL OSO[/divider]
Que el batallón del noise-rock español se ande con mucho cuidado… Porque Oso Miel Oso han llegado pisando fuerte y dejando muchos cadáveres a su paso.
VIDA. Con experiencia en otros proyectos y de orígenes diversos, Pepe Molina (voz y guitarra; también en los granadinos Voynich! y Molina Molina), Mikel Sagüés (guitarra; miembro de los donostiarras Purr, que dejaron huella en el indie patrio de los 90), Mey Allen (bajo) y Adela García (batería) instalaron su base de operaciones en Madrid para empezar a construir su sonido unidos como Oso Miel Oso, objetivo que consumaron en tiempo récord: después de únicamente dos ensayos, según sus propias palabras, en los que no sólo pulieron su indie-rock de aroma noventero y con sabores pop, new wave e incluso shoegaze, sino que también perfilaron sus primeras seis canciones, las que integran su primer mini-ábum, bautizado directamente como “debut” (Discos de Menta, 2017), producido por Pablo Domínguez y masterizado por Santi Capote. Así que no hay duda de que la carrera de Oso Miel Oso avanza a un ritmo vertiginoso y con vigor, rasgos que, de algún modo, se trasladan a buena parte de sus composiciones.
OBRA. Pero, al mismo tiempo, no debería extrañar que los movimientos de Oso Miel Oso sean tan veloces: para certificarlo, basta con escuchar “Esta Vez NO Habrá Otra Vez” (single que anticipó “debut”), “El Salmón”, “Una Noche en el Museo” y “Quitanieves”, pildorazos urgentes y rebosantes de energía que permiten al cuarteto unirse automáticamente al cada vez más amplio batallón noise-rock de nuestro país y situarse bien cerca de su vanguardia. Luego aparece el que quizá sea el gran hallazgo del mini-LP, “Tu Pizza Fría”, ración de brioso pop guitarrero que conecta al grupo con Los Planetas clásicos y los Dinosaur Jr. más dóciles. Aunque Oso Miel Oso también saben relajar el nervio para encontrar el estribillo perfecto en “Malibú”.
Es decir, que Pepe, Mikel, Mey y Adela dominan con habilidad y firmeza los resortes necesarios para impactar con sus descargas de furiosos riffs y enganchar con unas melodías que se abren paso entre cada azote eléctrico, hecho que materializan sin contemplaciones en directo. Ojo con ellos… [Jose A. Martínez] [Más en el Bandcamp de Oso Miel Oso]
[/nextpage][nextpage title=»Os Peregrinos» ] [divider]OS PEREGRINOS[/divider]
Os Peregrinos nacieron con la intención de hacer una canción… y ya. Pero hay veces que las cosas no son como uno las plantea. Sino mejor.
VIDA. A veces las cosas no van como habíamos planeado, sino incluso mejor. Probablemente sea este el caso de Os Peregrinos, grupo que nace más de la casualidad que de un plan orquestado: aunque en un principio la colaboración entre Rogerio Arias -alias Roger de Flor y veterano en Bang 74 y Os Silvestres– y el escurridizo Charlie Mysterio (ex-Los Caramelos) estaba pensada para limitarse a una canción, pero parece ser que nació la magia y los dos músicos decidieron unirse como dúo artístico y dar vida entre ambos a Os Peregrinos.
Viaje a viaje y kilómetro arriba kilómetro abajo, Madrid y Galicia terminan por hermanarse y dejar como legado «Canto Peregrino«, un 10» editado a finales del mes pasado de la mano de Elephant. Como no podía ser de otra manera, el mes que viene estarán tocando en la mítica fiesta madrileña Flor de Pasión, capitaneada por el no menos mítico Juan de Pablos.
OBRA. Esos largos viajes, esas idas y venidas entre las dos ciudades y a lo largo de la geografía española, son la materia e inspiración de «Canto Peregrino«, que funciona como un delicado viaje imaginario a lo largo de los lugares y los detalles que conforman el universo de los dos artistas. Un viaje que es también musical, pues nos encontramos con canciones que van desde la melancólica bossa de «Pulpo Á Mugardesa» al pop intimista de «Naúfragos«, pasando por el exotismo rítmico de «Fuerteventura» o el homenaje a la tradición de cantautores italianos de «Canzone per Giulia«, una invitación a la juventud y al placer veraniego cercana a De André y Battisti.
Un viaje, finalmente, en el que no faltan las imágenes melancólicas de aquella saudade tan norteña («callejuelas con historias que nadie entendió / se oponen al olvido del tiempo / tejados y fachadas que la mar gastó / fantasmas de ancestral misterio» se nos canta en «Viejo Ferrol«). Un viaje errático que es también espiritual, como nos deja constancia «Mi Lugar En El Mundo«, la breve canción que clausura el disco: a veces lo que buscamos no son lugares, sino personas que nos hagan sentir como en casa. [Patri di Filippo] [Más en el Bandcamp de Os Peregrinos]
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