«No Quiero Ser Pobre» es la serie de comedia low cost en la que una actriz trans intenta abrirse camino en el precario mundo actual.
Cuatrocientos euros, tres personas y un total de seis días de rodaje. Hay ciertas series que juegan a lo contrario: a alardear de medios, de equipo y de pastizal sobre la mesa… Pero «No Quiero Ser Pobre» no es como las otras series. Porque, al fin y al cabo, esta precariedad en la producción casa a la perfección con la temática que retrata, que no es otra que esa misma precariedad en la que vive toda una generación que ronda ahora la treintena.
Carla (interpretada por Freyja Palau) es una actriz trans que, a punto de cumplir treinta, tiene que luchar día sí y día también para poder vivir con un mínimo de dignidad. Está intentando hacerse una carrera dentro de un espacio laboral tan duro como el de la actuación, algo que resulta más complejo todavía cuando se da cuenta de que en el mundo real no dispone de una red que la sustente en sus intenciones, sino que más bien vive inmersa en una existencia marcada por la pobreza, la precariedad y la discriminación.
Su único apoyo es una amiga (interpretada por Esty Quesada, es decir, Soy Una Pringada) que le ofrece toda su empatía -e incluso un poquito más- a través de la pantalla del ordenador, tal y como marcan el cánon de la pandemia, pero también tal y como solemos comunicarnos a día de hoy con nuestros mejores amigos. Dicho de otra forma: la serie retrata la realidad pura y dura.
Esa es la intención, de hecho, de sus creadores Guillaume P. Martínez y Jose Luis Algar. Este último, además pone banda sonora a los capítulos, con aportaciones extra de Daniel Lorente y Eugenio García. Sea como sea, no tienes excusa para perderte «No Quiero Ser Pobre«, porque cada domingo estrena un episodio en su canal de YouTube y, de hecho, ya hay varios capítulos colgados para que te enganches como si no hubiera un mañana. Eso sí, no seas precario tú también… ¡Comparte el amor por la serie!
Más información en el canal de YouTube de «No Quiero Ser Pobre».