“A la vejez, viruelas”. Refrán típicamente español al cual, en su traslación inglesa, debieron de recurrir Bernard Sumner y sus históricos compañeros de New Order (Stephen Morris y Gillian Gilbert; no así, naturalmente, el huido en 2007 Peter Hook) antes de abordar la elaboración de nuevas canciones desde las que habían compuesto para su anterior álbum de estudio, el lejanísimo “Waiting For The Sirens’ Call” (Rhino, 2005) -no contamos “Lost Sirens” (Rhino, 2013) al estar integrado por descartes del mismo-. Porque los mancunianos -y, en concreto, Sumner– quizá pensaron que, para adaptarse a los tiempos actuales y no resultar desfasados, tenían que empaparse de sonidos modernos (o, si lo prefieren, modernizados). Ese es, teóricamente, el espíritu de su noveno trabajo, “Music Complete” (Mute, 2015), que sugiere que la totémica banda no ha tenido ningún complejo a la hora de intentar renovar su aspecto musical -en contraposición al gráfico, ya que su portada viene firmada otra vez por Peter Saville-, según cánones contemporáneos. Aunque en el proceso tampoco dudaron en rebuscar en su propio legado para desempolvar esquemas ya seguidos en el pasado y no desorientarse por el camino.
En este sentido, New Order tenían ante sí dos claras opciones a elegir: remontarse a la época de “Blue Monday” e inspirarse en sus legendarias hechuras para romper moldes internos; o, sin irse tan lejos en su discografía, recuperar el dance-pop tan brillantemente ejecutado en “Technique” (Qwest, 1989). Siendo imposible la primera alternativa, se inclinaron por la segunda, igualmente difícil de materializar. Así pues, visualicen la estampa: New Order regresan a Ibiza para enfocar su habitual tecnopop hacia la cultura de club y hacerlo colisionar con los ritmos bailables más candentes. Lo malo de la escena es que, a estas alturas, imaginar a Sumner en la isla blanca yendo de discoteca en discoteca en busca de motivación obligaría a verlo como participante de un viaje del Imserso británico en el que el subidón no se conseguiría a base de M y pirulas de todos los colores, sino con un chupinazo de Viagra y un copazo de pacharán.
“Music Complete” llama la atención no tanto por sus convencionalismos pop como por representar el retorno de New Order a la pista de baile entregando una versión puesta al día de “Technique”.
No, New Order no están para esos trotes. Pero tampoco se puede negar que por las venas de “Music Complete” fluye sangre relativamente rejuvenecida que aporta vigor melódico y dinamismo rítmico a unas canciones, por momentos, refrescantes y gozosas. De ahí que el LP esquive desvaríos como el decadente salto al vacío perpetrado por Giorgio Moroder en su reciente “Déjà Vu” (Sony Music, 2015), aunque sí imita su listado de invitados estelares que han ayudado a darle forma. En este caso, dentro del apartado de la producción, Tom Rowlands (The Chemical Brothers) lleva a su terreno químico las ágiles y clubber “Singularity” y “Unlearn This Hatred”; Richard X consigue que “Plastic” funcione como una poderosa pieza de electro-disco; y Stuart Price suma luminosidad fluorescente a “Superheated”. Mientras que en la sección vocal, Brandon Flowers añade su tono épico y dulzón al último corte mencionado; Iggy Pop realiza un spoken word a lo Vincent Price en la cuasi krautrock “Stray Dog”; y Elly Jackson (La Roux) se erige en una de las protagonistas del álbum al reforzar “Plastic” con sus coros y dar lustre a la italodisco “Tutti-Frutti” y a la funky-chic-ibicenca “People On The High Line” -curiosamente, los tres cortes más destacados del lote-.
Esta deslumbrante amalgama de colaboradores, sin embargo, no diluye la personalidad de New Order en la mutación discotequera ni, sobre todo, en los tramos puramente pop del repertorio. De hecho, en “Restless” o en la extensa “Nothing But A Fool” se conserva más fresca de lo que cabría esperar su habilidad para enganchar al oyente a través de los giros vocales de Bernard Sumner y sus inconfundibles líneas de bajo, cortesía de un Tom Chapman que parece que se aprendió de memoria el librillo que Peter Hook dejó abandonado en casa de Sumner el día de su marcha (demostración de que sin él, el sonido de la banda sobrevive sin problemas). Pero, no lo olvidemos: “Music Complete” llama la atención no tanto por sus convencionalismos pop como por representar el retorno de New Order a la pista de baile entregando una versión puesta al día de “Technique” a la que habría que colocar un asterisco para avisar de que no iguala sus hallazgos, aunque se acerca a su capacidad para generar sorpresa e, incluso, excitar a su audiencia. Algo que, para los New Order de 2015, supone todo un logro.