Hayas visitado la capital británica o no, los cuadros de «London City» de Neus Martín Royo te van a poner dulcemente melancólico.
Cada uno busca algo totalmente diferente (y, sobre todo, profundamente personal) cuando se pone delante de una obra de arte. De hecho, cada uno puede buscar algo totalmente diferente en una obra de arte dependiendo de un día u otro… E incluso dependiendo de una obra u otra. Hay días y obras que te sacuden y te obligan a reflexionar. Hay días y obras que te ensimisman y te llevan hacia ciertos pliegues de tu interior que no sueles visitar habitualmente. Hay días y obras que te ponen melancólico y te evocan dulces recuerdos (aunque algunos de esos recuerdos no sean ni reales).
En este último caso se encuadra la obra de Neus Martín Royo, que se ha especilizado en los últimos años en llevar hasta sus lienzos la realidad callejera de algunas de las ciudades más icónicas del mundo. La Habana, Lisboa, Nueva York e incluso su Barcelona natal (en la reciente exposición «Objectes Perduts«) son algunas de las ciudades que la autora ha visitado con anterioridad antes de embarcarse en una viaje hacia otra de esas ciudades con una estética inconfundible: Londres.
La nueva exhibición de Neus Martín Royo, «London City» (que se puede visitar en la Sala Parès de Barcelona hasta el próximo 14 de marzo), es como una visita guiada por algunos de los lugares más reconocibles de la capital británica. Es este un viaje con parada en las tiendas de antigüedades de Portobello Road, en las casaselegantes de Notting Hill, los comercios burbujeantes de Camden, los pubs y los cafés, los food-trucks y las Vespas… Todo eso que, al ser captado por el ojo, te pone el ánimo un poco melancólico hayas visitado alguna vez o no Londres. Es el poder del subconsciente colectivo.
Y aquí viene lo interesante de «London City«: que, como en el resto de la obra de Neus Martín Royo, no se queda en la postal turística. Por el contrario, ofrece un ojo personalísimo a través del que mirar y re-descubrir espacios bajo un nuevo prisma, bajo una nueva luz. Es como si visitases la ciudad con un amigo que, de repente, consigue que veas nuevas caras de la urbe que nunca habías visto con anterioridad. Y eso no tiene precio. [Más información en la web de Neus Martín Royo]