Seguimos preguntando a los músicos españoles cómo llevan el confinamiento, y esta vez nos lo explican Nacho Casado, Subterráneos, Moito!, Tórtel y Da Loma.
Día 25 desde la entrada en vigor del estado de alarma en España por la crisis sanitaria de la COVID-19. Casi cuatro semanas de reclusión doméstica que se van a alargar, como mínimo, hasta el 26 abril, con lo que nuestras vidas van a seguir alteradas y paralizadas mientras esperamos con la máxima paciencia posible empezar a ver la luz al final del túnel. El bucle de Bill Murray en “Atrapado en el Tiempo” se queda en una anécdota en comparación con este mes (y lo que venga después) de la marmota.
Bromas aparte, nadie sabe qué mundo aparecerá ante nosotros cuando toda esta situación se vaya superando progresivamente. Una incertidumbre que se extrapola inevitablemente a la música y sus diferentes protagonistas, que defienden su relevancia y su creatividad de mil maneras desde casa, a la vez que sobrellevan la cuarentena y se preguntan cómo se presentará el futuro.
Eso y más es lo que nos contaron, dentro del complicado escenario que afrontan y afrontarán, algunos grupos y artistas españoles en la primera parte de este especial que continuamos con una nueva serie de experiencias y reflexiones surgidas en estos tiempos de confinamiento.
NACHO CASADO
Salí antes del trabajo, allí ya habíamos acordado empezar a trabajar desde casa. Nunca he dejado de trabajar ni en la época de popularidad que tuvo La Familia del Árbol. Pilar y yo fuimos autónomos para poder facturar los conciertos, pero de un disco a otro tuvimos que dejar de serlo porque no podíamos pagar la cuota. No teníamos conciertos que cubrieran los gastos.
Fui a buscar a mi hijo al colegio. Esto fue justo antes de declararse el estado de alarma. Ya seguía todas las noticias por redes y estaba, como todos, bastante alarmado. Hacía un día soleado en mi ciudad, Elche. Había turistas, gente paseando como si todo esto no fuera con ellos. También era el último día de clase para los niños. Intente explicárselo a mi hijo como pude, él estaba contento de estar con sus papis en casa y de no tener que quedarse en el comedor.
Los primeros días de encierro, Pilar y yo hablamos mucho, miramos las noticias con cierta incredulidad. Desde entonces, estamos en un estado de consciencia raro. Cuando te despiertas, esos segundos antes de espabilar, parece que todo está bien, pero enseguida te llega esa preocupación constante. Debo confesaros que, después de una sensación falsa de calma, me derrumbé un poco y por dentro estaba y estoy muy triste.
Pero, bueno, hay que ser fuerte y tenemos a nuestro hijo, que se entera de todo. Lo primero que hicimos fue un nuevo horario para distinguir las horas y que pueda sentir que tiene que hacer cosas como en el cole, que todo no pueden ser dibus o la consola antigua de papá. Tiene cinco años, este 9 de abril será su cumpleaños. Vamos a hacerle una gran fiesta.
Me contactaron para que hiciera un concierto desde Facebook. Había rechazado alguna propuesta las semanas anteriores porque no tenía muchas ganas, estaba más preocupado por saber cómo iba a bajar a comprar comida, si mis familiares y amigos estaban bien. Pero, al final, como siempre estoy tocando y por ver si me gustaba la experiencia, la probé. La verdad, me pareció un poco rara, pero tocar es tocar, siempre es algo bueno.
A veces consigo, no siempre, que mis pensamientos negativos no ganen. Estoy preocupado sobre todo por mi hijo, por Pilar, por qué clase de mundo nos espera, como ya ocurrió después de que cayeran las Torres Gemelas. No es buena comparación, pero sí es cierto que el mundo se llenó de terror y de control al individuo.
Si no tuviéramos bastante con el miedo a enfermar, se suma el ver que los sanitarios no pueden trabajar en las condiciones correctas. Todo el sistema del capitalismo nos dice: cuidado que no hay dinero. Estamos jodidos y nos quieren joder más, como siempre a ti y a mí, a los que no hemos hecho más que trabajar por nuestros sueños e incluso preocuparnos por el planeta o tenerlo en mente.
Todo no puede ser malo. Estar con mi hijo y Pilar todo el día y valorar ese tiempo juntos se ha hecho lo más importante. Y hablar por WhatsApp con la familia, aunque sea un “buenos días, todo bien”.
Me considero un ignorante total, y más en temas que se me escapan, pero las personas vamos a tener que cambiar y ayudarnos a entender cómo podemos ayudar a nuestro entorno, a mayores y niños. Todo mi respeto y cariño a la gente que lo está pasando mal, no voy a negar que todas las noches mirando las noticias con el móvil se me saltan las lagrimas. No es justo, quiero culpar a cualquiera que no piensa en los demás, a la política, la economía, el individualismo, a todo lo que nos ha alejado de poder vivir en paz.
Lo sé, ha habido otros males que han afectado a diferentes partes de la sociedad que han sido y son terribles y no hemos aprendido. No aprendemos.
Frivolizar la situación no sé hasta qué punto ayuda. Bueno, sí, quizá un poco el sentido del humor. Instagram, sobre todo, distorsiona la realidad de esta situación y, por otro lado, humaniza porque parece que las redes están humanizando y acercando en algunos casos a las personas. Se produce cierta empatía. En cambio, en Twitter -salvo la actualidad- hay un rollo político en las opiniones. ¿De verdad estáis preocupados en tirar mierda? Da igual el lado del que estés, no te preocupan las personas… Por supuesto, hay cosas que hay que declarar y reivindicar, pero lo primero es que la sociedad supere este virus. Hace años que no simpatizo por nadie. Solo los valores más humanos y de sentido común creo que valen ya, utópico, porque hasta en esta situación te obligan a politizarte. Da miedo que no seamos capaces de dejar a un lado ideas por personas.
En lo musical, tengo un disco terminado, “Amor, Música & Lágrimas”, que en teoría saldría estos meses en el sello Hidden Track. Lo grabé en Granada. “Verão”, mi primer disco con mi nombre, fue muy bien y hasta tuve el gran hito de girar con mi admirado Damien Jurado, un sueño para mí. Y, por otro lado, estábamos cerrando un trato con una marca para que la canción “Edén” fuera la canción de la campaña. Pensamos: qué bien, por fin después mucho tiempo, algo de difusión y derechos nos venían genial. Veremos qué pasa con todo…
Resumiendo: tenemos que recuperarnos y estar más unidos y más sensibles a todo lo que nos rodea, no hay otra.
Los músicos, la gran mayoría de vocación, nunca llegamos a fin de mes y tenemos que trabajar en otras cosas (los que tenemos suerte de poder encajarlo). Esto puede suponer el remate para un sector precario, pero seguro que le daremos la vuelta como otras veces hemos hecho.
Cuídense mucho, les quiero.
Nos vemos pronto. [Más en el Twitter de Nacho Casado]
SUBTERRÁNEOS
En primer lugar, ojalá no haya más muertes y en un tiempo podamos mirar estos días habiendo aprendido que, en el primer puesto de prioridades de cualquier sociedad, debe estar el cuidado de la salud.
Respecto a cómo afectará a la música, dependerá de si volvemos a una vida parecida a la que teníamos antes del coronavirus. Algo que puede ser complicado durante un tiempo. ¿Habrá de nuevo eventos con grandes concentraciones de personas en pocos meses? ¿Qué pasará con festivales y los conciertos en salas? Muchos festivales están moviendo sus fechas y no cancelan, pero no sabemos si será posible recuperar esa normalidad de aquí al verano.
Todo es muy imprevisible ahora mismo. A nosotros nos ha supuesto cancelar las fechas que teníamos para seguir presentando nuestro primer LP, con lo complicado qué es conseguir conciertos… Aunque la música no tiene formato y seguirá habiendo conciertos en streaming o en balcones. [Más en el Twitter de Subterráneos]
MOITO!
Afortunadamente, todos los miembros de la banda y nuestras familias se encuentran bien. Estamos como casi todo el mundo (y como debe ser) metidos en casa saliendo solamente a por comida. En lo laboral, algunos estamos de ‘baja’ forzosa, otros haciendo curro telemático y nuestro batera metido en un barco atunero en medio de la nada esperando órdenes para poder volver a casa (pero está bien de salud y ánimo).
Ya metiéndonos en lo musical, esta crisis nos ha pillado en medio de la composición de nuestro nuevo trabajo discográfico, el cual, si todo va bien, empezaremos a grabar en verano con Carlos Hernández como productor. Ojalá esto pase y podamos continuar con ese plan.
Estamos terminando de componerlo vía vídeo-llamada, enviándonos audios, etc. Haciendo un poco lo que podemos con lo que nos ha pillado en casa. Para algunas cosas es una putada, pero nos obliga a darle más a la cabeza y a trabajar aún más las canciones. Así que, por ese lado, no está tan mal.
Hemos colaborado con tres conciertos en streaming y vamos a sacar un par de versiones curiosas grabadas por los miembros de la banda con los medios de los que cada uno dispone en su casa. Ahí también está la gracia de hacer estos covers: jugar y entretenernos.
Sin duda, lo que más miedo nos da son los conciertos… Nos cuesta mucho conseguir conciertos en buenas condiciones al no contar con el respaldo de una agencia, y este año teníamos un cartel maravilloso (tocamos con Nunatak, Verona…) que tememos peligre.
Estamos empezando a mover fechas y cruzando dedos para que todas se puedan recolocar en los mismos sitios y con las mismas bandas, y para ello trabajaremos duro y seremos flexibles al 100%. Pero, al final, no siempre depende de nosotros y el miedo a que alguna se caiga definitivamente está ahí. Todo esto provoca que nuestra principal fuente de ingresos de cara a grabar más discos se vea fundida y tenemos muy claro que nos toca sufrir… Aunque también tenemos muy claro que queremos seguir haciendo nuestra música, así que algo se nos ocurrirá para seguir avanzando.
Ojalá esta crisis pase rápido. Ojalá nos sirva para cambiar de verdad sin esperar a que nos impongan el cambio. Ojalá nos haga más animales y menos humanos. Ojalá la gente a la que le gusta la música, los podcasts, revistas, radios, agencias de booking, festivales, etc. no se olviden de los grupos emergentes cuando todo esto pase. Porque, si las bandas fuertes de este país lo están pasando mal, imaginaos a las que esto ha pillado empezando…
Ojalá todo vuelva a ser nuestro. Pero para eso tendremos que aprender a mirar más al reflejo que al espejo.
Ánimo, música y salud. [Más en el Twitter de Moito!]
JORGE, de TÓRTEL
La verdad es que uno nunca se puede llegar a imaginar una situación como la que estamos viviendo estos días. Me considero afortunado: estoy en una casa más o menos amplia con mi novia y nuestro hijo, que parece llevar el confinamiento bastante bien, incluso contento por estar tanto tiempo con sus papás.
Soy profesor en la universidad y veo bastante improbable que este curso recuperemos las clases presenciales. Y también, lamentablemente, veo lejano el momento en el que podamos salir a tocar, pinchar o juntarnos para ver conciertos.
Creo que este momento de parón y reclusión podría ayudarnos en general a reflexionar sobre lo que teníamos antes y las cosas que convendría tratar de cambiar. Y, centrándome exclusivamente en el terreno musical, quizás deberíamos pensar sobre lo precario que nos resulta todo: la imposibilidad de que los creadores puedan vivir de ello o, al menos, desarrollar lo que les gusta de una manera digna. Todos estos días podrían servir para espolearnos. ¿Por qué no tratamos de dignificar la profesión, unirnos y ayudarnos más allá del clientelismo? Pero se necesita algo de silencio para pensar (también para crear) y aquí sigue el runrún incesante de los artistas en las redes sociales con nuestro “hazme caso, hazme caso, no te olvides de mí’’.
Estos días, en algunas ocasiones, veo alguna pequeña comunidad de sellos, artistas y público que continúan en contacto, tratando de seguir juntos y reforzados, haciendo lo que les gusta, compartiendo su música (nuevo contexto, pero lamentablemente sin novedades: precariedad y el modelo de siempre, el festival); pero, en otras, no puedo evitar ver directamente autopromoción y feo oportunismo.
Soy consciente de que, en general, a todos nos falta tiempo para escuchar y mirar con calma. Es posible que, en estos días, podamos aprovechar para escuchar con atención (o incluso descubrir) los discos que han grabado artistas con muchas ganas y generalmente pocos recursos, con el apurado trabajo de productores, mezcladores… apoyados por unos sellos humildes que se esfuerzan por mantenerse a flote y seguir publicando. Tanto artistas como sellos comparten estas grabaciones en plataformas. No nos engañemos, de una manera prácticamente desinteresada, y de verdad creo que estas grabaciones son perfectas para oír en casa.
Y luego volverán los conciertos, donde todos tenemos que echar un cable. Conciertos donde hay técnicos de sonido procurando que todo suene lo mejor posible y donde aún quedan algunos promotores, salas, bares, teatros… dispuestos a apostar y seguir programando con ilusión, esperando, como antes de que pasara todo esto, a que aparezcamos por allí. [Más en el Twitter de Tórtel]
DAVID, de DA LOMA
De Madrid al suelo // Primavera del 2020. ¡Qué movida! ¿Quién nos lo iba a decir? Tanta filmografía distópica y, como reza el tópico, la realidad -siempre- supera a la ficción. Saldremos de esta, por supuesto. Pero, como siempre, unos mejor que otros. En parte, de eso va la canción que titulé “De Madrid al Suelo”. Convivimos con la desigualdad con una naturalidad espantosa, pero en situaciones como esta la nausea es insoportable. Da lo mismo quien esté, da lo mismo quien venga: solo cambia el ornamento, nunca lo esencial.
Cuando en las entrevistas promocionales de mi disco “El Espejo” me preguntaban por la canción, se me venían a la cabeza los estadios de fútbol de mi ciudad. El Calderón ya no está en la ribera del Manzanares -para negocio de unos cuantos, siempre-; y el Bernabéu tendrá techo dentro de poco. Pero esa desigualdad sigue y seguirá latente. Lo que nunca hubiese podido imaginar es que el Coliseo de la Castellana se convertiría en almacén central de productos sanitarios; y que el donut, patético vestigio de la megalomanía del Gobierno regional del momento, acabaría abriendo sus puertas convertido en morgue después de diez años abandonado. Emblema del proyecto que llamaron Ciudad de la Justicia, se la recordará como de la IN. Qué bien vendrían ahora esos cuartos… No olvidamos, ni la Historia lo hará.
Ese mismo Gobierno, con algún que otro consejero de flequillo ondulante al volante, se esforzó sobremanera en devaluar la sanidad pública para justificar un dopaje de la privada para interés de unos pocos. Lo de siempre. Se vanagloriaban en declarar el nuestro como uno de los mejores servicios sanitarios del mundo… Estaban en lo cierto, aunque no por las razones por las que sacaban pecho. Si una de las definiciones de sanitario es persona que trabaja en la sanidad, ahí sí coincidimos. No me quiero exceder en el texto, así que mi más estruendoso aplauso a todas quienes la conforman. A las ocho, a las dieciocho y a las veintiocho si es menester.
También hablaba en la canción de la mentira y la traición de quien tienes cerca, que es cuando más duele, pero esa es otra historia. Y terminaba diciendo más o menos que, de punta a punta, y aunque no lo creamos, estamos unidos por el corazón. Hoy, como siempre, hoy más que nunca. Por lo demás, en lo personal, en lo artístico y en lo profesional con Limbo Starr, pues… como siempre: día a día, a lo nuestro, con orgullo y firmeza. Cuídense y cuidémonos. ¡Besos y fuerza! ¡Siempre! [Más en el Twitter de Da Loma]