El dicho popular «las apariencias engañan» se puede aplicar a la perfección al ya conocido dúo formado por Lena y Sema, puesto que tras el sonoro y rústico nombre de Murciano Total se esconde un material que, más allá de ser canela fina, es una de las apuestas más trabajadas y logradas del pop nacional de los últimos años. Desde que debutaron en la Navidad del año 2011 en lo que podríamos llamar una afortunada casualidad, no han dejado de maravillarnos con temas que iban estrenando en cuentas gotas y que, ahora, han decidido recopilar bajo el poco sofisticado pero muy representativo nombre «Demos 2012-2013» (El Genio Equivocado, 2014). De este modo, el talento y buen hacer que han ido demostrando con la gran calidad de una música obtenida a partir de los medios más modestos, junto con unas colaboraciones de lujo y dos temas versionados elegidos con muy buen criterio, se ven condensados en unos monérrimos casettes que, seguramente, ya hayan agotado existencias.
«El Espejo«, uno de sus últimos exitazos donde colabora Alejandro Martínez de Klaus & Kinski, es el encargado de iniciar este viaje musical de catorce pistas. Podemos decir que la recopilación empieza pisando fuerte, con un tema muy representativo de su estilo donde se aprecian unas delicadas y pegadizas melodías que se asientan sobre unos sintes con buena dosis de protagonismo, que no se limitan a hacer un relleno armónico sino que luchan en representatividad con las mismas voces realizando exquisitos motivos melódicos. Le sigue «Bandera Blanca«, tema original de Franco Battiato que fue versionado y grabado específicamente para este recopilatorio y que tuvieron el honor de estrenar los amigos de VanishingPoint. Siendo una de las principales influencias de mucho de nuestro material nacional, no es de extrañar la elección del artista italiano, además de por las claras similitudes y el peso del que goza en la estima del grupo que nos ocupa.
«El Internacional y la Mala Racha«, con colaboración de Seka y Antonio Illán, nos demuestra la versatilidad de Murciano Total para pasar de una moderada melancolía al optimismo (sin excesos) dentro de un mismo tema donde podemos apreciar la influencia antes comentada de Battiato. De la bailable y llena de mágicos sonidos cumbre del casiotone mujer usado en «La China de las Rejas» pasamos a «El Castillo de Román«, un tema con el que, si todavía no habiáis sucumbido a los encantados de este pop electrónico, sin ninguna duda lo haréis. Un verdadero ejemplo de música cuidada al detalle, de un refinamiento envidiable. Sube la intensidad con «El Príncipe Oscuro de Fortuna«, perfecto para dejarse llevar en cualquier pista de baile, y los decibelios alcanzan pinceladas muy a lo «Psychocandy» (Rhino, 1985) en el, ciertamente más ruidoso, «Lógico y Ecológico«.
La segunda mitad del recopilatorio no da tregua y el nivel sigue subiendo. Y, a pesar de llevar siete temas a espaldas de quien escucha, el tiempo se pasa volando. «El Rey Caníbal» continua en la línea, seguida por otro de los tótems del grupo al cual deberíamos rendir culto: «La Fábrica Las Guapas«, con colaboración de Rafa Skam (The Yellow Melodies). Lo sentimental de la letra («Y no me importa si he malgastado mi vida por esperar, tan sólo quiero estar contigo en otro lugar, muy lejos de aquí«) junto con el vídeo, que merece la pena ver, hacen a este tema verdaderamente irresistible. Sin desmerecer a «El Gigante de Sangonera«, «Los Castillos» o la muy feliz «Soy Amigo de las Flores«, destaca «La Parranda«, donde volvemos a escuchar esos toques a lo The Jesus & Mary Chain y a un J (Los Planetas) que se distingue entre la distorsión. Y, como no podía ser de otra forma, el cierre lo echa «Pastores Venid«, ese maravilloso villancico al que no le falta de nada (desde las típicas sonajas, cascabeles y campanas navideñas hasta el balido de las ovejas del belén) con el que escuchamos por primera vez a este par de titanes.
Como podemos deducir desde ya mismo, sin duda este se convertirá en uno de los álbumes más redondos del año y al que pocas pegas, o ninguna, se le puede poner. Canciones perfectas que, junto a sus videoclips, pueden convertir el lunes más sombrío en el día perfecto para un karaoke. Fetén, fetén.