Mujeres acaban de lanzar un EP titulado «Aquellos Ojos» en la escudería CANADA. Les entrevistamos para hablar de ojos, música, rock’n’roll, duchas, porno… y más.
[dropcap]»M[/dropcap]e gustan las mujeres, me gusta el vino (…), soy un truhán, soy un señor, algo bohemio y soñador». Así reza la famosa canción de Julio Iglesias que todos hemos cantado borrachos en alguna boda o en cualquier otro momento casposo de nuestra vida. Y así es cómo con muy pocas palabras describiría yo el estilo de vida de Mujeres… O, por lo menos, la imagen que proyectan. Como dijeron una vez, la banda se llama Mujeres porque “es lo más bonito que hay en este mundo”. Esa frase es de SEÑOR, con mayúsculas. O un recurso fácil para ligar, que también podría ser. En cualquier caso, estos cuatro tipos conquistan con una mezcla de energía, picardía, gamberrismo y locura.
Mujeres lanzaron su álbum de debut homónimo en el año 2009; fue un soplo de aire fresco pero vintage (o, como dicen ellos mismos, «música vieja con zapatos nuevos«). La escena gargajera andaba un poco dormida en Barcelona, y ellos la revitalizaron volviendo a sonar como The Cramps, The Velvet Underground o The Replacements, por citar sólo algunas de las influencias que pueden apreciarse en su música, que mezcla punk, garaje, rockabilly y lo que haga falta. Unos años más tarde, vio la luz su segundo álbum, «Soft Gems» (Sones 2012), siguiendo la estela del primero pero con alguna que otra pequeña sorpresa como la canción «Salvaje«, donde optaba por cantar en castellano (siempre habían cantado en inglés, salvo la versión que solían marcarse del «Demolición» de Los Saicos), o la “balada” (llamémosla así) “I’m Over With You”. Ahora, Mujeres vuelven con algo diferente: un EP titulado “Aquellos Ojos” (CANADA , 2014), cuatro canciones en castellano que suenan algo distinto a lo que nos tenían acostumbrados pero que contienen la esencia y contundencia de esta banda de Barcelona.
Hablamos con ellos con motivo de este nuevo lanzamiento y la presentación del mismo en las oficinas de CANADA, y empezamos haciendo una regresión a la infancia. O, más bien, a la pubertad. Cuando las chicas dejaban de ser niñas para convertirse en mujercitas (de nuevo, Julio Iglesias en nuestras vidas). Sospechamos que eran de los que molestaban a las niñas y les tocaban el culo o tiraban de su primer sujetador «chispas». Todos menos Martí (guitarra y voces) afirman que no han hecho nada de eso. Incluso Pol (bajo) va más allá y comenta: “Yo me rodeaba de chicos, me interesaban otras cosas; la cultura, el arte… Al menos hasta los 19 años”.
Se conocieron estudiando cine y decidieron trasladar su equipo de rodaje al campo musical y formar una banda para seguir haciendo cosas juntos, pero no porque les decepcionara el cine, sino porque surgió de forma natural: “Cuando estudiábamos, hicimos algunas bandas sonoras para los cortos que rodábamos, estábamos acostumbrados a trabajar juntos y así continuamos”, comenta Yago (guitarra y voces). Al principio eran Yago, Martí, Pol y Martín, encargado de tocar la batería y que abandonó el grupo para dedicarse a otras inquietudes artísticas: “Decidió que el vídeo y sus historias de creación tenían más peso en su vida, y que lo mejor era distanciarse del grupo. Entonces decidimos continuar porque no queríamos parar, y buscamos un nuevo batería que fue Arnau. Fue algo amistoso y sin dramatismo. Y, de hecho, Martín no dejó de tocar con nosotros hasta que encontramos a otro batería”.
Hay gente que dice que Mujeres es un grupo “para chicas” por la cantidad de féminas que siempre hay en sus conciertos dándolo todo. Yo me pregunto (y les pregunto) si, al principio, todo fue una estrategia de marketing para hacerse una leyenda “mojabragas”, pero ellos lo desmienten: “Quizás vienen los mismos chicos y las mismas chicas a nuestros conciertos, lo que pasa es que ellas se animan más y bailan más”, responde Pol. Dejando a las mujeres de lado, que no todo va a ser follar (como diría Javier Krahe), hablamos de «Aquellos Ojos«, un nuevo EP en el que parecen más calmados: “Realmente, este disco no forma parte de la evolución de la banda. Es algo que queríamos hacer, así en castellano, y que sonara más sixties, más añejo y más melódico”, comentan. Yago añade: “Ni más calmados, ni más castellanos. Simplemente apostamos mucho por el single «Aquellos Ojos», que fue un descarte del anterior disco, y decidimos darle continuidad añadiendo más canciones”. “La grabación del EP es de hace año y medio, durante un paréntesis en la evolución normal del grupo. Lo grabamos en un día en el local de ensayo, sin ninguna producción. La idea era que sonara muy orgánico, de directo, que sonase lo más clásico posible, como las grabaciones de los 60”, comenta Martí. Y Yago vuelve a poner la puntilla: “De hecho, cuando en CANADA nos preguntaron si queríamos grabarlo en un estudio, lo único que les dijimos es que se preocuparan de editarlo. Ha sido un EP bastante auto-gestionado”.
Charlando sobre la posibilidad de que algún día escriban alguna canción en catalán ahora que está tan de moda (veas el caso de Shakira, que ha levantado ampollas por todas partes) responden que de momento no se lo han planteado: “El castellano tiene una cierta dureza, es áspero, algo que el catalán no tiene, y que va muy bien para el tipo de música que hacemos. Y tampoco vamos a entrar en política, porque no es nuestro juego”, dice Pol. “Somos un grupo bastante referencialista. Nuestra música tiene raíces muy inglesas y no concebimos hacer rock’n’roll de otra manera o en otra lengua porque venimos de ahí. Y, ahora que hemos cantado en castellano, también lo hacemos con referencias del pasado. Si hiciéramos música en catalán, tendríamos que hacer cançó catalana o algo así, y no es nuestro estilo. También es que no somos un grupo lírico, somos más sonoros y menos conceptuales, así que las letras o el idioma no tienen tanto peso” comenta Yago.
A juzgar por los trabajos y aficiones que cada uno tiene fuera de la banda, hubiese jurado que Pol, responsable también del fanzine Chuck Norris, era el letrista, pero él prefiere decir que es poeta. De hecho, los responsables de la letra y de la melodía son Yago y Martí, las voces del grupo, que insisten en que las letras son lo de menos. A pesar de eso, hablamos de la letra de «Aquellos Ojos«, su nuevo single: “Habla de unas miradas en la noche, de la atracción por lo desconocido. Lo relacionaría con «Simpathy for the Devil», con algo oscuro que hay a veces en las relaciones esporádicas” dice Martí. “Tiene algo de conexión con “La Fuerza” de Kokoshka. Es ese tobogán al que te subes aunque sepas que te vas a quemar”, apostilla Pol.
Tenían programada una mini-gira por Estados Unidos durante el mes de marzo que se vino abajo por un problema con sus visados. Iban a tocar por segunda vez en el prestigioso festival South by Southwest (SXSW), pero esta vez no pudo ser y prefieren no hablar del tema. De la primera vez en la que asistieron a este festival / epicentro de la música mundial se llevaron algunos contactos y, en realidad, esta mini gira que nunca se llegó a realizar viene de ahí: “Es muy bestia la cantidad de gente que mueve ese festival. También está el Manchester Sound City, el The Great Escape que se celebra en Brighton… Una serie de festivales yankis y europeos donde te van viendo y te van conociendo”.
Para dar la entrevista por finalizada, les pido que me confiesen un vicio que no hayan confesado ya en otras entrevistas. Porque son truhanes y señores, y la mala vida (o buena según se mire) se nota que les va. Y porque esto es rock’n’roll y quiero desenfreno e historias sórdidas, o que al menos lo parezcan. “No somos gente viciosa, somos gente normal”, dicen al principio. Pero, poco a poco, van saliendo algunas cosas. Arnau confiesa: “Yo tengo la fantasía de follarme a una negra. Y bueno, me gusta escuchar kumbia en el coche”. Pol comienza suave, diciendo que uno de sus vicios son los discos y que ha hecho auténticas locuras por ellos. Pero luego se anima y comenta lo siguiente: “College, piscinas, policía, aceite, playa, amateur, dorm girl”. Probad a poner eso en PornTube a ver qué os sale… Arnau comenta: “A todos nos gusta mucho el porno, menos a uno de nosotros que utiliza la mente”. El romántico es Yago, al que también le gustan las duchas y que, según comentan los demás, ha descubierto hace poco a Abella Anderson, una cubana conocida también como “la batidora”. “Es un fenómeno”. Cuando están de gira, hay que decidir quién estrena la ducha: “A mí me encanta hacerlo de gira”, dice Yago. “Yo no soy nada de duchas. Cuando os estáis duchando tengo la cama de matrimonio para mí y mi novia”, dice Pol. Yago le pregunta: «¿Qué novia?«. Y él responde: “La de los ojos turbios y la falda desgastada”.
[FOTOS: AnTruan]