Ay, cuántas cosas arreglamos en la vida con una birra por delante… Por eso mismo nos encanta brindar con Moritz para celebrar que fue la primera cerveza de Barcelona (todavía en activo).
Madre mía, párate a pensar cuántas cosas acabas arreglando en tu vida con una cerveza. Y, oye, no nos referimos exclusivamente al acto de beber una cerveza, sino también a eso tan curioso que decimos los catalanes de «hacer una cerveza«. Ya, ya sabemos que no la «hacemos«, sino que la «tomamos«, pero ha llegado un punto en el que (aunque sepamos que es incorrecto) nos encanta decir eso de «oye, ¿hacemos una cerveza?» porque es un poco orgullo de tierra. Y porque «hacer una cerveza» arregla cualquier momento: el vermutito, la salida del curro por la tarde, los eventos a los que nos gusta asistir para enriquecer los stories de nuestro Instagram…
Pero es que, además de arreglar esos momentos en concreto, «hacer una cerveza» también te «arregla» la vida en general: ¿te has medio cabreado con un colega? Pues quedáis para una cerveza y ya. ¿Quieres romper el hielo con esa persona que te gusta? Pues quedáis para una cerveza y ya. ¿Te encuentras medio pocho anímicamente? Pues quedáis para una cerveza con tu mejor amigo y solucionáis el mundo. Y ya. En serio: la cerveza te arregla la vida de formas muy diversas. Y por eso mismo nos encanta que esto sea precisamente el epicentro de la nueva campaña de Moritz.
Al fin y al cabo, hablar de lo importante que es la cerveza (y «hacer una cerveza») para todos nosotros a nivel social y comunitario es exactamente lo mismo que preguntarse: ¿y qué pasaría si no existiera la cerveza? ¿Qué sería de nuestras vidas como barceloneses si Louis Moritz no hubiera llegado a la Ciudad Condal en el año 1856 desde su Alsacia natal para abrir la primera fábrica cervecera en pleno centro (justo en el mismo lugar en el que hoy está la Fàbrica Moritz, punto de peregrinaje del buen comer y del mejor beber)?
Desde entonces, muchas otras cervezas han llegado y han enriquecido más todavía nuestras vidas sociales… Pero reconozcámoslo: nada de todo esto sería posible sin Moritz. Y, por lo tanto, nuestra vida estaría mucho menos «arreglada», así en general y en abstracto. Por todo ello, brindemos por Moritz y por sus 162 años como la primera cerveza de Barcelona (vamos, la única en llegar a nuestros tiempos). De hecho, brindemos con este campañón tan tremendo que se ha marcado la firma junton a Toni Segarra y que incluye unos fotones muy tremendos de Bela Adler. ¿Qué mejor forma de brindar que junto a una compañía tan selecta?
Más información en la web de Moritz. [Post Patrocinado]