La cosecha del arroz como ritual (y como celebración) es el corazón de la colección que Miriam Ponsa acaba de presentar en el 080 Barcelona Fashion.
En una pasarela como la del 080 Barcelona Fashion, hay veces que vas a dejar que te sorprendan… Mientras que, otras veces, sabes perfectamente qué vas a encontrar. Y eso no es ni bueno ni malo: es lo que es. De esta forma, todos sabemos que Brain & Beast nos van a sorprender tanto como sabemos que Miriam Ponsa va a seguir practicando la moda como herramienta para la conciencia social. Al fin y al cabo, su discurso nunca se ha basado en la colleja sonora de efecto transitorio, sino más bien en un diálogo largo y tendido en el que te dé tiempo de profundizar en determinados conceptos.
Y el concepto que ha tocado en esta ocasión es el arroz. Tan simple, tan complejo. Ponsa nos ponía en antecedentes al respecto de su nueva colección para la próxima temporada de primavera / verano 2017 con varios datos estadísticos: el arroz es el alimento básico de más de la mitad de la humanidad. Ya no es sólo que esté creciendo de forma exorbitada en un continente como Africa, sino que en Asia más de dos billones de personas obtienen el 60% de las calorías diarias gracias a este manjar. Será por eso que en Japón adoran a los dioses del arroz y tienen diferentes creencias y rituales para mostrarles esa adoración.
Creencias y rituales que, de alguna forma u otra, se han filtrado en «La Cosecha del Arroz«, la nueva colección de Miriam Ponsa. Para empezar, y como no podía ser de otra forma, el color primordial aquí es el blanco, aunque la diseñadora se permite otros tonos (siempre dentro de lo natural) como el verde, el azul, los grises, el rosa o el rojo. Las siluetas, eso sí, son cien por cien Ponsa, con esa capacidad innata a la hora de traer hasta el presente todo un conjunto de cortes y telas que recuerdan poderosamente al pasado.
Eso sí, ojo y no vayamos a caer todos en la trampa de «como ya sabemos qué podemos y debemos esperar de Miriam Ponsa, podemos tacharlo de más de lo mismo«. Ni mucho menos. La variación está ahí: si en anteriores colecciones la diseñadora optaba por una fuerte carga social para denunciar el pasado y poner el acento sobre el feminismo, ahora parece que Ponsa se deja llevar más bien por la celebración pura y dura. Una celebración dulce, optimista y tan bella como el momento final del desfile en el que las modelos dejaron escapar de entre sus manos un puñado de arroz.
Más información en la web de Miriam Ponsa.