Si hay alguien que nos encantaría que nos vistiera en caso de viajar a la Luna, esa es Maria Escoté… Y, mira, es que si encima nos viste rollo años 70, es que ya morimos por completo.
La exploración del espacio exterior se ha convertido en una constante en el mundo de la moda gracias a propuestas que aplican los últimos avances técnicos en tejidos y materiales en colecciones pluscuamperfectas para los colonos que Elon Musk tarde o temprano enviará a Marte… Pero, mirad, también parece que esa supremacía de lo técnico, casi científico, se traduce en puro aburrimiento estético: todo tiene que ser tan funcional que, al final, el factor de elocuencia estética de la moda parece caer en el olvido absoluto. A no ser que seas Maria Escoté, claro.
Si eres Maria Escoté, lo que haces más bien es presentar una nueva colección en la Madrid Fashion Week en la que el principal leit motif son los viajes a la luna… ¡pero vistos a través del prisma de los años 70! Y, ojo, porque no estamos diciendo que Escoté rinda homenaje a grandes básicos de la ciencia ficción del espacio exterior, que pueden ir desde lo contenido de «2001: Una Odisea del Espacio» hasta el despiporre estético (con marca de la casa Paco Rabanne) de «Barbarella«, sino que más bien hace algo tan estimulante como aplicar la moda imperante en los 70 a los presupuestos del viaje lunar tal y como se entendía entonces.
Porque en eso debería consistir la magia de los avances tecnológicos, ¿no? En vez de implicar que al espacio tengamos que ir ataviados como robots futuristas, lo guay sería que la tecnología estuviera tan avanzada como para permitirnos viajar a la luna vestida como si fueras la factory girl más puntera y sofisticada. En la colección de Maria Escoté hay mucho colorido (lo que no es novedad en la diseñadora) y también algo así como un sci-fi setentero diseñado desde el siglo 21.
Una locura estética maravillosa que, además, riza el rizo en la colaboración de Escoté con Samsung en todo un conjunto de bolsos (a los que hay que sumar una sudadera) pensados para albergar en su interior y con la pantalla a la vista algunos de los smartphones y tablets de la firma. Una verdadera locura que atrapa el espíritu de la SMARTgirl de Samsung (ya sabes: la chica que vive por y para la vida online a través de su teléfono o su tableta) y lo integra a la perfección con una colección en la que una pantalla no solo es un lugar en el que ver tus redes sociales: es un lienzo sobre el que pintar y enseñar tu propia identidad.
En resumidas cuentas, esta colaboración viene a reafirmar lo que ya hemos dicho con anterioridad: que, haga lo que haga, Maria Escoté sigue siendo Maria Escoté… Y eso implica no solo un sello de calidad muy alta, sino sobre todo un imaginario fascinante capaz de contar historias a través de prendas. ¿No es eso la moda en su más alta estirpe? [Más información en la web de María Escoté]