Seguimos explorando las múltiples caras del drag con una entrevista a Mar Bravo en la que nos habla de la cultura queer como necesaria disrupción.
Lo queer es la «q» que ha dado por zanjada la expansión cada vez más desbordante del LGBTIQ. Habrá quien piense que es una especie de freno (rollo “¡basta ya de añadir letras a las siglas de comunidad!«), mientras que otros pensarán que es más bien un cajón desastre (tipo “a partir de ahora, todo lo que venga es queer”). Pero lo cierto es que esa «q» de queer es más bien una carta abierta al futuro, una especie de zona de libertad absoluta en la que todo vale precisamente porque es lugar de exploración continua.
La cultura queer siempre fue disruptiva, un factor de fractura social… Y, una vez arranca el camino hacia la -presunta y relativa- normalización de las causas más conocidas (la «l» de lésbico, la «g» de gay, la «b» de bisexual, la «t» de trans y la «i» de intersexual), es hora de que la «q» de queer no sea ni freno ni cajón de sastre, sino más bien caldo de cultivo en el que cultivar conceptos que sigan plantándole cara a la cultura y a la sociedad, dinamizándola, cuestionándola y enriqueciéndola.
Y siento la chapa teórica con la que he abierto este artículo… Pero era totalmente necesaria para comprender lo que viene a continuación. Porque lo que viene a continuación es ya la cuarte entrega de artículos en los que desde fantasticmag estamos retratando las múltiples caras del drag con Jon Gómez de la Peña al cargo de las fotografías y las entrevistas y conmigo mismo al cargo de dar forma a los artículos semanales. Hasta ahora hemos visto caras realmente variadas del drag pero, sinceramente, aquí llega ese momento el que se escucha un sonoro “¡crack!” y nos obliga a mirar a todos lados buscando el lugar del que viene el sonido. El lugar del quiebro. Puede estar en cualquier parte. Pero es que en verdad está en todos sitios, y a Mar Bravo le encanta aparecer como un diablo incorpóreo para señalar esa fractura y desvanecerse en el aire a continuación. Hasta el próximo “¡crack!”.
Personaje Personaje
Mar Bravo es un personaje. De hecho, es un personaje de Personaje Personaje, ya que este es el nombre de la cuenta de Instagram en la que el ecuatoriano Juan Diego P. Bucheli congrega a todo un conjunto de personificaciones que le ayudan a realizar muy diferentes exploraciones en el campo de la cultura queer. Y es que Juan Diego no solo es licenciado en Psicología Clínica, sino que tiene un Master en Investigación Artística (Arte y Filosofía) y un Postgrado en Mediación Artística. Así que no estamos hablando de una experimentación queer de andar por casa… Sino que estamos hablando de algo mucho más serio.
Tan serio que, al fin y al cabo, la propia persona de Mar Bravo también ha de ser compleja: “Es más estética personificada que un personaje estético. En su estética prima una formulación cromática y elementos que la hacen cuerpo. No es hombre ni mujer ni objeto, pero tampoco del todo persona, sino algo que me apetecía mucho visualmente hacer. Elegí una cromática muy concreta que la atraviesa. Con mis otros personajes, siguen estando ahí. Ocurrirán en paralelo y no se sustituyen: son entidades diferenciadas y nunca se encontrarían en sus formas de hacer. Sólo tienen en común que soy yo el espacio de representación común”.
Esos otros personajes, por cierto, son Mowgli Sevoguing, Prazeres y Felipe Notenteras. Aunque no es descartable que acaben convirtiéndose en más y agrandando esta familia tan gozosamente numerosa. Lo interesante es que Juan Diego tenga claro dónde están los límites de cada uno de los personajes, y que en el caso de Mar Bravo esos límites vengan dados por sus referencias: “BDMS, látex, cuero. Alexander McQueen es la referencia más directa (he tomado sus bocas), Leigh Bowery… Mar viene de referentes teóricos, de las teorías queer más contemporáneas. De hablar de la cultura queer no como un tema de identidades, sino como algo con potencial disruptivo y alteración de las cadenas lógicas de pensamiento y crear discursos paralelos o transversales. Solo a partir de lo queer. Desde Karen Barad he encontrado una percepción distinta, que es la alteración de los eslabones cerrados de pensamiento y romper los binarismos. Lo contrario al positivismo. Descartes, viniendo del empirismo, establece una fórmula que da un resultado y, a partir de ahí, establece una norma. Romper esto abre espacio a lo subjetivo. No porque conozcamos los elementos de una cosa conocemos precisamente a dónde llegarán”.
Entonces, ¿cuándo desaparece Juan Diego y cuándo aparece Mar? ¿Existe un momento decisivo en la transición entre ambas personas? Parece ser que sí: “El momento de perfilar la nariz. Cuando la marco fuerte. Antes de la boca. Y las uñas: como el drag es una construcción consciente, cada parte tiene una importancia. Al ver en el espejo la nariz, yo me veo. Pero si se presenta ante la gente, tiene que tener sus uñas. También necesita sus tacones si necesita caminar, porque le dan la forma del cuerpo”. Eso dice ella. Yo digo que Mar Bravo aparece cuando en los ojos de Juan Diego hace acto de presencia un fuego muy particular. Un fuego que arde de una forma muy pero que muy especial.
Mar Bravo como disrupción queer
Ya lo ha apuntado Juan Diego más arriba: Mar Bravo es pura disrupción. No es una drag queen al uso, sino que las intenciones que laten en su corazón (con un latido irregular pero arrebatador y lleno de vida) van más allá de la exploración de la feminidad o de una estética en particular. Será por eso que es una persona de pocas palabras: “A Mar casi no le veo hablando. Puede hacer algo escénico, pero no es un personaje de humor hablado, sino que es algo más físico, más oscuro. Quiero que Mar sea un elemento de disrupción de los escenarios y hacer que la gente se inquiete, de romper algo para formular cosas distintas. Permitir que, a través de lo ominoso y extraño de su presencia, se generen otras dinámicas en el espacio. No quiero que sea normativo, quiero hacer algo desafinado. A veces tendrá pelo, a veces no”. Y, como toda buena disrupción, puede hacer erupción en cualquier momento y en cualquier lugar: “La máxima expresión de Mar llega en una situación donde no se le espera. Como público, en el súper, en una fiesta donde no haya travestis. Tiene un sentido de perturbar, inquietar, hacer un chirrido en medio que es fácil de predecir. Su trabajo es ser una estética disruptiva”.
Entonces, ¿tenemos que quitarnos de la cabeza la posibilidad de ir a verla a alguna fiesta en particular? ¿Dónde podemos ir a disfrutar de la presencia de Mar Bravo? “Inesperadamente, en cualquier lugar. También es rápido construir a Mar, y me gustaría que fuera una presencia que aparece donde le da la gana y que no sea predecible, o que sea tan predecible que pudiera estar en cualquier sitio a cualquier hora molestando. En un evento, en una rueda de prensa, lo que sea, existiendo. En Portal de L’Àngel si uno se queda quieto más de quince minutos la policía viene y te echa. Me interesa explorar lo que es solo estar. ¿Por qué no puedo usar el espacio público y por qué me pueden expulsar de él? ¿Por qué no puede estar Mar Bravo o quien sea si no está interrumpiendo de forma perversa?”.
Bueno, vale, donde mejor disfrutaremos de este maravilloso ser será en los pliegues de lo inesperado… Pero, por ahora, Mar Bravo ha prometido una performance muy especial en el próximo Futuroa Sarao Drag (el próximo viernes 12 de abril en la Sala Apolo). Y, después de todo lo que hablamos, ya sabes lo que puedes esperar: un «¡crack!» sonoro, estimulante y placentero. [FOTOS Y ENTREVISTA: Jon Gómez de la Peña] [DISEÑO GRÁFICO: Miguel Cano] [TEXTO: Raül De Tena] [Más información en el Instagram de Personaje Personaje y en el de Jon Gómez de la Peña]