El treinta por ciento de la redacción de FPM ha sufrido una mudanza en los últimos meses o tiene una en ciernes. Será por eso que estos días, more than ever, estamos muy in the mood for furniture y decoraciones varias. Además, este verano nos hemos enamorado cada cual a su manera de las strips y del navy style (como el cien por cien de la población, cierto es). Serán los yates expuestos en «Mujeres Ricas«. Serán las anheladas vacaciones en la Cote d´Azur que alguna esperamos disfrutar el año que viene… Sea como fuere, nos hemos enamorado muy mucho de la colección que ha hecho Jean Paul Gaultier para la casa de diseño Roche Bobois con motivo del 50 aniversario de ésta.
Como no podía ser de otra manera, el hombre que recuperó «In the Navy» y sacó el look marinero 50s del cuarto oscuro para arrastrarlo al público general (y qué fan soy de esos heteros de la construcción que se bañan en Classique para ligar con guarras en Pachá Ibiza, sin saber que llevan pura feromona gay), se ha cascado una línea de diseño del hogar que haría temblar al mismísimo Clouzot, que desearía tener todos sus ítems en cualquier set de rodaje. Porque sí, toda la colección de mobiliario y textil que combina motivos náuticos con un rollo muy Louis XVII y algún toque metálico muy de nuestra era, podría ser la que adornara los recovecos de aquél motel de su malograda «L´Enfer«. No nos cuesta imaginarnos a Romy Schneider mirándose en los espejos de ese armario Paravent de proporciones bíblicas una vez abierto, que se extiende como un biombo sin fin y del que solo se comercializarán 250 unidades. La cama a juego tiene cuatro paneles articulados y su tamaño bien puede acoger una pequeña orgía de sedas y rosados.
Nos encanta el sinfonier Malle&Dizainier, dos piezas conformadas por maletas apiladas, con espejo en la parte superior incluído. Lo vemos muy rollo » The Talented Mr. Ripley«. Fijo que al susodicho le encantaría esconder identidades robadas dentro. Pero la estrella de la colección es, sin duda, el sofá Mah Jong. Un conjunto textil casi arquitectónico con un diseño muy de bacanal romana para el Cannes de los años 60. Gaultier revisita del clásico que Hans Hopfer diseñara para la casa francesa en y lo recarga con navy strips, sedas y cojines estampados para aburrir. El toque surrealista lo ponen los sillones Ben Hur, unos ídems en formato cuadriga con el nombre del diseñador, con estructura de aluminio e interior de terciopelo.
Todo muy Gaultier que, aunque no es uno de los modistos favoritos de esta casa, para esta ocasión ha estado atinado y ha hecho lo que se espera de él: barroquismo y absurdidad, elegancia y desmesura. Este otoño ya disponible en tiendas Bobois de todo el mundo.
[Estela Cebrián]