¿Por qué no baila la gente de Barcelona en los conciertos? Esa pregunta y mucho más en nuestra crónica de Los Punsetes en City Hall el pasado 13 de diciembre.
Nunca entenderé ese extraño fenómeno sociológico que ocurre en los conciertos de grupos de rock que, aunque no dejen de ser pop, tienen toda la energía en sus guitarras. Me refiero al fenómeno “estar más quieto que un palo de escoba”. ¿Por qué la juventud no baila? ¿Por qué si bailas y saltas y te lo pasas bien todo el mundo parece odiarte? ¿Acaso la felicidad ajena produce urticaria? En realidad, los comportamientos que se producen en cualquier concierto son dignos de estudio. También existe el fenómeno “hablar y despreciar con ello al artista que tienes delante”, que daría para un buen ensayo.
En el concierto de Los Punsetes nos pasó lo primero y no lo entendemos. Que alguien nos lo explique. Entiendo la quietud de Ariadna, su cantante, primero porque es la cantante y puede hacer lo que le venga en gana. Y si le apetece vacilar a todo el mundo sin apenas cambiar el gesto en hora y media, tiene todo el derecho, que para eso es la front girl. Pero es que, además, como ella misma ha explicado muchas veces, no lo hace por pose, sino para controlar la modulación de su voz, para no desafinar de manera inoportuna si le da por mover las caderas. Estupendo, hasta aquí todos de acuerdo. Pero si los demás miembros del grupo bailan, será que es música con la que uno se puede mover. Aunque sea sólo la cabeza. Aunque sea sólo arquear una ceja. Aunque sea sólo para demostrar que estás vivo y que tu corazón sigue latiendo. Que sigues sintiendo algo.
Vimos a una pareja disfrutando del concierto de Los Punsetes abrazados como si estuvieran escuchando «Bailar Pegados» de Sergio Dalma. Vimos a una chica con el dedo índice apoyado en la barbilla, mirando el concierto como si fuera una obra de Miró. Quizás estaba fascinada analizando el quimono de Ariadna, de una tela preciosa que recordaba a una mezcla abstracta entre Miró y Mondrian. O quizás se quedó embobada con la camiseta de Manu (Antonna), que parecía un cuadro de Pollock. Todo muy arty. No lo sé, pero desde luego no entiendo a qué vienen esas conductas. Quizás el baile sea un acto tan banal que les parezca un desprecio a la fina ironía y el sarcasmo existentes en las canciones de Los Punsetes. Pero, amigos, de verdad que no lo es. En fin, no soy antropóloga, así que tampoco puedo encontrarle una explicación lógica.
Con «Nit de l’Albà» empezaron el concierto y los fuegos artificiales para después hundirnos en la miseria (solo metafóricamente) con la agria «Bonzo«, las dos de su último trabajo, «LPIV» (CANADA, 2014). Cuando salió este disco, corría una foto por instagram de Pablo Díaz Reixa (El Guincho) y Brian Hernández, los productores, en la que les decían “Suerte tocando esto en directo” Pues bien, la suerte no les hizo falta porque sonaron genial: guitarras impecables, noise y la magnífica voz de Ariadna. Y su saber estar de diva pluscuamperfecto. Durante todo el concierto pudimos ver diferentes visuales, de videojuegos, películas y otros menesteres en los que casi no nos fijamos, fascinados como estábamos por el estilo de Ariadna.
Sea como sea, el setlist siguió con «Alférez Provisional«, el hit que les sirvió para presentar su anterior disco, «Una Montaña es una Montaña» (Everlasting, 2012). «155«, «Mis Amigos» y «Tráfico de Órganos de Iglesia«, fueron las canciones que vinieron más tarde. «Los Cervatillos» de «LP2» (Everlasting, 2010), y»Fondo de Armario» y «Pinta de Tarao» de su álbum de debut nos llenaron de euforia. Con «Malas Tierras» se despidieron para volver después de unos cuantos ruegos, con cambio de vestuario de Ariadna incluido. Empezaron el bis, o más bien la segunda parte del concierto, con «Los Últimos Días de Sodoma«, una canción dedicada a Madrid pero muy apropiada para Barcelona también. Aunque ya vayamos teniendo varios disgustos, creo que no aprendemos, ni los políticos, ni nosotros.
Luego tocaron «De Moda» (de «LP2«), «Una Montaña es una Montaña«, «Arsenal de Excusas«, «Opinión de Mierda» (ay, como nos gusta esta canción), «Dos Policías» y «Maricas«. Hit tras hit, porque Los Punsetes no hacen otra cosa. Todas y cada una de sus canciones es un dardo que acierta en la diana. Sus letras son tan geniales que no hay quién pueda discutir semejante afirmación. Esta es mi opinión de mierda. Por último, la apoteosis, el final feliz. «Tus Amigos«, como no podía ser de otra manera, fue la canción encargada del cierre junto a «Me Gusta Que Me Pegues«. Hostias como panes para el pueblo. Demos gracias a Los Punsetes. [FOTOS: AnTruan]