Elton John y su pasión por el Watford; Rod Stewart derramando lágrimas por su Celtic; Liam Gallagher liándola parda en el Santiago Bernabéu en su condición de hincha fanático del Manchester City; Mogwai musicando un documental sobre Zinedine Zidane; New Order y The Lightning Seeds componiendo sendos himnos para la selección inglesa; el Leeds United y la figura de Brian Clough retratados en “The Damned United”; el “You’ll Never Walk Alone” de Gerry And The Pacemakers cantado por las aficiones del Liverpool y del Celtic; George Best, Terry Venables y Éric Cantona ilustrando trabajos de The Wedding Present, Morrissey y Ash, respectivamente; la película británico-irlandesa “The Van”; y, por supuesto, “Fever Pitch”, la novela de Nick Hornby que relata las vivencias de un incansable y sufrido seguidor del Arsenal durante la campaña en la que el club londinense le birló con este gol in extremis el campeonato de liga al Liverpool en el mismísimo Anfield Road. Estas son sólo una cuantas muestras de la intensa conexión existente en el Reino Unido entre la cultura pop en general y la música en particular y el mundo del fútbol. Del mismo modo, Gareth Paisey, líder de la familia numerosa de Los Campesinos! y galés de pro, se vale de esa peculiar relación para salpicar de referencias balompédicas la rica y trabajada lírica que se extrae del último álbum de su grupo, “No Blues” (Turnstile / Wichita, 2013).
Un portero que sube al ataque para romper el catenaccio, la League Cup de 2004, un trequartista, Meurig Park (campo del modesto equipo galés Bethesda Athletic FC), el delantero ghanés Anthony Yeboah, el penalti de Panenka y el legendario entrenador húngaro Béla Guttmann son los elementos que aparecen a lo largo del repertorio de este disco. Sin embargo, al igual que sucede en esta reseña, no son más que macguffins con los que Gareth realiza triangulaciones para hilvanar determinados versos y alcanzar el meollo de las situaciones que desmenuza en algunas de sus canciones, derivadas de los vaivenes del (des)amor, sus causas y sus consecuencias: idas y venidas, deseos no consumados y otros que pueden llegar a satisfacerse, corazones rotos… Argumentos que campan a sus anchas por el terreno de juego de “No Blues” y que, por sí solos, vendrían a confirmar que Los Campesinos! han dado un paso más para alejarse definitivamente del aspecto jovial y desacomplejado de sus inicios y prolongar la tristeza recogida en su anterior LP, “Hello Sadness” (Arts & Crafts, 2011). Pero, como bien reza su título, aquí no hay hueco para pesares ni abatimientos… Si acaso, para quejas, reproches, cantos contra la soledad y disquisiciones filosóficas con la vida y la muerte como motivos de fondo, que se despliegan entre un sonido efervescente, esplendorosos estribillos, efusivos coros y luminosas armonías corales.
Es decir: los resortes que siempre han manejado con soltura Los Campesinos!, que se han convertido en sus principales señas de identidad y, a la vez, en unos sólidos mimbres con los que perdurar en el tiempo y evitar la fugacidad de coetáneos como Black Kids. Eso sí, en el arranque de “No Blues”, el combo galés no aprieta el acelerador rítmico y se inclina por ofrecer sus textos insertados en medios tiempos que transmiten una luz cegadora (“For Flotsam”), que se interpretan a pleno pulmón (“What Death Leaves Behind”) o que progresan a través de una melodía adhesiva (“A Portrait Of The Trequartista As A Young Man”). Un tono destensado que se multiplica en “Glue Me”, logrado corte baladístico de cierto acento épico acrecentado por su melodramático desenlace, como expresado por un inquisidor coro teatral. Presentada su táctica, que consigue resaltar la importancia de las letras y de la que se infiere que Gareth Paisey es un afinado compositor costumbrista -al estilo de David Tattersall (The Wave Pictures), aunque con un mayor gusto por el pop-rock consistente y robusto-, Los Campesinos! apuran su paso para dar un brinco hasta mostrar su cara más exultante -como la que se apreciaba en “Hold On Now, Youngster…” (ACS Records, 2007) y “We Are Beautiful, We Are Doomed” (Arts & Crafts, 2008)- en “Cemetery Gaits”, “Avocado, Baby” y “Let It Spill”, hat-trick guitarrero que debería llenar de euforia la grada de los supporters del indie-pop más radiante y enérgico. Aunque, si no fuese suficiente, podrían recurrir a “Selling Rope (Swan Dive To Estuary)”, la versión madura de su hit “You! Me! Dancing!”, para completar la jugada triunfal.
En realidad, todo “No Blues” es una apuesta ganadora. Después de cuatro discos en los que Los Campesinos! han tenido tiempo y espacio para exprimir todas las posibilidades del pop eléctrico y enseñar sus diferentes estados de ánimo -sobre todo el de Gareth Paisey-, en su quinto LP consiguen resumir su esencia en su máxima extensión, ya que conserva desde el bisoño espíritu musical de sus comienzos hasta su maduración posterior, pasando por su particular visión de los avatares emocionales y sentimentales tamizada por el especial carácter que otorga su lugar de origen. This is Wales.