Tras su anterior novela, Lorrie Moore vuelve a su género natural: el relato a medio camino entre el humor y el pathos en «Gracias por la Compañía».
«Gracias por estar conmigo, por quererme, por aguantarme«: cada cual elija la variación que prefiera, pero todos alguna vez le hemos agradecido a alguien por querernos a su lado. Una frase que encierra cierta ridiculez en realidad pues, al fin y al cabo, no hay nada que agradecer, nadie te está haciendo un favor al quererte. Y, sin embargo, no puedes dejar de sentirte agradecido cada día por poder estar con esa persona y, como el Destino o lo que sea no es una entidad física, profesamos el agradecimiento hacia la persona en cuestión. O, a lo mejor, tienes tantos problemas de autoestima que realmente sientes que esa persona te está haciendo un favor por no haberte mandado a la mierda ya, ojo.
El punto es que justamente «Gracias por la Compañia» es el título escogido para la traducción al castellano, editada por Seix Barral, del nuevo libro de relatos de la aclamada autora estadounidense Lorrie Moore, quien vuelve a la forma del relato tras dieciséis años de carrera donde han brillado trabajos como «Birds Of America» o «Al Pie de la Escalera«. El agradecimiento del título viene, sin embargo, con cierto tono irónico, pues siempre mira hacia atrás: estas son ocho historias en las que, con la guerra de Irak y las turbulencias políticas estadounidenses como telón de fondo, el amor siempre es imperfecto o fallido. El título se inspira en una escena de uno de los relatos que componen el libro, en la que un granjero, tocando canciones de amor en la boda de su ex-mujer, lleva una camiseta que clama «thank you for having me«. En la escena pesa más la ternura del gesto que el patetismo que encierra, como es típico en Lorrie Moore desde sus primeros relatos: sus historias se mueven entre el humor y el phatos, y el bardo sentimentalismo de los fracasos sentimentales se tiñe de un ácido y en ocasiones demoledor sentido del humor.
Ocho historias, ocho fracasos amorosos: las relaciones fallidas llenan las páginas de «Gracias por la Compañía«, pero el estilo característico de Lorrie Moore, siempre tierno, nunca sentimental y a menudo extremadamente divertido, lo convierte en un libro con el que soltar más de una – inquietante, pues siempre hay un eco de tristeza flotando por ahí- carcajada.