Rita Row desembarcaron en 080 Barcelona Fashion con «WOW (Widows of Wonderland)», una colección de otoño / invierno 2015-16 que invita a soñar con los bosques (noruegos).
Cualquiera podría pensar que los recién llegados a una semana de la moda como el 080 Barcelona Fashion (bueno, en realidad a cualquier semana de la moda) sólo tienen una opción: adaptarse o morir. Hablando en plata: los diseñadores emergentes suelen optar por dar su visión de ciertas tendencias que está ahí, flotando en el aire, y no suelen permitirse ir a la búsqueda y captura de un imaginario único que, visto junto al resto del desfiles, puede acabar cantando de mala manera. Pero, señores, señoras, si el 080 ha albergado a grandes soñadores que han acabado operando en su propio tiempo y espacio, como Manuel Bolaño o Krizia Robustella, ¿por qué no va a haber espacio para algunos más?
Algunos más como, por ejemplo, Rita Row. No te dejes engañar: el nombre puede hacerte pensar que Rita Row es una diseñadora inglesa, pero ni hablar: no es una, sino que son dos; y no son inglesas, sino catalanas. Su entente cordiale desembarca en el 080 Barcelona Fashion con una colección para otoño / invierno 2015-16 cuyo nombre directamente hace soñar: «WOW (Widows of Wonderland)» venía precedida por un video en el que se explicaba que estas dos viudas de los bosques noruegos son dos señoras que viven acompañados por sus ciervos de compañía (sí, has leído bien: ciervos de compañía) y que utilizan como medio de transporte preferente el bote de remos (sí, has vuelto a leer bien: bote de remos).
Y lo cierto es que el punto de partida es tan seductor y la apertura del desfile fue tan apoteósico (con las dos viudas noruegas de tez blanquecina y labios negros desfilando por la pasarela) que, al final, lo que vino después dejó un poco a medias. A lo mejor es algo puramente subjetivo, pero con un título como «Widows of Wonderland» yo esperaba un diálogo entre vejez humana y naturaleza eterna, una dialéctica entre tradición y modernidad en un marco de cuento que no teme mostrar sus sombras. Y lo que encontramos, sin embargo, fue una colección vistosa pero no impactante, con vivos colores azules y mostaza, con cortes calentitos donde la feminidad no va reñida con la comodidad, con estampados naturales amables, con una visión optimista y pop de la temporada de frío. Es esta una colección en la que se presenta un imaginario propio, pero en la que falta que Rita Row pisen el acelerador y se decidan a llevar su visión hasta el final para, entonces sí, hacernos exclamar «WOW«.