Vaya por delante que la colección que Ana Pérez Valdés presentó bajo el título de «Folie à Plusieurs» nos gustó. Y mucho. Pero, aún así, nos dejó bastante sorprendidos porque, conociendo el ideario gótico de la diseñadora asturiana y el halo de misterio que rodea todo lo que tiene que ver con las colecciones de Vålnad, nos esperábamos algo más rompedor, llamativo y… Bueno, sí, gótico.
Pero no, Valdés optó por presentar una colección más bucólica que gótica y más alegre que siniestra, que contrastó con la sobriedad de su compañero de desfile, Manemané. Si uno fue la noche, Vålnad resultó ser el día. Y lo consiguió con sus prendas volátiles y sedosas, teñidas de estampados indefinidos que jugueteaban en las telas y con los bordados. Vålnad construyó una colección basada en la superposición de prenda y telas y en el juego de texturas que armaban bonitos vestidos y trajes de dos piezas que, a su definida estructura, había que añadir mil y un apliques y accesorios: plumas, flecos, flores, piedras, incrustaciones… Incluso se atrevió a emular un atrevido vestido de geisha. El resultado fue una colección que parecía emular el sueño que muchos habían perdido con todas las horas pasadas en los pabellones de IFEMA.
[Fotos extraídas de Yo Dona]