Nuestra primera excursión oficial al EGO madrileño en su edición invernal nos deparó muchas cosas buenas. Principalmente, poder ver en primera persona (y a tres filas de distancia… más o menos) las propuestas de nuevos talentos españoles de los que, a lo mejor, no hubiéramos sabido gran cosa por esas cosas de la distancia, la centrificación barcelonesa, en fin… De todos los desfiles que vimos, uno que nos llamó muchísimo la atención (y para bien) fue el del joven Pablo Erroz, un diseñador mallorquín que arrancó su firma en 2010 y que se estrenaba en la ex-pasarela cibelina al mismo tiempo que nosotros. Nos gustó muchísimo su inteligente uso de la piel y sus looks tan versátiles como rotundos. «¿Y cómo le habrá ido a Pablo Erroz durante estos meses?«, nos hemos preguntado alguna que otra vez. Una duda que el propio diseñador se encargó de disipar hace algunas semanas, cuando nos escribió para hacernos llegar su flamante colección de Primavera/Otoño 2014 que presentó nada más y nada menos que en la Semana de la Moda Vienesa, invitado por la propia Embajada Española en Austria.
Allí, Pablo presentó «Transición«, una colección inspirada en las «noches blancas» de San Petersburgo, ese momento en el que el solsticio veraniego propicia que no haya noche, sólo día. Un leit motiv romántico, eufórico y arrebatador que se une a la perfección con el contexto en el que lo presentaba. Pablo apostó de nuevo a la piel natural, que ya es su material fetiche, y lo hizo en una colección que funcionaba al doble o nada y que dejaba claro que este diseñador no está «in it for the money» pero sí para triunfar y vender más allá de las fronteras españolas (que ya sabemos que en eso de la moda que se hace entre ellas suele dejar bastante que desear). Su puesta de largo vienesa le sirvió a Erroz para darse a conocer como un diseñador que sabe aunar comercialidad y autoría, que se mueve al margen de los lindes de la tendencia y que prefiere apostar por prendas atemporales y efectivas: esas que suponen una inversión en primera instancia pero que se quedan contigo a lo largo de los años. Ahí están esa predominancia del azul klein, el blanco y el ocre (dos caballos ganadores en la batalla de los colores), sus cortes rectos e imponentes, su perfecto tratamiento de la piel y la combinación de esta con otros materiales más aptos para el día a día, convirtiendo así prendas rotundas en comodines perfectos. Erroz presentó un total de 14 looks femeninos y 6 masculinos en los que alternaba colores llamativos, delicados estampados florales y prendas statement como las parkas ligeras y las faldas largas.
Esta vez no pudimos ver en persona lo mucho que le queda para ofrecer a Pablo Erroz, pero tampoco lo necesitamos para darnos cuenta de que, si sigue por este astuto camino, encontrará más allá de nuestras fronteras el éxito que merece.