Reza un agorero dicho del refranero español que «lo barato sale caro». Bueno, más que del refranero español, parece un dicho del refranero español pero profundamente madrero. Y sabe mal llevarle la contraria a las madres (porque rara es la ocasión en la que no llevan razón) pero es que, aunque lo caro mola lo suyo -cuando se puede pagar, claro- también es verdad que hay cosas baratas que oye, están muy bien. Por ejemplo Kling, que es una marca de ropa low cost que así a lo tonto ya lleva años estando muy arriba en la escala de firmas de ropa barata que merecen la pena. Blame it on su catálogo de ropa tan girly y bonita. Kling no se anda por las ramas: su rollo es el de la niña mona que cuida su armario y a la que le gusta vestir bien y con aire femenino porque lo barato no está reñido con el ir hecha una señorita.
Para celebrar la llegada de la primavera (sí, esa que tanto llevamos pregonando desde hace semanas), hoy os traemos no uno, sino dos lookbooks de Kling: el de primavera y el de verano. Normalmente, las marcas compactan la temporada de calor en un único muestrario, pero esta firma ha optado por presentar dos propuestas diferenciadas: una más urbanita y orientada al trabajo y a look relajado de diario (el lookbook de primavera) y otra más divertida y atrevida (el de verano). Ambos son chulos hasta decir basta, y lo que es mejor: fácilmente podrás hacerte con tus piezas favoritas porque tienen precios a prueba de crisis. ¿Cómo decíamos por aquí? Exacto: win, win, win.