Una de las propuestas que más nos gustó y sorprendió a la vez en esta edición de verano del 080 por su descarada sencillez fue la de Justicia Ruano. Basándose en algo tan básico como el movimiento y la repetición, Ruano planteó una colección que se sustentaba en prendas básicas de colores también muy básicos (rosas empolvados, blancos, grises plata y amarillos pastel sobre todo) y que surgían de una idea. A partir de ella, iban evolucionando a medida que lo hacía desfile. Así, sobre la pasarela vimos preciosos vestidos veraniegos con falda de vuelo que evolucionaban en el detalle y cambiaban el color, diferentes propuestas de vestidos con flecos, elegantes vestidos de fiesta con transparencias… «Movimiento y Repetición» resultó ser una colección de lo más elegante que nada tiene que envidiar a las prendas más delicadas de firmas francesas como Maje o Sandro, con el añadido de un plus de sofisticación y de buen acabado, fruto de los años que la diseñadora ha pasado trabajando para otras marcas y del buen hacer que sabe importar desde su estudio en Londres.
El resultado fue una colección de verano muy ponible, femenina y elegante. De esas a las que puedes recurrir cuando tienes algún evento veraniego importante (dígase una boda, comunión, bautizo o algo mejor). Las prendas de Justicia Ruano son de esas que tienen el factor «wow» en este tipo de eventos pero que no tienen por qué quedarse colgando en el armario cogiendo polvo, también pueden ser fácilmente aprovechadas en circunstancias más, digamos, «normales». Versatilidad y elegancia al poder. De sobresaliente.