Miquel Suay presenta en 080 Barcelona Fashion su nueva colección: «Eight», una mirada hacia el infinito como metáfora de la apertura de mente.
El infinito… Qué concepto tan interesante y, a la vez, peligroso. Al fin y al cabo, el infinito ha sido común objeto de obsesión de mentes que lo han tergiversado ya sea para decantarlo hacia el lado de la pretenciosidad y el esnobismo o, por el contrario, del rollo crusti, cabalístico y hippy mal entendido. Por eso mismo cabía la posibilidad de que alguien se acercara a la nueva colección de Miquel Suay con cuidado y cierto temor, ya que desde antes de la presentación de su nueva colección en el 080 Barcelona Fashion sabíamos que el «Eight» de su título hacía referencia a la lemniscata, al símbolo del infinito.
Los temerosos ya pueden respirar tranquilos: por mucho que Suay abriera su desfile con una abstracta performance de danza contemporánea, la colección que vimos a continuación no tuvo nada de pretencioso o de esnobista, mucho menos de crusti y hippy. Por el contrario, el valenciano demostró sobre la pasarela del 080 que, para él, el infinito consiste en abrir la mente, en obligarse a pensar que todo es posible… Y que todo eso se refleje en una colección que, por vez primera, huye de los conceptos de sastrería masculina clásica que siempre ha sido la principal seña de identidad de su firma.
Así demuestra Miquel Suay que el infinito es posible con su nueva colección «Eight»: como una apertura de horizontes a través del que se divisan nuevos paisajes.
El «Eight» de Miquel Suay ha supuesto una apertura en canal en las constantes vitales del diseñador para recibir con los brazos abiertos nuevos conceptos, siluetas, materiales e incluso feelings. De repente, la chandalería entra con fuerza en el imaginario del autor como una bocanada de aire fresco en los trajes chaqueta: las fronteras se difuminan y el conjunto mejora en flexibilidad y capacidad de sorpresa. Aparecen camisetas, monos futuristas, levitas abiertas y un nuevo concepto de camisería en el que se aplican extravaganzas post-modernas como el largo extremo o las costuras vueltas. Y, en general, así demuestra Miquel Suay que el infinito es posible: como una apertura de horizontes a través del que se divisan nuevos paisajes. [Más información en la web de Miquel Suay]