El 080 Barcelona Fashion cada año es diferente, pero cuando llevas unas cuantas ediciones te das cuenta de que, en el fondo, también es lo mismo. Siempre hay desfiles que levantan más expectación que otros y siempre los hay, también, que reúnen a todo el modernío barcelonés con muchas ganas. Ese es ya el caso de Brain & Beast que, además de ser los flamantes ganadores de la edición pasada, también se han convertido ya en unos imprescindibles de la pasarela barcelonesa. Y ya no sólo porque sus colecciones ya están en el imaginarío moderniqui español y en las wishlits de todo trendsetter que se precie, sino porque sus desfiles siempre son todo un espectáculo. Un espectáculo de modelazos que olé por ellos, porque se salen por todos los límites de lo que estamos acostumbrados a ver en pasarela. Todo el mundo sabe que los modelos de Brain & Beast son, en muchos casos, amigos de los tres diseñadores, hombres barbudos que lucen orgullosas canas (y que a nosotros nos provocó algún que otro suspiro), actores porno, guapos rollizos… La ropa de la marca barcelonesa no viste sólo a bellezas grecorramanas en la pasarela (que también), sino que lo hace con gente guapa pero con la que puedes compartir una copa en cualquier evento. Gente que, al fin y al cabo, consiguen trasladar esa rebeldía y esa locura que caracteriza a sus colecciones a los propios desfiles mola, y mucho.
Dicho esto, luego queda hablar de la colección. Los Beasts venían a presentar una nueva edición de sus «Decalogues«, la VII, que venía con el sugerente nombre de «<ROMANTIK>«: una colección certera en la que fue muy fácil ver las ideas de la firma pero que, esta vez, nos dejó la sensación de estar mucho más acabada y refinada. Echamos un poco de menos los estampados de locura de «EXOTIKA«, pero entendemos que los chicos no se quieran repetir. En lugar de ello, apostaron por introducir en sus piezas estructuras loquis y en tamaño XXL, vimos tejidos más recios de lo habitual así como juegos en las prendas con fruncidos, lazos, cuerdas, agujeros justo en el lado del corazón e incluso camisetas rasgadas en el lado derecho y dejando evidente la importancia que tiene el órgano más emocional en su nueva colección. Los colores sí eran reconocibles: rojos vibrantes, mostazas atrevidos, azules apagados… La sensación que nos dejó fue que siguen teniendo muy presente la moda urbana pero no le tienen miedo a dar un salto y refinar más el concepto. Si el resultado son colecciones como esta (y desfiles como este), ¡bravo por ellos!