En una edición en la que prácticamente todo el mundo le está dando al chandalismo ilustrado, sorprende la sobriedad del «Black Street» de Krizia Robustella.
Si hay algo que está quedando suficientemente claro en esta edición de 080 Barcelona Fashion es que es no eres nadie si, como diseñador, no estás incorporando a tu imaginario los preceptos del chandalismo ilustrado. Así las cosas, sin embargo, cabe preguntarse: ¿qué opinará a este respecto Krizia Robustella? Sin lugar a dudas, ella fue la primera en abrazar este estilo sobre la pasarela barcelonesa (y más allá), así que nunca estará de más reivindicarla como alma mater de todo este tinglado. Alma mater que, por otra parte, practica eso del «cuando tu vas, yo vuelvo de allí» y que, con su nueva colección «Black Street«, ha venido a demostrar que ella ya está a otras cosas.
Otras cosas satélites y cercanas, sí, pero otras cosas al fin y al cabo. Resulta más que curioso observar cómo otros diseñadores habituales del 080 están relajando sus discursos y acercándose a lo sport y lo urbano, mientras que «Black Street» supone una especie de sofisticación del imaginario habitual de Robustella. Tampoco estoy hablando de una fracción traumática: está claro que la diseñadora sigue apostando por sus siluetas habituales y sus materiales de confianza, por el oversize, el agender, lo confortable y el continuo homenaje a la calle, que es donde nacen todas las tendencias.
Se intuye en «Black Street» de Krizia Robustella un espíritu de negrísimo pimpin’ a la manera clásica de aquellos 80s y 90s previos al bling-bling como imperativo cultural.
Pero se intuye en «Black Street«, sin embargo, un espíritu de negrísimo pimpin’ a la manera clásica de aquellos 80s y 90s previos al bling-bling como imperativo cultural. Ya no es sólo que aparezcan materiales nobles como el cuero (en un vestido para chica que es puro must) y vistosos accesorios como los sombreros peludos, sino que también se introducen deliciosas aplicaciones del pelo en colores fríos (¿va a ser la sudadera con pechera de pelo el nuevo imprescindible de la nación barcelonesa?) y en los prints de tags grafitteros sorprendentemente sobrio.
Por encima de todo, sin embargo, están las sublimes ilustraciones de Nicasio Torres imponiendo el blanco y negro como estado de ánimo, ya sea en caras desdibujadas o en manchas de color en las que se pierde la perspectiva. Es fácil intuir qué va a ocurrir ahora, ¿verdad? Sí, evidentemente: se prevé una insana precipitación de imitadores. [Más información en la web de Krizia Robustella]