Puede que el nombre de Paty Abrahamsson ahora no os suene a nada. O puede que os suene a chino o a sueco (más a sueco que a chino, la verdad), pero sería conveniente que lo fuerais apuntando, porque puede que en el futuro ese nombre sea un tema recurrente en reuniones y conversaciones varias sobre la nueva moda española. Y, sí, hablamos de moda española, porque pese a tener un nombre que nos recuerde más a una peli de Bergman que a una diseñadora ibérica, Paty Abrahamsson es tan española como el jamón de bellota… O al menos opera desde la Capital del Reino. Desde allí, esta joven diseñadora que se dedica a hacer colecciones trimestrales en lugar de anuales como hace todo quisqui y a hacerlas girar entorno a un concepto cualquiera (lo que viene a significar que hace lo que le sale del chichi y no lo que dictan las tendencias, y eso siempre es BIEN) ha conseguido firmar una colección cápsula junto a Najwa Nimri (que ha servido para acompañar las fotos de promo del último disco de esta cantante de la que no somos fans pero que, oye, toda promo es buena) y colocar uno de sus diseños en el último vídeo de Lilly Alen (y hablamos de un diseño que al verlo pensamos: esto lo peta. Y efectivamente, cuando fui a comprarlo estaba sold out). Nothing less. Total, que si hubiera justicia en el mundo (y en esto de la ropa la hay, claro que sí), Abrahamsson será tan popular en el 2014 como ya lo son los diseños urban sport de Krizia Robustella (por poner un ejemplo, porque ambas diseñadoras orbitan en la misma onda de grafismo loquer).
Su última colección apuesta fuerte por la estampación digital y los tejidos elásticos, y gira entorno al concepto del «logo», una cosa como muy de nuestro tiempo que obsesiona a hipsters y trendsetters desde los 80. Para esta nueva colección -que ya se puede comprar en su página web y en la de Brownsfashion– Abrahamsson cuenta con la ayuda del diseñador gráfico belga Tom Tosseyn, que ha colaborado con gente como Raf Simons, Jil Sander y Tim Coppens y que ha recuperado para esta colección una cosa tan belga com el New Beat y la locura ochentosa que tenían por esas tierras por los logos de los coches Mercedes, las cruces y la bastardización del smiley. Les ha quedado una cole de inspiración muy deportiva que flipará a los moderniquis y techno kids de hoy en día que querrán vestirla toda en el Sónar 2014, mientras no haga mucho calor en el Piknic Electronik o en la próxima Conferencia del G-13 en nuestro país.