Nos gustaría pensar que Bala Perduda no necesita presentaciones: es un proyecto tan interesante y, sobre todo, tan necesario que a día de hoy todo el mundo debería conocer este concurso que hizo mucho pero que mucho ruido en su primera edición. No era para menos: a diferencia de otros certámenes de bandas noveles que lo único que ofrecen es humo para contentar a la marca de móviles de turno que está detrás del movimiento publicitario, Bala Perduda tiene un premio del copón. ¡Y vaya premio!
El primer premio de este concurso no sólo le asegura a la banda cuestión su participación en el Primavera Sound, sino que también le certifica la grabación de un LP de la mano de Barcelona Music Experience. Los premios para los finalistas también son cosa fina: el segundo clasificado podrá grabar un EP, mientras que los terceros grabarán un single. Vamos, que esto sí que es incentivar el crecimiento de la escena musical independiente y no profesional.
Lo más tremendo de Bala Perduda, sin embargo, sigue siendo el propio proceso en sí. Para empezar, el proceso de inscripción estará abierto hasta el próximo 20 de octubre… Será entonces cuando se escojan a las 18 bandas finalistas que competirán por los premios finales en un total de seis veladas de actuaciones enfrentadas en la Sala Apolo (Barcelona) en las que serán el público y el jurado, al 50% cada uno, los que elijan a los ganadores de cada una de las jornadas. Al final, estos elegidos compiten en un todos contra todos del que salen los tres triunfadores. ¿Mola la idea? Pues mola más todavía sabiendo que, este año, Bala Perduda vuelve a repetir a maestro de ceremonias, presentador y buena gente en general: Manu González. Permitidnos el cliché, anda, porque esta vez viene que ni pintado: la segunda edición de Bala Perduda ha dado su pistoletazo de salida.