La Olympus PEN E-PL7 se suma a esta familia de cámaras que conjuga de forma perfecta una carcasa puramente vintage con un interior de corazón digital.
Hace unos mees, cuando elegíamos nuestro top particular de gadgets electrónicos que no deberían faltar en la maleta de ningún animal festivalero de pro (puedes leer aquel artículo aquí), sólo fuimos capaz de tener en consideración una única cámara de fotos: la E-P5 de Olympus. ¿Por qué? Porque, como ya decíamos por aquel entonces, las sucesivas versiones de esta cámara que ha ido lanzando Olympus nos parecen la forma pluscuamperfecta de juntar tradición (esas caracasas que a primera vista resaltan como obra de coleccionista pura y dura) y tecnología (con un interior puramente digital y siempre a la última). Sea como sea, al familia tiene un nuevo miembro muy a tener en cuenta: la Olympus PEN E-PL7.
¿Y qué trae de nuevo la E-PL7 que debamos tener en cuenta? Ojito, porque la cantidad de novedades es cosa fina… Para empezar, y como el resto de aparatos de esta gama, la E-PL7 es una cámara ligera, con un tamaño compacto y con un estilo vintage en el que la carcasa exterior es totalmente metálica. La principal novedad es que este modelo ha sido diseñado especialmente para conseguir unos selfies de calidad sin igual: permite la previsualización a distancia por medio de cualquier smartphone, e incluso te dará la posibilidad de optar por ráfagas de disparo o por intérvalos de disparo con temporizador.
El secreto del selfie perecto llega gracias a la gran pantalla LCD abatible de alta resolución y al modo selfie automático, pudiéndose ajustar el objetivo como gran angular o en modo retrato. Un total de 14 filtros artísticos le darán variedad a tus fotos si es eso lo que quieres… Y, al final, ¿qué haces con las selfies? Subirlas a tus redes sociales, ¿no? Por eso, la Olympus PEN E-PL7 permite una total conectividad wifi para que cuelgues las fotos con tu teléfono gracias a la aplicación gratuita Olympus Image Share. Si la hubiéramos tenido hace unos meses, esta hubiera sido nuestra compañera natural en todos y cada uno de los festivales a los que hemos asistido.