El coñazo del Clásico, Justin Bieber y Cristiano Ronaldo defraudador… Todo bien explicadito en nuestra nueva entrega de La Liga (para dummies).
Pues ya se ha jugado ese partido que antes simplemente se llamaba Barcelona – Real Madrid (o viceversa) y que, desde hace unas temporadas, la moderna mercadotecnia ha rebautizado como ‘El Clásico’. Y, como cantaba aquel hombre de desconcertante tez bronceada, la vida sigue igual. Porque el resultado del choque disputado en el Camp Nou entre los dos clubes más poderoso de la Liga acabó con un 1-1 en el marcador que permite a los blancos seguir líderes de la clasificación con seis puntos de ventaja sobre los blaugranas, en segunda posición. Pero, la verdad, el partido no fue para tanto…
NI FU NI FA, NI PA TI NI PA MÍ. Como siempre, el despliegue mediático y tecnológico en torno al Barça – Real Madrid presagiaba el enésimo partido del siglo, aunque tuviera lugar todavía en la decimocuarta jornada y con ambos equipos sin ofrecer su mejor juego el fin de semana anterior. Pero, oigan, hay que vender el producto al resto del planeta. Por eso se colocó a las 16:15h del sábado, pese a que obligaba aquí a evitar la modorra de la hora de la siesta. Incluidos los futbolistas, que acabaron dando un espectáculo insulso trufado de imprecisiones, resbalones, penaltis no pitados, faltas e interrupciones. No había manera de que la emoción estallase. Ay, qué lejos quedan los agitados tiempos del pirómano Mourinho, en los que estos enfrentamientos parecían la tercera guerra mundial y era impensable ver imágenes tan amables como esta, llena de abrazos, cucamonas y sonrisitas.
Luego, sobre el césped, el primer tanto del Barcelona, el regreso de Andrés Iniesta que iluminó el centro del campo culé y el empate del Real Madrid al filo del minuto 90 obra de Sergio Ramos, el apaga-fuegos blanco, fueron los momentos más notables de un partido que dejó un par de conclusiones: Iniesta es el clavo al que se agarra el Barça para mejorar su renqueante juego; y el entrenador merengue, Zidane, ya no tiene una flor de la suerte en el trasero, sino una gigantesca secuoya.
LA CLAVE: JUSTIN BIEBER. ¿Cómo? ¿Justin Bieber fue el factor determinante del Barcelona–Real Madrid? Bueno, no tanto, pero algo tuvo que ver. En los días previos, aprovechando su presencia en España (puñetazo a un fan incluido), se pasó por las instalaciones de Can Barça y se sacó esta foto…
Justamente con Neymar, que dio el pase del gol del Barcelona aunque no tuvo precisamente una tarde memorable al fallar una clara ocasión que pudo haberle dado el triunfo.
Poco después apareció esta otra instantánea…
Esta vez junto a Sergio Ramos, encantado espectador de su concierto en Madrid. Con lo que, sin proponérselo, el cantante actuó como amuleto para el defensa madridista. Justin Bieber ya es persona non grata en muchos sitios y ahora puede que también en el Camp Nou.
EL POST-PARTIDO. Aunque el Barça–Real Madrid acabó en tablas, el equipo visitante lo celebró como una victoria. Así que no podía faltar la foto de familia en el vestuario, que parece una estampa normal y corriente hasta que surge la pregunta: ¿dónde está ‘Wally‘ Ronaldo? Si afinan la mirada, lo encontrarán regalando otra de sus típicas poses que sólo se le ocurren a su mente maravillosa.
EVASIÓN (FISCAL) O VICTORIA. Habrá que pedirle al portugués que ponga su posturita de intelectual con sus gafas no graduadas para explicarnos el motivo de ese gesto. Por su floja participación en el partido seguro que no… Ah, vale: es la cara que le sale cuando piensa en toda la pasta que ha evadido al fisco español. Sí, no sólo Messi ha defraudado a Hacienda, sino que también lo ha hecho -presuntamente- Cristiano Ronaldo, que no gana para disgustos: Bertín Osborne ha confesado que nunca lo llevaría a “Mi Casa es la Tuya” porque no cree que tenga “más de dos horas de conversación”.
El asunto del fraude tributario no tiene ninguna gracia, pero será gracioso comprobar cómo todos aquellos que usaron la imagen de Messi sentado en el banquillo de los juzgados por un problema similar (aunque no igual) como chiste recurrente tragarán saliva por si ven al portugués pasar por el mismo trance. Donde dije Leo, digo Cristiano.
Por cierto, es probable que les resulte difícil hallar esta noticia en ciertos medios de comunicación… Si la indignación les supera, pueden seguir el ejemplo (rebajando su exigencia forofera) de Abelardo, entrenador del Sporting de Gijón, y descargar su ira contra determinado tipo de periodismo (deportivo o no).
https://www.youtube.com/watch?v=rtwsuEpfZcI