“Vigila El Fuego” (Astrohúngaro, 2012) es uno de esos discos que me tiene obsesionado este año. Será porque Lidia Damunt ha sabido evolucionar su country-folk a 300 rpm hacia una especie de sueño pop de unos primeros Animal Collective. La producción se muestra exquisita a cargo de unos Hidrogenesse que visten perfectas en las melodías de la artista, de nuevo tremendamente inspirada. Una renuncia clara a la figura siempre individual y solitaria de la cantante en pro de ganar matices y profundidad en sus composiciones.
El primer cambio obvio en el que se traduce esta evolución es que la tónica hasta ahora del eterno formato con Lidia a solas, guitarra en mano, armónica en boca y bombo en pie, ha dejado de tener sentido: el pasado jueves 24 de mayo, Damunt se presentó en la madrileña Sala Siroco acompañada por Doble Dinamita, su banda de acompañamiento, para presentar en vivo “Vigila el Fuego”. La pena fue que el contar por fin con banda acabó resultando una mera anécdota y en ningún caso sacaron el mejor potencial de cancionazas como “Lengua de Lava”, “Somos Islas Mágicas” o la propia “Vigila el Fuego”. Cantante y acompañamiento fueron por su lado en conciertos distintos, pararelos, que nunca llegaron a encajar en un repertorio de unos escasos 35 minutos que nos dejaron con la sensación de que hará falta más rodaje de esta propuesta de formato para que dejemos de echar de menos a la antigua multi-instrumentista y solitaria Lidia sobre el escenario.
[Alejandro Masferrer]