Una década han cumplido este año los chicos de Liars experimentando con los límites de la música y, para celebrarlo, vuelven con su quinto álbum de estudio, titulado “Sisterworld” (Mute / PopStock!, 2010). El trío de Los Ángeles, formado por Angus Andrew (voz, guitarra), Aaron Hemphill (sintetizador) y Julian Gross (batería), vuelve a dar una vuelta de tuerca (si es posible) a su ya de por sí complejo sonido concebido en su última referencia discográfica, el homónimo “Liars” (Mute, 2007); demostrándonos una vez más que son incapaces de repetir una misma fórmula. La primera vez que escuché a Liars fue tras la publicación de su anterior disco, y me parecieron uno de los grupos más invendibles del momento, llegando a preguntarme qué discográfica era capaz de publicar tal material. Sin embargo, una vez escuchado “Sisterworld”, este se desvela como el álbum más accesible que han publicado desde su debut, un trabajo que trata sobre la debacle de su ciudad natal, y por extensión, de su país, en palabras de su líder Andrew: » En mi país (EEUU) hay demasiado optimismo. Parece que todo va bien, pero la población está dominada por el consumo, el control y la mentira. Estas cosas nos hacen sentir alienados y esa desconexión se refleja en nuestro nuevo disco, más claustrofóbico si cabe que los anteriores«. Además, cabe destacar la existencia de un segundo CD de reinterpretaciones en el que los americanos se las han apañado para arrastrar a lo mejorcito del panorama alternativo internacional hacia su causa: colaboraciones de Thom Yorke, Devendra Banhart, Atlas Sound y Blonde Redhead entre otros, que no hacen más que plantearnos que algo de talento tendrá este combo cuando son capaces de reunir a gente de tal calibre.
Los angelinos se han tomado en esta ocasión algo más de tiempo para grabar su nuevo material, contando con la inestimable ayuda de Tom Billard, un productor que sin duda sabe entenderles, ya que les ha dado ese apreciable sonido carácterístico que estamos empezando a asociar directamente con Liars: guitarras afiladas y distorsionadas, atmósferas psicodélicas como en “Drip”, momentos angustiosos como en el single ”Scissor” y que rozan la claustrofobia como en la acertada “Here Comes All The People”. Un total de 11 cortes que parten de una base de atmósferas tensas e inquietantes, moviéndose entre el punk y el rock más ruidoso siempre acompañados de agonizantes coros y sintetizadores que los acercan si me apuráis a otra vertientes musicales más vanguardistas como, por ejemplo, al kraut rock en la sorprendente “Proud Evolution”.
Liars ya avisaron en su día que si la situación de EEUU en cuanto a la guerra de Irak no cambiaba, abandonarían su país. Dicho y hecho. En vistas de que todo empeoraba, recogieron sus bártulos y se mudaron a Berlín, lo que supuso para la banda «una bocanada de aire fresco. Necesitábamos escapar del bombardeo mediático de Estados Unidos. En Europa descubrimos otras formas de pensar«. Allí despacharon “Liars”, el disco que quizás les dio ese empujón de reconocimiento necesario fuera de los Estados Unidos. Ahora, de vuelta a su ciudad natal, despachan algo que, en mi humilde opinión, está a la altura de su mejor obra: “Drum’s Not Dead” (2006). De acuerdo, “Sisterworld” sigue siendo una colección de canciones de difícil escucha, dirigidas sin discusión a la minoría pero que, paciencia de por medio, consiguen embarcarnos en la particular manera de entender la música que tiene el trío, ni mucho menos la más directa y accesible, pero que sólo por el mero hecho de intentar mostrárnosla merecen nuestro respeto. Liars siguen arriesgando y dando rienda suelta a sus inquietudes, a sabiendas de que es lo que su público busca. Bienvenido sea.
Liars «Scissor» from A Bruntel on Vimeo.