¿Qué es exactamente el latineo? Porque, mirad, si el latineo suena tan alucinante y hace bailar tanto como en esta sesión de Lechuga Zafiro, bienvenido sea.
Latineo. En serio os digo una cosa: no existe aquí y ahora palabra que odie más que latineo. Al fin y al cabo, este es un término que cierto tipo de personas suelen usar de forma peyorativa para referirse a todas esas sonoridades latinas que poco a poco se están apoderando de la cultura de club. Lo que quieren decir es más bien «esa mierda cantada en castellano con un ritmo latino que suena todo igual». Y repito: no puedo odiar más este tipo de desprecios, porque si hay una música que esté demostrando ser compleja aquí y ahora esa es precisamente la latina.
Y es que no existe una música latina: existen muchas músicas latinas. Cada una con sus propias infraestructuras y complejidades. Cada una con su historia y, sobre todo, cada una con su futuro. Meterlas a todas en el mismo saco es caer en el mismo un error similar a decir que toda la música electrónica suena igual… Pero, por suerte, hay artistas que están luchando contra este tipo de percepciones simplistas. Artistas como, por ejemplo, Lechuga Zafiro.
El uruguayo Pablo de Vargas ya hace un buen tiempo que está explorando los pliegues más inquietos y a veces también más incómodos de las músicas de baile latinoamericanas. Una sesión de Lechuga Zafiro, como la que tienes al final de este artículo, viene a ser una especie de enciclopeida 2.0 o, lo que es lo mismo, una enciclopedia tal y como deberían ser todas las enciclopedias en el siglo 21: con ningún respeto por las formas clásicas y con una avidez realmente voraz a la hora de aventurarse hacia lo desconocido para aprehenderlo y hacerlo conocido. Todo ello bailando, claro. Bailando como si no hubiera un mañana.
Si te gusta lo que escuchas, por cierto, tengo una buena noticia para ti: Lechuga Zafiro vendrá a España en breve para presentar su nuevo EP «Testigo» en el marco del próximo Club Marabú, que se celebrará el 13 de septiembre en la Sala Aplo (Astin) de Barcelona. Porque, a ver, ¿no podemos cambiar lo de «latineo» para que se refiera a maravillas como esta? Es que así podríamos usar la palabra con la cabeza bien alta. [Más información en el Soundcloud de Lechuga Zafiro y en el evento de Facebook del próximo Club Marabú]