Internet está dividida en una guerra en el que hay dos bandos muy claritos: los fans del latte de unicornio y los locos del latte gótico. ¿Tú de quién eres?
El hecho de que en España tengamos una cultura del café mucho más que pobre (café con leche, cortado, solo, doble, carajillo, trifásico… y para de contar) hace imposible que noticias como esta ocurran en nuestro territorio. Y es una pena, la verdad, ya no solo porque sea un verdadero coñazo no poder ir a tomar cafés y bebidas excitantes a sitios realmente chulos, sino porque también nos priva de maravillas como la actual guerra que se ha declarado en Internet (y en el mundo real) entre los fans del latte de unicornio y sus archienemigos los adoradores del latte gótico.
Vale, «latte» puede traducirse como un café con leche largo de café, y eso es algo que sí que tenemos en España. Pero no nos mintamos: el latte realmente es más complejo, tiene más leche y, sobre todo, esa espumita riquísima que es algo que no existe en los bares de nuestro país. Una espumita que da mucho juego y que, por ejemplo, llevó al café The End de Nueva York, en Brooklyn, a crear una de sus bebidas insignias: el «unicorn latte«, que no se realiza con sangre (ni ningún otro fluido corporal) de unicornio y que, de hecho, tampoco lleva café. De hecho, este latte de unicornio se realiza con leche de coco, jengibre, miel, limón y un alga que le otorga su ya archiconocido color azul.
Ahora bien, los baristas más expertos y los locos de las bebidas del mundo entero empezaron a realizar variaciones y, al final, hemos acabado por entender como latte de unicornio cualquier bebida de color azul o rosa mezclado con otros colores igualmente vivos y, a poder ser, con algún topping de pura fantasía. De hecho, la mayor parte del mundo entró en contacto con esta bebida cuando desde Starbucks, donde no tienen un pelo de tontos, decidieron vender el «unicorn frappuccino«… Que, como no podía ser de otra forma, no llegó a España. Tenemos lo que nos merecemos.
Aun así, justo en el momento en el que el «unicorn latte» está en su mayor apogeo, con los blogs de gastronomía publicando sus propias recetas y con los instagramers buscando desesperadamente en todos los rincones del mundo la foto perfecta de su bebida multicolor, va y nace el «goth latte». De hecho, ya desde los primeros avistamientos de esta bebida mítica (nótese el juego de palabras cachondo refiriéndonos a «Pokémon» y su necesidad de hacerse con todos), el debate online fue encarnizado, ya que los recién llegados empezaron a usar titulares como «por fin tenemos una bebida gótica para contrarrestar la gilipollez de los unicornios«. Y cosas similares. Ya nos entiendes.
Pero, en serio, ¿qué carajo es el latte gótico? Pues, en este caso, parece ser que es realmente un latte clásico (es decir, que sus ingredientes serían, básicamente, café y leche) al que se le aplica carbón activo, que es un componente usado con frecuencia en la cosmética pero que aquí le confiere a la bebida su impactante color negro. Y, como ocurrió con el latte de unicornio, el latte gótico también ha iniciado una rapidísima carrera de conquista mundial: ya está en los blogs de gastronomía más punteros y, sobre todo, en las redes sociales de quien debe estar, usado frecuentemente como una cura de salud contra el rollito cuqui de los unicornios.
Y ahora llega el turno de preguntas sin respuesta: ¿cuánto tardará Starbucks en copiar el «goth latte»? Y, sobre todo, ¿llegará alguna de estas tendencias a nuestro país? Suponemos que no, así que vamos a ahorrarnos preguntarte con cuál de los dos lattes te quedas, porque probablemente no podremos probarlos nunca (a no ser que viajemos prontito a algún otro país con una cultura de las bebidas más avanzada que la nuestra).