Puma y Sibling se saltan la última frontera en cuanto a materiales se refiere con una colección de zapatillas que incorporan una vibrante visión del punto.
Si hay algo que está quedando bien clarito gracias a las diferentes colaboraciones en las que se están embarcando las diferentes marcas de zapatillas deportivas es que, sin lugar a dudas, ya no existe «última frontera» alguna en lo que respecta a materiales. Puede que, en otros tiempos, se hubiera considerado que ir más allá de los materiales habitualmente optimizados a partir de la tecnología deportiva era una verdadera locura, pero la introducción en este mundillo de sensibilidades más cercana a la moda ha significado que ya no exista tabú alguno: textiles, estampados, materiales sintéticos, neones, metales, plásticos… La finalidad no es que sea «óptimo» en la pista de deporte, sino que fardes lo más grande mientras luces tus zapatillas en el asfalto urbano.
A ese respecto, no se nos ocurre una colaboración que ejemplifique mejor lo dicho que la que la buena gente de Puma se acaba de marcar con Sibling, marca surgida en el año 2008 de la voluntad de Joe Bates, Sid Bryan y Cozette McCreery de darle un meneo a las prendas de punto para hombre y que, en vez de lucir viejunas to the max, fueran algo ponible sin necesidad de haber cumplido 103 años. Lo que viene siendo «buenas intenciones» de esas que se agradecen y que hacen que el mundo sea un poquito más habitable y majo.
La colaboración entre Puma y Sibling, que en España sólo podrá comprarse en la tienda Noténom de Barcelona (¡toma exclusividad!), también hace que el mundo sea un poquito más chanante: la marca ha tomado algunas de las siluetas más míticas de la línea de tennis de Puma y les ha aplicado una buena carga de modernidad absoluta ya sea a través del vistoso punto verde sobre lona blanca, la blonda rosa sobre loneta lila o una apuesta por suelas rosadas con topos rojos que tiran abajo la eterna barrera de la masculinidad ante este color. A nosotros, personalmente, esta entente cordiale entre Puma y Sibling nos parece post-género y, sobre todo, una manera infalible de darle un poco de vidilla a tus pies.