«Habitaciones Íntimas» de Cristina Spanó es uno de esos cómics que hay que disfrutar con una copa de buen vino en la mano… y los sentidos muy abiertos.
Es lo habitual: en tiempos como el que corren, es más que normal que todos nos debatamos entre la necesidad imperiosa de seguir dándole vueltas a esta crisis que nos ha tocado vivir y otra necesidad igual de imperiosa, que es la del escapismo puro y duro. La cultura de este tipo de épocas, evidentemente, también se polariza… Aunque no en su totalidad, por suerte para todos. Siempre existen obras tan estimulantes como «Habitaciones Íntimas«, donde la reflexión sobre la crisis se mezcla con esa sensación de que, inevitablemente, la vida sigue. Y, para que os hagáis una idea del nivel de placer elevado que provoca la lectura del debut en viñeta de la ilustradora Cristina Spanó, sólo os podemos decir que desde la editorial encargada de publicar «Habitaciones Íntimas» en nuestro país, la siempre acertada e interesante Bang Ediciones, nos han recomendado personalmente que disfrutemos de esta lectura lentamente y con una copa de vino en la mano. Una copa de vino tinto, a ser posible. ¿Váis pillando el rollo?
«Habitaciones Íntimas» puede gozarse a múltiples niveles de lectura. El principal aborda la historia de la propia Cristina Spanó, dejando al descubierto una desarmante intimidad que va desde la tierna edad de 7 años, cuando todo el mundo todavía está por descubrir, hasta una madurez que, con 35 primaveras a las espaldas, sigue conservando la capacidad para ver el mundo a través de unos ojos dispuestos a dejarse sorprender. El segundo nivel de lectura flota hacia la superficie cuando te das cuenta de que, en ese proceso de crecimiento, la joven protagonista observa una realidad inalterable: que la crisis, como todo en esta vida, es algo cíclico, algo que siempre vuelve. Con un estilo a medio camino entre el Rohmer más intimista y Brecth Evens, Spanó ha firmado sin lugar a dudas uno de los cómics más especiales de la temporada. Nosotros ya estamos preparando nuestra copa de vino tinto para disfrutar de esta lectura a tope… ¿Y tú? ¿Qué vino has escogido?