Esta colección de Miles Kane para Fred Perry es tan musical (y setentera y chandalera) que casi olvidamos las -maravillosas- colecciones de Amy Winehouse.
Por mucho que nos duela decir lo que vamos a decir, ahí vamos: más que probablemente, las ya icónicas colección de Amy Winehouse para Fred Perry (que siguen renovándose gracias a la colaboración con la fundación de la malograda artista) ya no son la colaboración musical estrella de la marca del laurel. Y es que, desde hace un tiempo, Miles Kane ha entrado con fuerza en Fred Perry para crear toda una línea vinculada a su nombre y, sobre todo, a su estilo. Y es una línea igual de (o incluso más) espectacular que la de Amy Winehouse.
Pasado este susto que duele por lo que tiene de infidelidad a la leyenda del nu-r&b británica, centrémonos gozosamente en la que ya es la tercera colaboración de Miles Kane con Fred Perry. Y es esta una colaboración que, según el propio artista, pretende reflejar de forma transparente -aunque dulcemente idealizada- el imaginario que existe entre las bambalinas de la vida de toda estrella del rock. Las prendas de esta colección no están pensadas para deslumbrar sobre el escenario, sino más bien para vivir confortablemente el día a día sin perder ni un ápice de clase y elegancia.
La nueva colección de Miles Kane para Fred Perry mantiene las señas de identidad que el artista ya había explorado en sus dos colaboraciones anteriores: los aires mod setenteros se apoderan de unas prendas de una firma a la que siempre le ha sentado fetén la estética de aquella década maravillosa. Pero, adaptándose a los tiempos que corren (sí, claro, los tiempos del street wear), el chándal acapara una buena parte del protagonismo de la colección, siempre visto a través de los ojos de laureada elegancia de Fred Perry. ¿Conclusión? Amy, siempre estarás en nuestro corazón. Pero es que Miles ha entrado pisando fuerte.
Más información en la web de Fred Perry.